Una fuerte actividad cabildera de la industria de EE.UU. y UE debilitó el Reglamento REACH (Registro, Evaluación y Autorización de Productos Químicos)
Traducido por Boletín Fármacos de: A Strong US and EU industry lobby weakened the REACH Regulation, Rev Prescrire 2007;27(285):537-539.
– La Comisión Europea inició la reglamentación REACH en el año 2001 con el fin de mejorar los controles de los productos químicos fabricados o importados en la Unión Europea. Esto provocó una intensa actividad de cabildeo en cada paso del procedimiento.
– Documentos internos procedentes de las agencias estadounidenses muestran que, para aplacar a la industria química, la administración Bush ejerció presión sobre los directivos europeos de alto rango.
– Las empresas europeas también entraron en acción con una presión constante y muy agresiva para intentar debilitar la Reglamentación REACH.
– Esta presión de los cabilderos tuvo un impacto negativo sobre el texto final de la Reglamentación REACH, pero a pesar de todo el texto se adoptó y ahora falta por ver la rigurosidad de su implementación.
En septiembre de 2003, el Parlamento Europeo publicó una tira cómica, “Aguas turbulentas”, diseñada para explicar cómo funciona el Parlamento [1,2]. El protagonista de este proyecto educativo era un diputado europeo que trabajaba como enviado especial para la Comisión de Medio Ambiente en una Directiva relativa a la contaminación del agua y cuyos esfuerzos iban dirigidos a asegurar que el texto final fuera congruente con el espíritu de la iniciativa original [2]. Varios cabilderos intentaron influir en la toma de decisiones durante todo el proceso hasta la adopción final de la Directiva. Pero esto no es ficción.
Todas las Directivas y Reglamentaciones, especialmente aquellas con importantes implicaciones sociales, económicas y medioambientales, están sujetas a una intensa presión por parte de los cabilderos poco visible al público en general. Los textos del anteproyecto de la Reglamentación REACH (Registro, Evaluación y Autorización de Productos Químicos) no son una excepción.
Políticos del nivel más alto ayudaron a los fabricantes a socavar la Regulación REACH
La Comisión Europea inició la Reglamentación REACH con el fin de intentar controlar las sustancias químicas producidas o fabricadas en la Unión Europea, es decir, más de 100.000 sustancias cuyo impacto sobre la salud o el medio ambiente en la gran mayoría de los casos nunca ha sido evaluado [a]. Esta iniciativa fue objeto de un libro blanco que se publicó en febrero de 2001 y la Comisión Europea presentó el anteproyecto de la Reglamentación en octubre de 2003 [3].
La adopción de la Reglamentación REACH tendrá repercusiones no sólo para la industria química europea sino para la de todo el mundo [3]. Estas implicaciones globales para el sector privado se reflejaron en la intensidad de su cabildeo.
La administración Bush intentó bloquear la iniciativa europea. Rara vez se hacen visibles los métodos empleados por las multinacionales para influenciar la toma de decisiones políticas [4]. Por ello, un informe escrito para el demócrata Henry Waxman publicado en abril de 2004 resulta particularmente informativo. El informe se basa en documentos internos (comunicados, memorándums, correos electrónicos) procedentes de varias administraciones estadounidenses y obtenidos por la Fundación de Salud Medioambiental a través de la Ley de Libertad de Información [b] [5].
Según el informe Waxman, cerca del 80% de los fondos destinados a las campañas electorales por la industria química entre 2000 y 2004, es decir, 21 millones de dólares, tuvieron como receptor al Partido Republicano. Varios departamentos, incluido la Agencia para la Protección del Medioambiente (EPA) de EE.UU., así como directivos de alto rango como el Secretario de Estado Colin Powell intentaron socavar la propuesta de la Reglamentación REACH [5].
Desde la toma de poder, la administración Bush ha pedido a la industria química sus puntos de vista e inquietudes. Se han organizado encuentros en Estados Unidos y Europa entre representantes de la administración Bush, diplomáticos enviados a Europa, organizaciones que representaban distintos sectores de la industria química y compañías como DuPont y Dow, para preparar una lista de argumentos contra la Reglamentación REACH. Posteriormente personal estadounidense ocupando altos cargos presentaron estos argumentos a los estados miembros de la UE y a la Comisión Europea [5].
