ADVIERTEN
Precauciones
Antidepresivos. El consumo de antidepresivos durante el embarazo se vincula a mayor riesgo de problemas pulmonares en los bebés y a autismo.
Basado en Steven Reinberg. Antidepressants while pregnant linked to slight risk of lung problems in babies, Health Day, 12 de enero 2012
http://consumer.healthday.com/Article.asp?AID=660699; y Anne Harding, Antidepressants in pregnancy might raise autism risk CNN, 6 de julio 2011, http://www.cnn.com/2011/HEALTH/07/04/antidepressant.pregnancy.autism.risk/
Traducido y editado por Salud y Fármacos
Las mujeres que consumen inhibidores de la reabsorción de la serotonina (SSRIs) como Prozac y Celexa durante el embarazo tienen un riesgo ligeramente superior de que su bebé nazca con hipertensión pulmonar. Este problema de salud, hipertensión pulmonar persistente, se manifiesta con falta de aliento y dificultad para respirar, y en los casos severos se asocia a insuficiencia cardiaca.
La Dra. Helle Kieler, directora del centro de fármacoepidemiología del hospital de la Universidad de Karolinska en Suecia y autora del articulo publicado en la versión electrónica de BMJ del 12 de enero 2012, dijo “Los bebés nacidos de madres tratadas con SSRIs durante la última fase de su embarazo tienen el doble de riesgo de tener hipertensión pulmonar que los hijos de madres que no reciben ese tratamiento” y añadió, “y parece ser un efecto de clase, pues la magnitud del riesgo fue parecida para los diferentes tipos de SSRIs”.
“En la medida de lo posible es mejor utilizar tratamientos sin medicamentos en las mujeres embarazadas, pero si la mujer los necesita el tipo de SSRI que se utilice es de menor importancia”, dijo la Dra Kieler, y añadió que las mujeres en tratamiento deben ser informadas de este riesgo, y también deben saber que la hipertensión pulmonar persistente es rara y afecta a menos de dos por cada 1,000 recién nacidos.
Este estudio se basa en datos de más de un millón de nacimientos ocurridos en Dinamarca, Bélgica, Islandia, Noruega y Suecia entre 1996 y 2007. Entre las madres había 11.000 que habían consumido medicamentos SSRIs al final del embarazo y unas 17.000 durante las fases tempranas del embarazo. La mayor parte de las mujeres eran fumadoras de edad avanzada. Además había 54.000 mujeres diagnosticadas con enfermedad mental que no estaban tomando medicamentos.
Entre los bebés de las 11.000 mujeres que consumieron SSRIs durante fases avanzadas del embarazo, 33 bebés (0,2%) nacieron con hipertensión pulmonar; entre las 17.000 que consumieron SSRIs durante las primeras fases del embarazo 32 presentaron esa dolencia; y entre las 54.000 con problemas mentales que no consumieron SSRIs hubo 114 que dieron luz a bebés con hipertensión pulmonar. Otros factores como nacimiento por cesárea o bajo peso al nacer no se asociaron a hipertensión pulmonar persistente.
El estudio incluyó los siguientes medicamentos: fluoxetina (Prozac), fluvoxamina (Luvox), citalopram (Celexa), paroxetina (Paxil), sertralina (Zoloft) y escitalopram (Lexapro).
El Dr Gideon Koren, de la Universidad de Toronto y autor de la editorial que acompaña al artículo dijo que el hallazgo no determina causalidad, es decir no prueba que los SSRIs causen hipertensión pulmonar en el recién nacido. En realidad los resultados muestran que las mujeres depresivas no tratadas también tienen hijos con hipertensión pulmonar.
La Dra. Sosenko de la Universidad de Miami dijo que este estudio no cambiará la práctica clínica porque el riesgo de hipertensión pulmonar es bajo, y manejar la depresión es quizás más importante que preocuparse por la hipertensión pulmonar. “La depresión influye en la alimentación de la madre y en el consumo de otras drogas”, comentó.
Por otra parte, un estudio publicado en Archives of General Psychiatry y escrito por Losa Croen et al, que incluyó a 298 niños autistas y 1.507 no autistas nacidos entre 1995 y mediados de 1999, reveló que las mujeres que habían recibido prescripciones (no pudieron comprobar si las madres habían consumido el medicamento) de Zoloft, Prozac, Luvox, Celexa, Paxil o sus versiones genéricas durante el embarazo tenían mayor probabilidad de dar a luz a niños con problemas relacionados con el autismo.
Veinte de los niños autistas (6,7%) habían sido supuestamente expuestos a SSRIs durante el embarazo, comparado con 50 (3,3%) de los niños no expuestos. Tras controlar por otros factores de riesgo (edad de la madre, etnia, historia de depresión u otros problemas de salud mental) los autores concluyeron que los fetos expuestos a SSRIs tenían el doble de riesgo (2,2 veces superior) de sufrir un problema relacionado con el autismo que los no expuestos; y los niños expuestos durante el primer trimestre tenían una probabilidad casi cuatro veces superior (3,8) que los niños no expuestos a SSRIs de presentar un problema relacionado con autismo.
Aproximadamente el 12% de las madres de niños autistas habían sido diagnosticadas con depresión u otros problema de salud mental. Otros estudios anteriores habían informado sobre el riesgo de autismo en los hijos de madres con problemas mentales, pero este es el primer estudio que solo documentó esa asociación entre las madres con problemas de salud mental que recibieron tratamiento con SSRIs.
Croen et al decidieron hacer este estudio por el aumento de los casos de autismo, el aumento del consumo de SSRIs durante el embarazo y porque se ha observado que los niños autistas tienen un trastorno en el metabolismo de la serotonina.
Según Croen et al, aproximadamente un 2% de los casos de autismo ocurridos a finales de los 1990s podrían atribuirse a los SSRIs, pero esta proporción podría haber aumentado al aumentar el consumo de SSRIs durante el embarazo (El primer SSRI no se comercializó hasta 1987). Un estudio realizado en el 2005 documentó que el 6,5% de las mujeres embarazadas estaban recibiendo tratamiento con SSRIs.
Estos resultados tienen que confirmarse con otros estudios de mayor tamaño. Muchos de los niños expuestos a SSRIs no desarrollaron autismo. Los expertos dicen que este hallazgo no debe disuadir a las mujeres de tomar antidepresivos cuando los necesitan, pues la depresión no tratada tiene sus propios riesgos, incluyendo problemas de crecimiento del bebé y nacimiento prematuro. Sin embargo la FDA ha clasificado la seguridad de los SSRIs durante el embarazo en el grupo C. Los medicamentos incluidos en esta categoría son aquellos que en estudios con animales se han vinculado a la aparición de defectos de nacimiento, y cuya seguridad en humanos no se ha podido comprobar por falta de estudios. El Dr. Nouchine Hadjikhani, experto en autismo y profesor de radiología de la escuela de medicina de Harvard, dice que las mujeres embarazadas deben ser precavidas y deben intentar evitar el consumo de SSRIs. Según él, los estudios en animales demuestran que cuando hay una exposición a elevados niveles de SSRIs aumenta considerablemente la posibilidad de desarrollar autismo en el recién nacido. El Dr. Hadjikhni publicó un artículo en 2010 donde especulaba que el exceso de serotonina durante el embarazo podría explicar el aumento en la frecuencia de autismo.