Precios
¿Por qué aumetan tanto los precios de los medicamentos? Los que defienen políticas no están seguros. Es hora de averiguarlo. (Why are drug prices soaring? Policymakers aren’t sure. It’s time they find out)
Editorial
Los Angeles Times, 1 de Junio de 2016
http://www.latimes.com/opinion/editorials/la-ed-prescription-drugs-20160531-snap-story.html
Traducido por Salud y Fármacos
Durante los últimos años ha disminuido considerablemente el gasto en salud en EE.UU., con una notable excepción: los medicamentos de venta con receta. El gasto en recetas ha aumentado drásticamente en los últimos 2 años y medio, impulsado en parte por años consecutivos de aumentos de precios de dos dígitos. Los medicamentos que están drenando los presupuestos no son sólo un puñado de medicamentos de mayor éxito; todas las categorías de medicamentos han subido de precio, incluyendo los medicamentos genéricos que llevan años en el mercado.
Si eso representa un problema depende de si usted compra o vende medicamentos. La industria farmacéutica argumenta que sus productos representan consistentemente menos del 10% de todo el gasto en salud y que los medicamentos de venta con receta están prolongando vidas, mejorando la calidad de vida y, en algunos casos, la curación de enfermedades que antes se consideraban incurables. Sus críticos contestan que el gasto real en medicamentos recetados es considerablemente mayor, que representan aproximadamente una sexta parte del gasto personal en salud. También argumentan que no hay ninguna justificación para aumentar el precio de un medicamento cuyo valor para los pacientes no se ha incrementado y que no es más eficaz que otros medicamentos más antiguos y menos costosos. Mientras tanto, los consumidores se enfrentan a deducibles y co-pagos cada vez más altos, que los obligan a pagar de sus propios bolsillos una gran parte del aumento total del costo de sus medicamentos de venta con receta. Según Kaiser Family Foundation, casi una cuarta parte de los consumidores que toman medicamentos con receta dicen que tienen problemas para poder pagarlos.
Los políticos han hablado de la importancia de controlar los costos de los medicamentos, pero no hay manera fácil de hacerlo. La ley federal de patentes farmacéuticas otorga un monopolio temporal sobre el mercado de sus productos, lo que les permite subir los precios sin temor a tener competidores que ofrezcan versiones idénticas más baratas. Si el gobierno imponer topes a los precios, las industrias farmacéuticas podrían limitar la producción y desplazar las inversiones hacía productos con mayor margen de beneficio. Y exigir a los aseguradores que cubran una parte más importante del costo de los medicamentos recetados es seguramente resultaría en primas más altas.
Antes de que los políticos decidan lo qué se puede hacer, necesitan tener más información sobre la cantidad que realmente se gastan en medicamentos de venta con receta y las razones por las qué los costos están aumentando. El senador estatal Ed Hernández (D-West Covina) ha propuesto un modesto paso en esa dirección; su proyecto de ley (SB 1010) requeriría que los seguros de salud, que ya tienen que entregar proyecciones detalladas de los costos médicos y hospitalarios a los reguladores estatales, incluyeran en dichos informes anuales más información acerca de lo que están gastando en medicamentos de venta con receta.
Según la Kaiser Family Foundation, casi una cuarta parte de los consumidores que toman medicamentos con receta dicen que tienen problemas para pagar los.
En concreto, la medida requeriría que las aseguradoras informaran sobre el precio medio al por mayor de los 25 fármacos más prescritos, los 25 medicamentos en que se gastó la mayoría del dinero y los 25 medicamentos con mayores aumentos de precios en ese año. Entonces se exigiría al estado que compilase los datos en un “informe dirigido a los consumidores demostrando el impacto del precio de los medicamentos en las primas de los seguros de salud”. Los planes para grandes grupos también tendrían que informar la proporción de sus primas y del aumento de sus primas que es atribuible a diversas categorías de medicamentos de venta con receta, así como comparar el aumento del gasto en medicamentos recetados con el aumento en otros gastos. Los fabricantes de medicamentos, antes de imponer aumentos de dos dígitos o introducir medicamentos que cuesten más de US$10.000 al año, tendrían que avisar con más tiempo de anticipación y dar una explicación más completa de esos aumentos.
No sorprende que las compañías biomédicas y farmacéuticas se opongan al proyecto de ley. Requerir notificación previa al aumento de los precios podría hacer que las farmacias almacenaran medicamentos antes de que se produjera el cambio, lo que podría causar escasez regional, dicen los oponentes. También argumentan que daría una imagen inexacta porque ignora cómo los descuentos abaratan los costos de medicamentos, y cómo estas recetas pueden reducir el gasto en hospitalizaciones y otras formas de atención.
Sin embargo, es imposible contabilizar los costos que los pacientes ahorran; lo único que podemos medir con certeza es el costo de la atención que reciben. En ese frente, se puede pensar que este proyecto de ley podría frenar el alza del precio de los medicamentos al estimular a las compañías de seguros, compañías que administran los beneficios de fármacos y administradores de planes de salud a encontrar alternativas menos costosas para los medicamentos costosos. De todos modos, toda la industria está siendo presionada para reducir el crecimiento de los costos, por lo que las aseguradoras, los políticos y los reguladores de la salud están buscando maneras de fomentar que los médicos y hospitales ofrezcan más por el mismo dinero. Este proyecto de ley podría ser una pieza de este rompecabezas, otorgando al público una explicación mejor sobre el aumento del costo de los medicamentos, y las razones del mismo.