La oposición estadounidense a la Reglamentación REACH se basó en tres líneas de ataque. La primera línea de ataque consistió en aproximarse a los países a priori más influenciables debido a la importancia de su industria química: Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Países Bajos e Irlanda. Los argumentos medioambientales de países como Suecia y Finlandia debían ser neutrales. También se consideró necesario obtener la oposición a la Reglamentación REACH por parte de los representantes europeos. Un correo electrónico de un directivo del Representante de Comercio de Estados Unidos, con fecha de 4 de abril de 2003, menciona “el apoyo obtenido” de Margot Wallström, por aquel entonces comisionada europea para el medio ambiente.
La segunda línea de ataque consistió en la organización de visitas, reuniones y conferencias por representantes de la EPA y el Consejo Químico de Estados Unidos para “educar” a los gobiernos europeos y a la Comisión Europea sobre el funcionamiento del sistema de controles impuesto por la EPA en Estados Unidos.
La tercera línea de ataque se centró en el desarrollo de una estrategia de oposición a la Reglamentación REACH en los países europeos, principalmente a través de los medios de comunicación y los representantes de gobierno [5].
Los argumentos de la industria química estadounidense, repetidos por sus portavoces, eran que la propuesta REACH era “costosa, gravosa y compleja”, disuadiría la innovación y obstaculizaría el comercio. La industria impulsó un análisis coste-beneficio “realista” antes de dar ningún paso. Defendió la implantación de medidas voluntarias en vez de medidas vinculantes. Estos argumentos se resumieron en los comentarios oficiales de la administración Bush dirigidos a mediados de 2003 a la Comisión Europea. Los mismos argumentos también se comunicaron a los principales socios comerciales de Estados Unidos, como Canadá, México, Japón y Australia, para que apoyaran la misma postura [5].
El cabildeo estadounidense fue efectivo. En septiembre de 2003, Jacques Chirac, Gerhard Schröder y Tony Blair enviaron una carta a Romano Prodi, por aquel entonces presidente de la Comisión Europea, en la que insistían en que la Comisión tuviera en cuenta el legítimo interés de las compañías europeas y en la que solicitaban una evaluación global del impacto de la reglamentación propuesta sobre la industria química europea [c] [5,6].
El informe Waxman observó una serie de diferencias entre el primer borrador publicado por la Comisión Europea en febrero de 2001 y el anteproyecto de la Reglamentación REACH presentado en el Parlamento y el Consejo Europeo el 29 de octubre de 2003 [5]. Estas diferencias incluyeron: exclusión del ámbito de la Directiva de algunos polímeros e intermediarios, reducción de los requisitos legales sobre las sustancias presentes en el producto final y el anuncio de una evaluación del impacto, todas ellas medidas muy similares a las propuestas por la administración Bush. En su informe del 2003, el Consejo Químico de Estados Unidos se regocijó de que la oposición al texto del anteproyecto de la Comisión Europea, respaldado por una importante intervención del gobierno estadounidense y transmitido a los responsables franceses, alemanes y británicos, había conducido a “cambios significativos” del texto [5].
La Reglamentación REACH sólo se aplicará a sustancias producidas o importadas en cantidades superiores a una tonelada, es decir, 30.000 sustancias, y el informe de seguridad química, inicialmente requerido para todas estas sustancias, ahora sólo es necesario para aquellas sustancias producidas o importadas en cantidades superiores a 10.000 toneladas, es decir, 12.500 sustancias [3].
Europa es más opaca que Estados Unidos. Resulta evidente la falta de transparencia de las autoridades europeas en el informe escrito por el Observatorio Europeo Corporativo (CEO) [d] [7]. El CEO intentó en vano obtener, mediante la regulación de libertad de información de la UE, copias de la correspondencia y las actas de las reuniones entre la Comisión Europea y los representantes de la industria química sobre REACH (estimada en más de mil por el CEO). La Comisión Europea denegó esta solicitud por considerarla “desproporcionada y excesiva”. El CEO también intentó, otra vez sin éxito, averiguar, de las 35 empresas de relaciones públicas con sede en Bruselas que aportaron consejo a la industria química, cuánto dinero gastaron las compañías para influenciar a los responsables europeos [e] [7]. Sin embargo, lo poco que sabemos ya lo dice todo.
