ECONOMÍA Y ACCESO
Tratados de Libre Comercio, Exclusividad en el Mercado, Patentes
Colombia. Nueva controversia por concesión de patentes
Jorge Correa C.
El Tiempo, 2 de septiembre de 2012
http://www.portafolio.co/detalle_archivo/DR-61411
La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) está ‘ad portas’ de expedir una resolución mediante la cual acepta los resultados del examen de patentabilidad de cualquier producto realizado por una agencia similar de otro país y, con el cumplimiento por el solicitante de otros requisitos, concede la patente pedida.
José Luis Salazar, director de patentes de la SIC, explicó que esta “podrá pedir el examen de patentabilidad de otras oficinas y reconocerlo como válido. Si es favorable, y cumplidos otros requisitos, podrá otorgar la patente; si no es favorable, la negará”. La entidad no haría su propio examen.
Las patentes, en todo el mundo, se otorgan para proteger los inventos y promover la innovación. En Colombia tienen una vigencia de 20 años y, según Salazar, el trámite administrativo de una solicitud supera los cuatro años; en EE UU, está entre 40 y 44 meses, a veces cuatro años en algunos sectores.
“El promedio de una buena oficina serían tres años, que es un buen tiempo”, dijo. Para el director de Colciencias, Jorge Alonso Cano, es una iniciativa muy interesante porque contribuye a agilizar el trámite administrativo, lo cual incentiva la presentación de solicitudes de patentes por parte de los nacionales ante la Superintendencia, lo que en últimas estimula la investigación sobre materias patentables.
Sin embargo, los directivos de la Misión Salud e Ifarma, ONG que promueven el acceso a los medicamentos, y de la Federación Médica Colombiana consideran que la propuesta es un “salto al vacío” porque reconocerá patentes otorgadas en otros países, independientemente de sus repercusiones sociales.
La iniciativa de la SIC es una aspiración de la industria farmacéutica internacional que no ha sido aceptada en países desarrollados, particularmente en la Unión Europea, manifestó Germán Holguín, director de Misión Salud, quien advirtió que aceptarla es renunciar a la soberanía en materia de innovación y salud pública.
Consideración similar hizo el presidente de Asinfar (gremio de las farmacéuticas nacionales), Alberto Bravo, que en carta dirigida al Superintendente, Miguel de la Calle, comenta que las patentes se otorgarían de manera prácticamente automática, con base en exámenes de oficinas extranjeras, algunas de las cuales aplican estándares menos exigentes y rigurosos que los que habitualmente aplica la SIC.
El exsuperintendente de Industria y Comercio, Jairo Rubio, hecha la salvedad de que no conoce en detalle el proyecto, enfatizó en que “es amigo de las patentes con calidad”, que son las que cumplen con los requisitos de que lo que se patenta sea una creación nueva, tenga altura inventiva y aplicación industrial.
Rubio explicó que hay legislaciones y autoridades de propiedad industrial foráneas, como las de Estados Unidos, donde son muy proclives a las patentes y no hacen un examen muy riguroso. “Yo aplaudo la propuesta de la SIC si es para facilitar el estudio de las patentes, pero si es para otorgarlas porque fue concedida, por ejemplo, en EE UU o Europa, me parecería catastrófico y no apoyo esa iniciativa”, manifestó Rubio.
Para Luis Ángel Madrid, quien coordinó la mesa de propiedad intelectual en el inicio de las negociaciones del TLC con Estados Unidos y actualmente es docente e investigador de la Universidad Sergio Arboleda, el proyecto de resolución de la SIC se limita a abrir una posibilidad permitida por la normatividad andina y que a la fecha no se había reglamentado.
El ministro de Comercio, Sergio Díaz-Granados, por su parte, dijo que cualquier iniciativa destinada a hacer más eficiente los trámites y procedimientos, incluido el sistema de propiedad intelectual, redundará en beneficio de los titulares de derechos, nacionales y extranjeros.
No obstante, según Alberto Bravo, lo que se pretende es que Colombia renuncie a una política propia de materia de estándares de patentabilidad que, junto con su gestión autónoma y nacional, es la pieza clave de todo sistema de patentes.
Con esa propuesta, agregó, la SIC no solo “parece alejada del país en el que vive, sino que solo sirve a los que no viven en el país”.