Políticas
América Latina
Argentina. Lisandro Bonelli; “¿Por qué le decimos no a Farmacity?
Mirada Profesional, 15 de mayo de 2017
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Hace unos días logramos en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires la media sanción al proyecto de ley que modifica el artículo 14 de la Ley de Farmacias 10.606. El proyecto busca enumerar, de forma “taxativa”, quiénes pueden ser dueños de farmacias. La enumeración no incluye a las sociedades anónimas como Farmacity, es decir, con esta modificación, no podrán ingresar en la provincia de Buenos Aires como boca de expendio de medicamentos.
La modificación a la ley no es un capricho. Es el resultado de la búsqueda de que los medicamentos, como bien social, no aumenten y se vayan por las nubes. ¿Por qué van a subir los precios si Farmacity entra en la Provincia? Porque cualquier empresa de estas características tiende a la concentración del mercado, impulsada en este caso desde el propio Estado, a través del vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, fundador y CEO de Farmacity hasta 2015.
Las estadísticas en la ciudad de Buenos Aires dan cuenta de este fenómeno de mercado: en los últimos 20 años se cerraron en la ciudad más de 1800 farmacias. Por cada Farmacity que abrió, 9 farmacias de barrio bajaron la persiana. Hoy en Capital Federal la cadena de farmacias que fundó Mario Quintana, tiene 209 sucursales. Incluso, en este contexto, tenemos la información de que Quintana habría hecho un preacuerdo de venta con un fondo de inversión. ¿Y qué es lo que le exige este fondo a cambio? Que como mínimo su cadena de farmacias tenga mil bocas de expendio en todo el país.
El único objetivo que hoy desvela a Macri y Quintana es ahogar a las farmacias de barrio, también las que están en zonas alejadas y de baja rentabilidad, y fomentar, desde el propio Estado, la generación de un monopolio, para fijar precios y controlar el mercado de los medicamentos. Por eso también creo que son “swingers del Estado”, porque comparten la política con los negocios, para enriquecerse más. Cuando Farmacity irrumpa en el mercado provincial, lo va a concentrar, monopolizar con la anuencia del Estado, hasta monopolizarlo y fijar cualquier precio en los remedios.
En 2012, la justicia provincial le puso un freno a la empresa. La situación actual indica que Farmacity tiene presentado un recurso en queja ante la Corte Suprema de Justicia y el último antecedente judicial es el escrito de la Procuración General de la Nación, que no es vinculante, pero sí es un antecedente de peso, contemplado por la Corte Suprema para emitir su fallo. Según el procurador interino Eduardo Casal, la ley es inconstitucional.
Por eso fue tan importante que lográramos la media sanción a este proyecto. Para garantizar transparencia, para que no existan cabos sueltos y que dejemos, de una vez por todas, de hacer la trampa, cuando existe la ley. Cambiemos tiene que empezar a cumplir la ley. De lo contrario, ¿dónde quedó el discurso de la “seguridad jurídica”? Argumentan que la falta de inversiones es porque en Argentina hay “poca seguridad”, y sin embargo son los primeros en intentar saltearse la ley, para enriquecerse y romper el mercado. Para Macri y su equipo, hay seguridad jurídica cuando las leyes los benefician. Cuando interfieren con sus negocios, se olvidan de la seguridad jurídica y presionan a la justicia.
Tenemos que garantizar que los medicamentos sigan siendo un bien social y no una mercancía. Y la única forma de lograrlo es contar, también, con el compromiso de la Gobernadora, que debe expresarse sobre este tema, sentar postura, porque la votó la gente, no la votó Farmacity. Y la forma de expresarse no es a través de comunicados, conferencias de prensa, declaraciones, o presiones en la justicia, es con el voto de los legisladores que la representan. Con la voluntad y el acompañamiento de los senadores de Cambiemos, que son quienes deben definir si esta ley sale o no sale.
Espero que podamos contar con el acompañamiento de todas las fuerzas políticas en el Senado y, lo más importante, que la gobernadora María Eugenia Vidal, dé la orden política de acompañar el proyecto. Tengo una luz de esperanza, y creo que ésta es la mejor oportunidad que tiene la Gobernadora, de distanciarse del gobierno nacional, de mostrar otra sensibilidad y ponerse del lado de los farmacéuticos, de los estudiantes de Farmacia y, principalmente, del lado de la gente. Y ponerse del lado de la gente, es cuidar el valor de los medicamentos y proteger nuestro modelo de salud sanitarista. Porque estoy convencido que en algunas cosas podemos ponernos de acuerdo. Que no se puedan hacer negocios con la salud, debe ser una de ellas.