Los cabilderos químicos europeos estaban omnipresentes. Tanto antes como después de la presentación del anteproyecto de la Reglamentación REACH, las federaciones del sector privado ejercieron una presión continua, especialmente CEFIC (Consejo Europeo de la Industria Química) y UNICE (Unión de Confederaciones Industriales y de Empresarios Europeos) [f] [7,8].
Las compañías químicas alemanas, especialmente BASF y Bayer, fueron particularmente agresivas e influyentes, tanto a nivel nacional como europeo. En 2005, BASF confirmó a la prensa alemana que tenía “bajo contrato” a 235 responsables de las tomas de decisiones políticas. Un informe de Greenpeace titulado “Cabildeo tóxico” proporciona varios ejemplos de personas que trabajaron para BASF o Bayer antes de obtener puestos importantes con UNICE o CEPIC y, en algunos casos, con el grupo encargado de la Reglamentación REACH en la Comisión Europea o el Parlamento Europeo. Otros siguieron el camino inverso [7,8].
Según declaraciones de Inger Schörling, por aquel entonces miembro del Parlamento por el partido Los Verdes y enviada especial del primer borrador, los cabilderos de la industria intentaron influenciar a los miembros del Parlamento Europeo mediante “seminarios, talleres, reuniones, almuerzos, cenas, cartas, correos electrónicos, llamadas telefónicas, visitas a las plantas, comunicados de prensa y cualquier otro medio que pueda utilizarse” [9].
En noviembre de 2005, el día antes de la votación tras la primera lectura de la propuesta REACH en el Parlamento Europeo, Guido Sacconi, enviado especial para la Comisión de Medio Ambiente, manifestó: “Los miembros del Parlamento estamos sometidos a una presión increíble por parte de las grandes compañías” [8]. El enviado especial para la Comisión del Mercado Interior, Harmut Nassauer, recibió asistencia directa de un empleado de la industria química alemana [8].
La batalla final por la Reglamentación REACH
El anteproyecto de la Regulación REACH se sometió al procedimiento de codecisión, el cual se basa en la consecución de un acuerdo entre el Parlamento Europeo y el Consejo. En la primera lectura, durante las sesiones plenarias del 16 y 17 de noviembre de 2005, el Parlamento Europeo votó por la implementación de una serie de enmiendas al anteproyecto de la Comisión Europea [3]. En julio de 2006, el Consejo comunicó su opinión [10]. Las opiniones del Parlamento y el Consejo divergieron en varios puntos importantes.
El compromiso final. A principios de diciembre de 2006, el enviado especial de la Comisión de Medio Ambiente indicó que se había alcanzado un compromiso y que las negociaciones sobre todo el texto de la Reglamentación REACH habían logrado un acuerdo con la presidencia finlandesa [11].
El 13 de diciembre de 2006, el Parlamento Europeo aprobó el compromiso negociado con el Consejo Europeo con 529 votos a favor, 98 en contra y 24 abstenciones [12]. Posteriormente el Consejo aprobó la Reglamentación REACH votada por el Parlamento. La Reglamentación REACH se publicó finalmente en el Official Journal of the European Union el 30 de diciembre de 2006 [g] [13].
En la mayoría de los puntos en litigio, la autorización y sustitución de sustancias dañinas (cerca de 3.000), la Reglamentación crea un procedimiento de autorización gestionado por la futura Agencia Europea de Productos Químicos (ECHA), para la comercialización de sustancias con potencial carcinogénico, mutagénico y de toxicidad reproductiva (CMR, categoría 1 ó 2) [h]; sustancias persistentes, bioacumulables y tóxicas (PBT); sustancias muy persistentes y muy bioacumulables (vPvB); sustancias (especialmente aquellas que producen alteraciones de tipo endocrino) para las cuales existe una evidencia científica de efectos potencialmente graves sobre la salud de los humanos o sobre el medio ambiente y que pueden ser tan peligrosas como la categoría previa [13].
Se concederá la autorización si se prueba que el riesgo está controlado, es decir, que los niveles de exposición estimados carecen de efectos sobre los humanos o el medio ambiente. También se podría conceder la autorización si los beneficios socioeconómicos pesan más que los riesgos para la salud o el medioambiente y si no existen sustancias o la tecnología adecuada para reemplazarlas. La decisión de la autorización de comercialización tendrá que tener en cuenta el análisis de las soluciones de reemplazo o el plan sustitutivo enviado por el fabricante. Estas autorizaciones tienen una vigencia de tiempo limitado y su duración se decidirá en cada caso según los planes enviados por el fabricante [13].
