Un médico abandona Brigham para cobrar por hablar en público (Doctor quits Brigham to speak for pay)
Kowalczyk K
The Boston Globe, 23 de enero 2010
Traducido por Salud y Fármacos
El médico de Boston Lawrence M DuBuske tuvo que escoger entre seguir haciendo presentaciones pagadas por la industria farmacéutica o abandonar su trabajo en un hospital de enseñanza de Harvard. Para sorpresa de muchos, DuBuske, un especialista en alergias y asma, e instructor en la Escuela de Medicina de Harvard, renunciará a su trabajo en Brigham y en el hospital de mujeres a finales de enero, informó el hospital.
DuBuske no es un presentador cualquiera. Fue el médico mejor remunerado durante un periodo de tres meses en el 2009 entre los miles de médicos estadounidenses que GlaxoSmithKline contrata para hablar de sus productos. La compañía acaba de revelar que le pagó US$99.375 por hacer 40 presentaciones a médicos en abril, mayo y junio del año pasado.
DuBuske parece estar en todos lados, últimamente ha hablado en Boston, Buenos Aires, Polonia y Rusia. Otras seis compañías farmacéuticas también lo utilizan para hacer presentaciones en público, y es consultor para media docena de productores de medicamentos, según la información que él mismo proporcionó cuando daba cursos de formación médica continua. Al hacer estas revelaciones no mencionó cuanto le pagaban por su trabajo.
Sin embargo, la cantidad de presentaciones que DuBuske hace para la industria viola la política de conflictos de interés de la red de hospitales Partners Healthcare, que incluye Brigham. Por eso después de 20 años dejará de trabajar para el hospital. Harvard también cancelará su nombramiento.
Steven Nissen, jefe de medicina cardiovascular en la Fundación de la Cleveland Clinic dijo “Hay médicos que ganan tanto dinero [de la industria farmacéutica] que renunciarían as sus trabajos”. “Es una historia sorprendente. Yo renunciaría a los honorarios de la industria farmacéutica”.
DuBuske no devolvió las llamadas telefónicas de Globe, pero su situación muestra las grandes cantidades de dinero que los médicos pueden ganar trabajando para la industria farmacéutica, y el impacto que pueden tener las restricciones que están imponiendo los hospitales universitarios a las relaciones entre los médicos y la industria.
Christopher Clark, director de la oficina de Partners para interacciones con la industria dijo que desde que el 1 de enero de 2010 entró en vigor la política que prohíbe que los médicos hagan presentaciones pagadas por la industria, otro médico del hospital McLean ha renunciado, en parte, por la entrada en vigor de esta norma. Partners no quiso identificar el nombre del médico.
DuBuske era un empleado de medio tiempo de Birgham, veía pacientes entre medio día y dos días por semana.
Clark dijo “tuvo que decidir entre terminar su relación con Glaxo o con Birgham y prefirió seguir con Glaxo”.
Además de ver pacientes en Brigham, DuBuske de 55 años, dirige una organización sin ánimo de libro que se llama Immunology Research Institute of New England, que según la información que aparece en el Internet patrocina programas educativos para médicos en Europa del Este. Habla ruso, ha publicado docenas de artículos y, según la página de Internet de Brigham, en el 2004 recibió un premio de la Sociedad Americana de Alergias, Asma e Inmunología.
Su relación con Glaxo salió a la luz el mes pasado cuando la compañía publicó en su página de Internet la lista de médicos a los que pagó por realizar consultarías o hacer presentaciones en público durante el segundo trimestre de 2009. Mary Anne Rhyne, directora de relaciones públicas de Glaxo, dijo que DuBuske es un presentador nacional para la compañía, y gana unos US$2.500 por presentación. La compañía escoge el tema y el contenido de las presentaciones”.
Rhyne comentó que no sabía si habría el mismo nivel de demanda de DuBuske ahora que ya no tenía los prestigiosos títulos de Brigham y Harvard. “Hay muchos factores que consideramos al tomar una decisión de este tipo”… “primero que nada, buscamos a gente de prestigio”.
No se sabe si a medida que aumenta el número de hospitales que limita o impide la participación de los médicos en hacer presentaciones para la industria, las compañías cancelarán las presentaciones o recurrirán a médicos que no trabajen para centros académicos, quiénes no se ven afectados por las nuevas políticas pero que pueden no atraer el mismo nivel de audiencia de sus compañeros médicos.
Nissen preguntó “¿Cómo es que un médico puede captar ese dinero de una compañía farmacéutica?… Con frecuencia porque tienen un título prestigioso. Harvard y Brigham son valores tangibles que valen mucho”.
Hay otros hospitales y escuelas de medicina – incluyendo Stanford que tiene una de las normativas más severas en relación a los conflictos de interés – en los que no ha habido renuncias de médicos por la adopción de este tipo de políticas.
Estas políticas, que generalmente también prohíben que los médicos acepten regalos de las compañías farmacéuticas, tienen como objetivo disminuir la influencia de la industria farmacéutica sobre los medicamentos y tratamientos que recomiendan los médicos. Los políticos, reguladores y algunos médicos están preocupados porque los médicos que hacen presentaciones para la industria podrían estar presentando información sesgada, que podría subestimar los efectos adversos de los medicamentos y potenciar el uso de medicamentos caros, de marca, en lugar de otras alternativas más baratas.
En cambio los médicos que hacen presentaciones para la industria dicen que verifican cuidadosamente la información para asegurarse de que es precisa, y algunos médicos dicen que al hacer presentaciones para varias compañías como hace DuBuske, se cancela el sesgo en favor de los fabricantes.
El Dr. Appelbaum, director de psiquiatría, derecho y ética en la escuela de medicina y cirugía de la Universidad de Columbia dice que le preocupa que “alguien que recibe dinero de la industria no esté en posición de decir nada crítico sobre sus productos”.
Es posible recibir dinero de la industria y hacer una presentación objetiva, dijo, pero es riesgoso porque el sesgo puede ser muy sutil. El presentador podría describir un problema de salud que requiera medicamentos en forma más amplia de la apropiada para recomendar el tratamiento antes de tiempo. “Esto puede o no ser bueno para el paciente” dijo. Es difícil para la audiencia saber si hay sesgo, porque no son expertos. Van a escuchar a alguien que sabe más que ellos”.