Tratados de Libre Comercio, Exclusividad en el Mercado, Patentes
El TTIP se ha quedado aparcado… por un largo tiempo (TTIP has been kicked into the long grass… for a very long time)
Larry Elliott
The Guardian, 3 de mayo de 2016
https://www.theguardian.com/business/2016/may/03/ttip-has-been-kicked-into-the-long-grass-for-a-very-long-time?CMP=share_btn_tw
Traducido por Salud y Fármacos
Como las conversaciones para negociar un acuerdo comercial global entraron en una segunda década tortuosa, Estados Unidos y la Unión Europea tuvieron una idea. Ya que estaba resultando imposible llegar a un acuerdo entre los miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre cómo derribar las barreras al libre comercio entre sus150 miembros, más o menos, harían su propio acuerdo.
Las conversaciones sobre el Acuerdo Transatlantico de Comercio e Inversión (TTIP) comenzaron en el verano de 2013 con funcionarios de Washington y Bruselas que esperaban poder resolver cualquier desacuerdo para cuando los votantes estadounidenses tuvieran que decidir en noviembre quién va a ser el sucesor de Barack Obama.
Siempre se tuvo la sensación de que el calendario era demasiado apretado y ahora se ha demostrado. Llegar a acuerdos comerciales se un proceso agonizantemente lento. El último acuerdo global exitoso – la ronda de Uruguay – tomó siete años antes de concluir en 1993. Las conversaciones siguieron durante la ronda de Doha entre el 2001y hasta el año 2015, cuando aburrimiento y frustración hicieron que desistieran. ¿Era realmente factible que el TTIP se pudiera negociar en poco más de tres años? ¡Imposible!.
Por tres razones. En primer lugar, las principales barreras al comercio entre Estados Unidos y la UE no son las barreras arancelarias tradicionales, que se han ido reduciendo constantemente durante décadas, desde la segunda guerra mundial, sino los diferentes regímenes regulatorios que operan a ambos lados del Atlántico. Estados Unidos y Europa tienen diferentes puntos de vista sobre muchas cosas, desde los los alimentos genéticamente modificados hasta los estándares de seguridad en coches, y armonizar normas iba a tomar mucho tiempo.
En segundo lugar, las conversaciones han involucrado temas polémicos y han tenido lugar cuando la confíanza en los políticos y las empresas estaba en sus mínimos históricos. Sus principales impulsores han sido las corporaciones multinacionales y grupos de presión empresarial, que se beneficiarían de temer normas armonizadas. Como la información sobre las negociaciones secretas tiene que ser extraida por grupos hostiles al Acuerdo, los votantes han sacado la conclusión obvia: el objetivo de las conversaciones es enriquecer a las grandes empresas incluso si esto significa jugar rápido y reducir los estándares de protección del medio ambiente y de la salud. Lo que nos lleva al factor final y más importante: no hay votos en el comercio. Que Angela Merkel expresara fuerte oposición al estado de las negociaciones del Acuerdo no habría sido ninguna sorpresa, dado el nivel de antipatía pública hacia el acuerdo de comercio en Alemania y su delicada posición en las encuestas sobre los resultados de las elecciones del año próximo.
En cambio, François Hollande (también tiene que enfrentarse a los votantes en el 2017) se adelantó a la canciller alemana y ha aclarado que no firmará el TTIP en su forma actual. Años no meses de dura negociación quedan por delante, y para entonces es probable que Estados Unidos tenga un Presidente mucho menos favorable a establecer acuerdos de comercio. El TTIP ha quedado aparcado para un largo tiempo, y tal vez para bien.