Los diputados europeos no lograron imponer la necesidad de un informe sobre la seguridad química de las sustancias producidas o importadas en cantidades entre una y díez toneladas, es decir, 17.500 sustancias [12,14,15].
El Parlamento Europeo pudo entrevistar a los candidatos al puesto de Jefe Ejecutivo de la futura Agencia de Productos Químicos, con sede en Helsinki (Finlandia), antes del nombramiento. El Parlamento designará dos miembros del consejo administrativo. Sin embargo, los diputados tampoco lograron las garantías que buscaban sobre la independencia de los miembros de la junta procedentes de la industria, especialmente en lo relativo a la publicación de los conflictos de intereses [12].
Alivio y decepción. Las organizaciones a favor de una Reglamentación REACH fuerte, como Greenpeace y la Confederación de la Unión Europea, dieron la bienvenida a las mejoras incluidas en la Reglamentación. Sin embargo, se lamentaban que las presiones ejercidas por la industria química hubieran tenido éxito al suavizar la reforma [15,16]. La Reglamentación REACH se tornó en ley en junio 1 de 2007 y será implementada en forma gradual. La fecha límite para el registro de los productos químicos es el año 2018 [12]. Se prevé la realización de revisiones antes de esa fecha [12,15]. Comprobaremos si traen consigo o no mejoras al respecto.
Notas
a. El anteproyecto REACH propuso que deben registrarse las sustancias químicas cuya producción o importación supere una tonelada (aproximadamente 30.000 sustancias), mientras que aquellas producidas en cantidades superiores a 10 toneladas deben someterse a examen; tras su registro se concederá la autorización del producto durante un tiempo limitado si las sustancias son motivo de preocupación para la salud y el medio ambiente [ref. 3]. De forma significativa, la Reglamentación REACH eliminó la realización de este examen: ahora corresponde a los fabricantes demostrar que sus productos son seguros (o que los peligros están controlados) y ya no corresponde a los gobiernos demostrar que son potencialmente peligrosos [ref. 3].
b. La Fundación para la Salud Medioambiental es una organización independiente sin ánimo de lucro con sede en Boston (EE.UU.) [ref. 5].
c. El impacto económico de la Reglamentación REACH ha sido objeto de muchos estudios. Los resultados no confirman de ninguna manera los peores temores de los fabricantes [ref. 3].
d. El CEO es un grupo de investigación independiente sin ánimo de lucro con sede en Ámsterdam (Países Bajos). Su investigación se centra en las amenazas a la democracia, la equidad, la justicia social y el medio ambiente planteadas por el poder económico y político de las corporaciones y sus cabilderos. Para más información, consultar la página web www.corporateeurope.org.
e. En noviembre de 2005, la Comisión Europea y el Comisionado para Asuntos Administrativos, Auditoria y Acción contra el Fraude, Siim Kallas, lanzaron la iniciativa europea para la transparencia, en la que se enfatizaba la importancia de una “transparencia de alto grado” para la Unión Europea para que esté “abierta al escrutinio público y sea responsable de su trabajo”. Un libro verde, publicado para la consulta pública desde el 3 de mayo al 31 de agosto de 2006, proporciona información de los tres elementos principales de esta iniciativa: la necesidad de establecer un marco más estructurado para las actividades de “intereses de terceros"; feedback sobre normas mínimas para las consultas efectuadas por la Comisión; y la obligación de divulgar información sobre todos los beneficiarios de los fondos europeos gastados conjuntamente con los estados miembros [ref. 17]
f. UNICE y CEFIC emplearon en primer lugar tácticas de amedrentamiento para presentar la Reglamentación REACH como una iniciativa que iba a costar millones de empleos, sólo en Alemania y Francia, y que incluso conduciría a la desindustrialización de Europa [ref. 7,8]. Posteriormente argumentaron que el coste para la pequeña y mediana empresas sería exorbitante. Finalmente, iniciaron propuestas que habrían paralizado virtualmente la futura Agencia Europea de Productos Químicos [8].
g. La publicación de la Reglamentación REACH se acompañó de una Directiva que tiene en cuenta la cambios efectuados por la Reglamentación [ref. 18].
h. En la Reglamentación de la Unión Europea, la categoría 1 corresponde a sustancias conocidas como carcinogénicas, mutagénicas o tóxicas para el sistema reproductivo humano. La categoría 2 corresponde a sustancias próximas a estos productos. El Instituto Francés de Investigación y Seguridad (INRS) ha publicado un resumen de esta clasificación [ref. 19].
