PRESCRIPCIÓN, FARMACIA Y UTILIZACIÓN
Farmacia
Argentina: CAPEMVeL no aclarés: 1+1 = 3 solo en tu imaginación. Opinión sobre el discurso liberalizador de medicamentos
Nestor Caprov
Mirada Profesional, 20 de septiembre 2011
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La tenebrosa cámara de venta OTC (medicamentos de venta libre) apela a argumentos forzados para tratar de romper la ley 26.567 de medicamentos solo en farmacias. Asegura que el mundo va hacia la liberalización, cuando la realidad es otra. Una verdad a medias que no deja de ser una mentira.
Con un nuevo comunicado de prensa, donde vuelve sobre ejes harto conocidos, la oscura Cámara Argentina de Productores de Especialidades Medicinales de Venta Libre (CAPEMVeL) volvió a arremeter de manera artera contra la dispensación segura de medicamentos, un capítulo más de su feroz lobby para intentar romper la ley nacional de medicamentos, exclusivo en farmacias. Los argumentos de la cámara se vuelven inverosímiles si se bucea un poco en lo que sucede en el mundo, que pese a las fuertes presiones tiende hacia un control sanitario más efectivo respecto a los medicamentos OTC.
Los laboratorios como Boehringer Ingelheim Argentina S.A. con el 80% de la venta de Buscapina N por fuera de la farmacias, laboratorios como Bayer con su línea de Actron y Glaxo con la propia de Ibuevanol han salido desde la cámara que los nuclea bajo el título “Medicamentos de venta libre: Argentina a contramano de una tendencia mundial que facilita el acceso a estos productos”, la CAPEMVeL intenta romper la ley 26.567 aprobada por unanimidad en el Congreso en noviembre de 2009, cuando el país decidió entrar en la normalidad sanitaria y poner los medicamentos donde corresponde: en las farmacias. Desde el mismo título, la cámara que más responde a los intereses de la industria farmacéutica de venta liberalizada, apela a una verdad a medias, que siempre es en definitiva una mentira. Ni el mundo tiende a la liberación de la venta de fármacos ni Argentina está a contramano de nada. Y si así fuera, esa no es en sí una señal de preocupación.
Como aquellos que pregonan que el país “está fuera del mundo”, asegurar que se está “a contra mano” es por lo menos una verdad relativa. “Mientras en Argentina se está restringiendo cada vez más el acceso de la población a los medicamentos de venta libre, existe una tendencia mundial a facilitarlo, permitiendo su expendio en otros comercios además de farmacias. Esta corriente se puede ver en especial en Europa, que tradicionalmente se opuso a la posibilidad de vender estos productos fuera de las farmacias”, afirma el comunicado de la CAPEMVeL. Pero hasta donde se sabe, en los últimos meses ningún país cambió su legislación, y el modelo “mediterráneo” de venta de medicamentos –esto es, con la farmacia como pilar único –sigue siendo mayoritario.
Como ejemplo, en España no existen grandes cadenas farmacéuticas o expendio en supermercados. Así se lo aseguraron desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Ciudad Real a MIRADA PROFESIONAL, en una entrevista exclusiva sobre la situación de la farmacia de ese país. Sin cadeneras, la venta de todos los medicamentos se hace por farmacéuticos en farmacias, algo que la cámara argentina no quiere ver.
Lo que si sucede, y no puede dejar de verse, es que el ataque no sólo se da en nuestro país. En suelo español, aprovechando la crisis financiera, el modelo de venta liberalizado busca meterse en un sistema controlado por el modelo sanitarista. “La crisis no ha surgido por este motivo, pero hay un refrán español que puede resumirlo, ‘a río revuelto, ganancia de pescadores’”, dicen en España. O sea que la tendencia mundial de la que habla CAPEMVeL no sería la de venta “al por mayor”, sino más bien el ataque a la venta controlada.
La supuesta tendencia mundial a la que se hace referencia no parece ser tal, y por el contrario, existen muchos países que busca regular la venta por la gran cantidad de casos de intoxicaciones, el fomento del tráfico y la incidencia de los productos falsificados. En Chile, por ejemplo, el intento de autorizar la venta de medicamentos en supermercados genera un fuerte rechazo en la sociedad, que ya debe sufrir el mercado más concentración, casos de colusión (arreglo de suba de precios por parte de las tres grandes cadenas) y una lucha desesperada por frenar la iniciativa oficial.
Pero además del plano internacional, el comunicado de la cámara tiene un claro objetivo vernáculo: lograr romper la ley 26.567, en especial en suelo porteño. Allí, donde el lobby de la CAPEMVeL tiene una fuerte incidencia –con su vocero Juan Tonelli a la cabeza, compañero sentimental de la actual diputada del PRO Gabriela Michetti –se busca autorizar por ley la venta por fuera de farmacias, gracias a un proyecto de Helio Rebot. Pero las cosas no le van bien: ya la justicia echó por tierra parte de los argumentos de este sector, y no hizo lugar a un recurso de amparo de una kiosquera que, pese a la artillería legal presentada, no fue autorizada a la venta de fármacos.
En definitiva, la cámara busca acomodar la legislación vigente a sus intereses, y distorsionar una realidad para utilizarla como base de argumentos. Pero supongamos que la tendencia mundial fuera efectivamente la venta indiscriminada fuera de farmacias. El país debería sumarse a una amenaza sanitaria tan grande solo para seguir “una tendencia mundial”. En los ’90, parecía verdad absoluta el desguase del Estado y el achicamiento de la incumbencia pública, generando una ola privatizadora que nada dejó. Sin embargo, unos pocos años después nos encontramos con sus nefastas consecuencias, que llevó al país a una crisis terminal que tal vez se podría haber evitado si se salía de “la tendencia mundial” del neoliberalismo. ¿Vamos a esperar más muertes por intoxicaciones para entender que por más tendencia que haya, la salud es un bien superior más allá de las tendencias?
El refrán popular dice que “no hay peor ciego que aquel que no quiere ver”. La realidad que enfoca esta tenebrosa cámara es parte de esta peligrosa tendencia. Una mirada distorsionada que se “autoengaña” para tratar de ajustar su discurso a un mundo que, en efecto, parece no existir. Y si existe, no es lo naif que se lo muestra. No alcanza con tener una pequeña parte de razón para argumentar a favor de intereses de lobbies que presionan para romper leyes argentinas, insistimos. Estos argumentos de CAPEMVeL son artilugios patéticos que además, y es lo triste del caso, nos cuestan muchas vidas. Los laboratorios de venta “libre” esgrimen una verdad a medias que es como decir una mentira entera.