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Estudio: los adultos mayores a menudo no informan efectos adversos a los medicamentos (Study: Older Adults Often Don’t Report Adverse Drug Effects)
Chris Crawford
AAFP, 9 de abril de 2019 10:05
https://www.aafp.org/news/health-of-the-public/20190409annals-ades.html
Traducido por Salud y Fármacos
Médicos de familia que no reportan todos los eventos adversos a los medicamentos.
Una nueva investigación muestra que menos del 40% de los pacientes adultos mayores informaron los eventos adversos a medicamentos (ADE) que experimentaron a sus médicos de familia. E incluso cuando lo hicieron, el estudio reveló que sus médicos no siempre incluían esta información en su historia clínica.
Esto según la investigación publicada en la edición de marzo / abril de 2019 (www.annfammed.org) en el Annals of Family Medicine [1], que encontró que los pacientes que no informaron sus ADEs pensaban que los síntomas se debían a la vejez y no querían molestar a sus médicos.
En un estudio retrospectivo de cohorte que involucró a 859 pacientes de 70 años o más que vivían en la comunidad, con multimorbilidad y que recibían tratamiento en 15 prácticas de atención primaria afiliadas al Royal College of Surgeons en Irlanda y el Trinity College de Dublín, los investigadores aplicaron un instrumento que llenaban los pacientes y que les permitió identificar las ADEs en estos adultos mayores.
Específicamente, se preguntó a los pacientes si habían experimentado alguno de una lista de 74 síntomas durante los seis meses anteriores y, en caso afirmativo, si:
Los síntomas autoinformados fueron revisados independientemente por dos clínicos que determinaron la probabilidad de que el síntoma fuera un ADE. Las historias clínicas del médico de familia también se revisaron por si había algún informe de ADE.
Se encontró que el instrumento ADE que utilizaron los investigadores tenía una precisión del 75% para diferenciar las ADEs de las no ADEs, así como una sensibilidad del 29% y una especificidad del 93%.
Entre los participantes, el 78% (n = 674) se clasificaron como que había tenido al menos un ADE durante el período en estudio.
La autora principal Caitriona Cahir, investigadora de la división de ciencias de la salud de la población del Royal College of Surgeons en Irlanda, en Dublín, dijo a AAFP News que ella y sus colegas eligieron estudiar este tema porque las personas mayores tienen un mayor riesgo de ADEs.
“Nos sorprendió que solo el 39% de los pacientes informaran eventos adversos a medicamentos a su médico de cabecera”, dijo. “Además, solo una pequeña proporción de los eventos adversos a medicamentos que informaron los pacientes se documentaron en la historia clínica del médico de familia”.
Según el estudio, los médicos de familia solo documentaron los ADEs de los seis meses previos en las historias clínicas del 10% de los pacientes estudiados.
“Los ancianos no informan todos los síntomas que sospechan que son eventos adversos a medicamentos a sus médicos de cabecera”, dijo Cahir, “y los médicos de familia no registran todos los síntomas adversos relacionados con los medicamentos que se les informan”.
Detalles adicionales
La edad media de la cohorte analizada fue de 77 años, y el 55% de los participantes eran mujeres. El estudio halló que el 41% de los pacientes tenía cinco o más afecciones crónicas y se les administró, en promedio, seis o más clases diferentes de medicamentos. Las afecciones más comunes fueron hiperlipidemia, enfermedad cerebrovascular y enfermedad cardíaca.
Los agentes antitrombóticos se asociaron más frecuentemente con ADEs; el 86% de los pacientes que recibieron prescripciones de aspirina y warfarina reportaron hematomas, sangrado e indigestión.
Además, los fármacos cardiovasculares asociados con ADEs leves incluyeron a los diuréticos, betabloqueantes, bloqueantes de los canales de calcio, agentes que actúan sobre el sistema renina-angiotensina y agentes séricos que reducen los lípidos.
En cuanto a los tipos de ADEs que experimentaron estos adultos mayores, los que se informaron con mayor frecuencia fueron molestias y dolores musculares (75%), seguidos de mareos o aturdimiento (61%), tos (53%) e inestabilidad mientras estaban de pie (52%), pero no asociaron estos síntomas con su medicación.
En particular, a los pacientes les molestaron menos los ADEs más prevalentes: el 21% de los pacientes sufrió molestias y el 26% sufrió hemorragias menores; de esos pacientes, 28% y 22%, respectivamente, informaron sus síntomas al médico de familia.
Discusión del autor
Cahir dijo que dada la complejidad de identificar ADEs en personas mayores con varias comorbilidades y que están tomando varios medicamentos, los pacientes pueden tener dificultades para distinguir efectivamente entre los síntomas atribuibles a sus medicamentos individuales o a sus afecciones médicas subyacentes.
Añadió que los médicos de familia enfrentan sus propios obstáculos.
“Los médicos de familia a menudo no pueden evaluar el riesgo / beneficio porque tienen poco tiempo disponible para tomar decisiones y se ha demostrado que prefieren preservar la relación médico-paciente antes de racionalizar el uso de los medicamentos”, dijo Cahir.
Deben desarrollarse técnicas que faciliten la comunicación con los pacientes sobre sus posibles opciones de tratamiento, dijo, y brindar a los médicos de familia oportunidades para que puedan tomar decisiones y planificar el tratamiento en forma colaborativa.
“Se podría proporcionar folletos concisos de información a los pacientes que describan el objetivo de sus medicamentos y los ayuden a anticipar y reconocer los eventos adversos y a buscar el tratamiento adecuado”, dijo Cahir. “Cuando se presentan eventos farmacológicos adversos se podrían agendar entrevistas con una enfermera o farmacéutico para revisar los medicamentos que toma el paciente como parte de la atención farmacológica en curso”.
Permitir que los profesionales de la salud y los pacientes consideren los medicamentos como una posible causa de efectos adversos y logren diferenciarlos de los síntomas de la enfermedad crónica o la fragilidad, en última instancia puede ayudar a mejorar el monitoreo y la interrupción de los medicamentos, dijo.
“Este enfoque también puede ayudar a evitar eventos farmacológicos adversos más graves e innecesarios que pueden causar la muerte o la discapacidad”, agregó Cahir.
Referencia