Referencias
1. Prescrire Editorial Staff “EU lobbies” Prescrire Int 2003;12(67): 194.
2. David D et al. “Les eaux blesses” Direction générale information et relations publiques du Parlement européen, Office des publications officielles des Communautés européennes, Luxembourg 2002. Web- site www.europarl.europa.eu consulted on 25 April 2007: 40 pages.
3. Prescrire Rédaction “La proposition REACH, pour un meilleur contrôle des substances chimiques commercialisées dans l’Union européenne” Rev Prescrire 2006;26(270): 218-224.
4. Loewenberg S “US chemical companies leave their mark on EU law” Lancet 2006;367:556-557.
5. United States House of Representatives “A special interest case study: the chemical industry, the Bush administration, and European efforts to regulate chemicals” Report prepared for Rep. Henry A, Waxman, April 2004: 21 pages.
6. Délégation de l’ Assemblée nationale pour l’Union européenne “Rapport d’information sur la modernisation du cadre réglementaire des produits chimiques dans l’Union européenne, dit système Reach” October 2005: 82 pages.
7. Corporate Europe Observatory (CEO) “Bulldozing REACH – the industry offensive to crush EU chemicals regulation” March 2005. Website www.corporateeurope.org accessed 28 September 2006: 16 pages.
8. Contiero M “Toxic Lobby. How the chemicals industry is trying to kill REACH” Greenpeace International, May 2006. Website www.greenpeace.org/chemicals accessed 28 September 2006: 23 pages.
9. Schörling I “REACH-The only planet guide to the secrets of chemicals policy in the EU. What happened and why?” The Greens/European free alliance in the European Parliament, Bruxelles 2004: 145 pages.
10. “Council adopts its common position on new chemicals EU legislation – the REACH system” Council of the European Union, July 2006, PRES/06/191: 6 pages.
11. “REACH: deal between MEPs and Council” Press release of the Environment, Public Health and Food Safety Committee of the European Parliament 1 December 2006: 1 page.
12. “Parliament adopts REACH – new EU chemicals legislation and new chemicals agency” Press release of the European Parliament 13 December 2006: 4 pages.
13. “Regulation (EC) No 1907/2006 of the European Parliament and of the Council of 18 December 2006 concerning the Registration, Evaluation, Authorisation and Restriction of Chemicals (REACH), establishing a European Chemicals Agency, amending Directive 1999/45/EC and repealing Council Regulation (EEC) No 793/93 and Commission Regulation (EC) No 1488/94 as well as Council Directive 76/769/EEC and Commission Directives 91/155/EEC, 93/67/EEC, 93/105/EC and 2000/21/EC” Official Journal of the European Union 30 December 2006: L396-1 – L396-849.
14. “REACH: the second half kicks off” Press release of the Environment, Public Health and Food Safety Committee of the European Parliament 13 July 2006: 2 pages.
15. Greenpeace “Réglementation REACH: entre avancées et deceptions”, Website www,green- peace.org/france accessed 16 December 2006: 4 pages.
16. “European Parliament adopts REACH: completing an important step forward” Press release of the European Trade Union Confederation (ETUC) 13 December 2006: 1 page.
17. “Commission of the European Communities” Green Paper European Transparency Initiative Brussels, May 2006 COM(2006) 194 final: 18 pages.
18. “Directive 2006/121/EC of the European Parliament and of the Council of 18 December 2006 amending Council Directive 67/548/EEC on the approximation of laws, regulations and administrative provisions relating to the classification, packaging and labeling of dangerous substances in order to adapt it to Regulation (EC) No 1907/2006 concerning the Registration, Evaluation, Authorisation and Restriction of Chemicals (REACH) and establishing a European Chemicals Agency” Official Journal of the European Union 30 December 2006: L396-850 – L396-856.
19. “Institut national de recherche et de sécurité ‘Produits chimiques cancérogènes, mutagènes, toxiques pour la reproduction. Classification réglementaire”, Aide-mémoire technique, April 2006. Website www.inrs.fr accessed 3 April 2007: 68 pages.
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