Acceso e Innovación
¿Romperá este tratamiento experimental contra la hepatitis C el control que Gilead tiene sobre países de medianos ingresos? (Will this experimental hepatitis C treatment break Gilead’s grip on middle-income countries?)
Ed Silverman
Statnews, 12 de abril de 2018
Traducido por William Louth
Con el objetivo de facilitar el acceso a un tratamiento de bajo costo para la hepatitis C en muchos países, una organización sin fines de lucro dice que los resultados preliminares de un estudio en etapa intermedia mostraron que una combinación experimental de dos pastillas pareció segura y efectiva, al tiempo que ofreció altas tasas de curación en pacientes difíciles de tratar.
Los resultados fueron recibidos con entusiasmo por los grupos de defensa de los pacientes, porque una vez se completen los ensayos, la organización espera registrar el tratamiento de combinación en países de medianos ingresos, comenzando por Malasia, donde podría venderse por US$300, o cerca de la mitad del precio del tratamiento existente en ese país.
“Esto podría cambiar la dinámica”, dijo Isabelle Andrieux-Meyer, quien encabeza la unidad de desarrollo clínico en la Iniciativa de Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDI por sus siglas en inglés), la organización sin fines de lucro que financió el ensayo clínico y que tiene los derechos de licencia sobre uno de los dos tratamientos. “Esperamos proveer una cura a un precio accesible para las personas que residen en muchos países que están excluidos de los acuerdos de acceso”.
De hecho, los resultados tienen una importancia simbólica considerable para los grupos de defensa de los pacientes, quienes piensan que esto pudiera ser un paso significativo para romper lo que consideran un dominio absoluto de los grandes fabricantes de fármacos—predominantemente, Gilead Sciences (GILD)—sobre el acceso al tratamiento en muchos países.
El estudio encontró que después de 12 semanas de tratamiento, 97% de los pacientes estaban curados. Se registraron tasas similares de curación entre pacientes difíciles-de-tratar—aquellos con cirrosis hepática, personas viviendo con VIH, personas infectadas con una cepa de hepatitis C más difícil de combatir y aquellos expuestos a tratamientos previos de hepatitis C.
“Esto es muy emocionante ya que hemos estado en espera de un tratamiento simple, asequible y robusto que sea bien tolerado por todos los grupos de pacientes, incluyendo aquellos cuyos resultados de tratamiento son actualmente menos buenos”, dijo Dr. Pierre Mendiharat, subdirector de operaciones de Médicos Sin Fronteras, quienes ayudaron a financiar el ensayo.
Las preocupaciones datan de 2013, cuando Gilead comenzó a vender Sovaldi, el primero de una nueva generación de píldoras que revolucionaron el tratamiento gracias a una tasa de curación de 90%. Pero la empresa fue criticada por el precio: $84,000 por un régimen de 12 semanas. Sovaldi pronto se convirtió en la piedra angular de más medicamentos de Gilead.
Como resultado, Sovaldi se convirtió en el punto focal de un debate global acerca del creciente costo de los medicamentos de venta con prescripción. Aun en países ricos como EE UU, tanto financiadores públicos como privados se quejaron de que el fármaco estaba presionando los presupuestos, provocando racionamiento antes de que píldoras de rivales salieran al mercado para disminuir los costos.
Para ampliar el acceso y evitar un daño a su reputación, Gilead respondió descontando los precios de Sovaldi en algunos países. El fabricante de fármacos también logró acuerdos con siete fabricantes de medicamentos genéricos de India para vender versiones a precios más bajos en 101 países de bajos y medianos ingresos.
Pero a veces el acceso se ha estancado en algunos países por retrasos burocráticos, tales como problemas para obtener el registro de comercialización. La Organización Mundial de la Salud sancionó el verano pasado el uso de medicamentos genéricos para tratar la hepatitis C, siendo esta la primera vez que la agencia de salud global tomó dicho pasó.
El acuerdo de licencia de Gilead también generó críticas por excluir a algunos países de medianos ingresos, tales como Malasia, lo que impidió que muchos pacientes recibieran cuidados a precios asequibles. En consecuencia, grupos de defensa han utilizado una estrategia con dos frentes para reducir el costo del tratamiento.
En algunos países, los grupos han presentado desafíos a las patentes de Gilead con la esperanza de que los proveedores de genéricos eventualmente obtuvieran el permiso de comercialización para vender sus propias versiones. La Iniciativa de Medicamentos para Enfermedades Olvidadas, mientras tanto, está tratando de ofrecer una alternativa al tiempo que demuestra que ese abordaje puede ofrecer una opción mucho más barata.
Con tal finalidad, la DNDI firmó un contrato con Pharco, una empresa egipcia, para proveer una versión genérica de Sovaldi y una medicina experimental llamada ravidasvir para el ensayo clínico. Por cierto, los gobiernos de Malasia y de Tailandia también aportaron fondos.
Aunque continúan los estudios, Andrieux-Meyer dice que la DNDI se está preparando para presentar una solicitud de comercialización en Malasia a finales de este año, y se encuentra en pláticas con otros países de medianos ingresos, incluyendo Tailandia y Argentina, que pudieran estar interesados en que se comercialice el tratamiento combinado.
En septiembre pasado, Malasia publicó lo que se conoce como una licencia para uso del gobierno, lo que hizo posible eludir las patentes de Sovaldi de Gilead e importar versiones genéricas para ampliar el acceso a través del sistema público de salud. Al hacer esto, Malasia se convirtió en el primer país en dar este paso.