PRESCRIPCIÓN, FARMACIA Y UTILIZACIÓN
Prescripción
Beneficios y riesgos de los medicamentos populares contra la alergia (Benefits and risks of popular allergy medications)
Worst Pills Best Pills Newsletter, abril de 2012
Traducido por Salud y Fármacos
Una persona con una alergia presenta una hipersensibilidad a una sustancia particular llamada alérgeno. Esta hipersensibilidad provoca una respuesta adversa del sistema inmunitario (que nos defiende contra una infección, enfermedad o cuerpo extraño) hacia el alérgeno.
Si experimenta picor y moqueo nasal, ojos llorosos, estornudos y un cosquilleo detrás de la garganta, probablemente tenga una alergia (en este caso, del polen de los árboles y otros componentes primaverales, lo cual se produce de forma estacional). La exposición a alérgenos en el aire (como polen, polvo, plumas o pelos de animales) pueden producirnos estos síntomas de la alergia. La liberación en el organismo de una sustancia química llamada histamina, desencadenada por la exposición a los alérgenos, es la causante principal de estos síntomas de la alergia.
Tratamiento de las causas de una alergia
El mejor tratamiento de una alergia es descubrir su causa y, si es posible, evitar el contacto con la sustancia en cuestión. Si, por ejemplo, lagrimea, empieza a moquear y le aparece un sarpullido cada vez que se acerca a un gato, evite los gatos y ya habrá solucionado su problema.
Sin embargo, en muchos casos no es tan fácil evitar el alérgeno. Si estornuda durante una estación concreta del año o durante todo el año, no puede hacer mucho para evitar el polen, el polvo o las partículas de hierba presentes en el aire y que provocan su reacción. A algunas personas les alivia estar en espacios interiores, cerrados, más frescos y con menos polvo, pero esto no siempre es posible.
Si no puede aislarse y evitar la causa de su alergia, el tratamiento inicial más efectivo es una clase de fármacos llamados antihistamínicos (que actúan sobre la liberación de histamina en el organismo). Muchos de ellos están disponibles en venta sin receta.
Tratamiento de los síntomas de una alergia: fármacos que no debe usar
Por desgracia, al experimentar los efectos de las alergias estacionales, los consumidores acuden con frecuencia en primer lugar a los descongestionantes de venta libre. Sin embargo, muchos de estos productos solo tratan la congestión nasal, que no es el síntoma principal de una rinitis alérgica, y no el picor y los ojos llorosos, los estornudos y el cosquilleo de garganta. Además, lo que todavía es más importante es que estos descongestionantes, que a menudo reivindican su capacidad de tratar la congestión nasal sin producir somnolencia, pueden producir de hecho otros efectos secundarios como insomnio, nerviosismo y problemas cardiacos potenciales debido a que tienen propiedades semejantes a las anfetaminas.
Estos productos tampoco incluyen el tratamiento más efectivo para la alergia estacional, los antihistamínicos, y los sustituyen con descongestionantes nasales con propiedades anfetamínicas.
Sin embargo, algunos productos para la alergia combinan un descongestionante nasal con un antihistamínico, que es como matar moscas a cañonazos. Estos productos combinados para la alergia aumentan el riesgo de efectos adversos y deben evitarse de igual forma.
Tratamiento con antihistamínicos en monoterapia
Efectividad. No hay evidencias de que los nuevos fármacos llamados antihistamínicos de segunda generación como loratidina (Claritin, también disponible en formato genérico) sean algo más efectivos para el tratamiento de la rinitis alérgica que los anteriores antihistamínicos de primera generación como clorfeniramina (Chlortrimeton, ahora también disponible en formato genérico). (Consulte el Cuadro para ver un listado de algunos antihistamínicos de primera y segunda generación).
Seguridad: efectos sedantes y anticolinérgicos. Los antihistamínicos de segunda generación reclaman su menor capacidad de sedación en comparación con los antihistamínicos de primera generación. Sin embargo, las diferencias entre estos dos grupos no son tan asombrosas como se podría pensar al ver los anuncios. Aunque los antihistamínicos de primera generación tienen efectos sedantes en más pacientes, pueden interferir en la capacidad de conducción e incrementar el riesgo de accidentes laborales, los renombrados antihistamínicos de segunda generación por su supuesta ausencia de efectos sedantes también producir sedación en el 2-11% de los pacientes.
Todos los antihistamínicos, especialmente los de primera generación a altas dosis, pueden inhibir el funcionamiento normal de la acetilcolina, un ubicuo transmisor del sistema nervioso implicado en numerosas funciones del cuerpo. Los fármacos que bloquean los efectos de la acetilcolina (los fármacos anticolinérgicos) pueden:
· Producir sequedad bucal
· Inhibir la secreción de ácido estomacal
· Enlentecer el tránsito de la comida por el sistema digestivo
· Inhibir la secreción de saliva, sudor y secreciones bronquiales
· Aumentar la frecuencia cardiaca y la presión sanguínea
· Producir estreñimiento
· Dificultar la micción
· Producir confusión y problemas de memoria a corto plazo.
En pocas palabras: No recomendamos un fármaco tan promocionado como desloratadina (Clarinex). Este fármaco fue el sustituto de Schering-Plough (ahora propiedad de Merck) de su antihistamínico loratadina (Claritin) que le reportaba 3.000 millones de dólares anuales. La patente de loratadina caducó en el año 2002. Desloratadina es un fármaco nuevo, aunque solo técnicamente. Los pacientes que han estado tomando loratadina desde su aprobación en 1994 han estado produciendo desloratadina con cada dosis de loratadina. Loratadina se fragmenta o metaboliza a desloratadina en el organismo. Esto es, una ligera modificación en la composición del fármaco permite a Merck aprovecharse de una débil ley de patentes norteamericana y cobrar precios por una marca comercial que es funcionalmente equivalente a un fármaco más antiguo que ahora es mucho más barato porque, tras perder la patente, está disponible en formato genérico. |
Lo que puede hacer
Todos los antihistamínicos, excepto desloratadina (Clarinex), están disponibles sin receta, por lo que debería hablar con su médico antes de tomar cualquiera de estos fármacos. Los consumidores que crean que los medicamentos de venta sin receta no suponen un peligro en comparación con los fármacos con receta corren el riesgo de hacer un mal uso y sufrir una sobredosis – especialmente en adultos de edad avanzada, que en líneas generales son más susceptibles a los efectos secundarios.