PRESCRIPCIÓN, FARMACIA Y UTILIZACIÓN
Utilización
Regla número 1 para el uso seguro de medicamentos: consulte a su médico de familia y complete una hoja de tratamiento (No. 1 Rule for Safe Drug Use: Have ‘Brown Bag Sessions’ with Your Primary Doctor; Fill Out a Drug Worksheet)
Worst Pills Best Pills Newsletter, marzo de 2011
Traducido por Salud y Fármacos
El siguiente artículo ha sido adaptado de la edición de 2005 de nuestro libro, Worst Pills, Best Pills.
Siempre que acuda a la consulta de un médico al que no haya visitado previamente, reúna todas las prescripciones, los fármacos sin receta y los suplementos dietéticos de su botiquín y llévelos al médico. De este modo, podrá realizar una lista y comenzar a completar una hoja de tratamiento.
El objetivo de la hoja de tratamiento es que usted y su médico (o médicos) conserven un registro de todos los medicamentos que toma en la actualidad, la indicación de uso, sus efectos secundarios y otra información esencial. Es particularmente importante hacer especial hincapié en este primer paso, y es el más crucial en la prevención de las reacciones farmacológicas adversas.
Los médicos nunca deberían prescribir un fármaco o renovar una prescripción sin un conocimiento completo y actualizado de los fármacos que toma o que podría estar tomando. Antes de la consulta con su médico, su farmacéutico puede ayudarle a completar partes de su hoja de tratamiento.
Cuando lleve todos los medicamentos que toma, solicite a su médico que le ayude a completar la hoja. Es posible que usted tenga la información necesaria sobre los fármacos de venta sin receta, mientras que su médico podrá ayudarle con la mayoría de la información concerniente a los fármacos prescritos, al menos de los fármacos que le ha prescrito su médico personalmente.
Elementos de la hoja de tratamiento
a. Nombre del medicamento, del médico que lo prescribió, y la fecha de inicio o de cambio de dosis. Debe anotarse tanto el nombre comercial como el genérico, ya que se usan ambos nombres. Deben incluirse todos los medicamentos prescritos por los médicos y especialistas. También deben indicarse los medicamentos de venta sin receta y la cantidad de alcohol, tabaco y cafeína que toma. Se producen muchas interacciones peligrosas entre los fármacos y entre los fármacos y el alcohol, así que esta información es extremadamente importante.
b. Objetivo del fármaco: identificar el motivo por el que se toma el fármaco. A menudo, debido a que muchos médicos se sienten frustrados por no poder hacer nada más por el paciente, o porque el médico piensa que el paciente no estará satisfecho a menos que le recomiende un fármaco, las recetas se expenden sin un motivo medico válido. En un estudio, los pacientes notificaron que no le decían el motivo de prescripción del fármaco en aproximadamente por 1 de cada 4 recetas (25,4%).
c. Dosis, frecuencia de uso y duración de la terapia. Es importante saber la dosis, la frecuencia de administración, a qué horas y durante cuánto tiempo.
d. Cuándo debe interrumpirse la terapia o debe reevaluarse la necesidad de uso. Para cualquier fármaco, ya sea nuevo o antiguo, se debería asumir que solo se utilizará durante el menor tiempo posible, a menos que sea necesario su uso continuo. Una excepción sería el uso, durante el periodo de tiempo prescrito (incluso si se siente mejor), de antibióticos. La evaluación al menos cada tres a seis meses de la necesidad de uso de cada fármaco reducirá el número de fármacos que consume. Para algunos fármacos, como tranquilizantes, sedantes-hipnóticos y antidepresivos, entre otros, es necesaria una reevaluación mucho más frecuente.
e. Posibles efectos adversos importantes del medicamento. Porque muchos de los efectos adversos perceptibles más graves de los fármacos a menudo se atribuyen erróneamente a “edad avanzada” (como caídas, pérdida de memoria y depresión, entre otros), es importante que los pacientes sepan los efectos adversos de los fármacos que toman para que puedan reconocerlos y notificarlos a su médico. En un estudio, investigadores hallaron que el 37% de las reacciones farmacológicas adversas documentadas no habían sido reconocidas ni notificadas por los pacientes a sus médicos, y que la mayoría de estos pacientes no habían sido informados por sus médicos de las posibles reacciones farmacológicas adversas que podían experimentar.
f. Posibles interacciones importantes con fármacos y alimentos, especialmente con fármacos de venta sin receta y recomendaciones dietéticas. Pregunte a su medico qué alimentos y otros fármacos ingeridos junto a su fármaco pueden interactuar y producir efectos adversos, y solicite recomendaciones dietéticas.
g. Cómo está tomando realmente el medicamento. Siempre sea franco con su medico sobre si toma o no el medicamento y con qué frecuencia. Haga esto incluso si no tenía un motivo concreto para interrumpir la terapia. Esto es importante porque no dar esta información a su médico puede llevar a conclusiones erróneas sobre qué dosis o fármacos funcionan.
h. Nuevos problemas o quejas identificadas por los pacientes, amigos o familiares desde el inicio de cualquier terapia. Como hemos mencionado anteriormente, los pacientes no siempre se dan cuenta de los cambios que se producen con los cambios de medicación, especialmente en personas mayores que tienden a culpar muchos de sus problemas a la edad. A menudo son los amigos y familiares los primeros en darse cuenta de las reacciones farmacológicas adversas, especialmente las que afectan al pensamiento o al humor. Una dificultad adicional es que a menudo los pacientes son reacios a contar a sus médicos que algo que le han prescrito para ponerse mejor les ha hecho empeorar. La suposición más segura es que el empeoramiento del estado del paciente o cualquier nuevo síntoma que desarrolle tras el inicio de la terapia sea una reacción farmacológica adversa, hasta que se pruebe lo contrario.
i. A su juicio, de su familia y de su médico, ¿el fármaco funciona? ¿Se ha alcanzado el objetivo para el que se prescribió el fármaco?