Ética
Conducta de la Industria
Cómo las grandes farmacéuticas suprimen los ‘biosimilares’ (How Big Pharma suppresses ‘biosimilars’)
Denny Lanfear
Wall Street Journal, 23 de junio de 2019
https://www.wsj.com/articles/how-big-pharma-suppresses-biosimilars-11561317460
Traducido por Salud y Fármacos
Los medicamentos biológicos, los productos farmacéuticos producidos a partir de organismos vivos, están a la vanguardia de la innovación médica y tienen un tremendo potencial para mejorar y salvar vidas. Desafortunadamente, sus precios han sido responsables del rápido aumento del costo y de los problemas de asequibilidad de los medicamentos.
El Congreso ha reconocido la necesidad de que la competencia ralentice el aumento de los precios, y en 2010 aprobó la Ley de Innovación y Competencia de los Precios de los Biológicos. Eso abrió las puertas al desarrollo de biosimilares, versiones de bajo costo de productos biológicos de marca que son de eficacia y seguridad clínicas intercambiables. Sin embargo, casi 10 años después, los fabricantes de marcas están utilizando una combinación de tácticas coercitivas y anticompetitivas para eliminar los biosimilares y mantener sus monopolios. Si los políticos desean reducir los precios de los medicamentos y mantener el acceso de los pacientes, es hora de poner fin a las manipulaciones.
En 2017, en EE UU, los medicamentos biológicos representaron el 2% de las recetas y el 37% del gasto en medicamentos. A falta de competencia directa, los precios de productos como Enbrel, comercializados en la década de 1990 por unos US$10.000 al año, aumentaron agresivamente y con impunidad a más de US$60.000 al año. Los pacientes ahora están pagando copagos de hasta el 20% de los precios de lista de estos medicamentos.
No tiene que ser así. En Europa, los biosimilares se han adoptado rápidamente, ofreciendo los beneficios de los productos biológicos a un costo mucho menor para los pacientes y el sistema de atención médica. Si pueden elegir, los médicos y los pacientes prefieren valor.
A principios de este año, mi compañía, Coherus BioSciences, comercializó Udenyca, un biosimilar de Neulasta de Amgen, que estimula la producción de glóbulos blancos en pacientes con cáncer después de una quimioterapia fuerte. Nuestro producto es igualmente efectivo y es el 33% más barato que el precio de lista de Neulasta. Lanzado en enero, Udenyca ha tenido un buen comienzo, con una fuerte aceptación por parte de los oncólogos y sus pacientes, y está reduciendo sustancialmente los costos.
No todos están contentos con eso. La opción más barata para los pacientes recorta las ganancias de Amgen. En respuesta a nuestro éxito, Amgen hizo un trato con UnitedHealth Group, la aseguradora de salud más grande del país y OptumRx, su gerente de beneficios farmacéuticos, que obligaría a los médicos a recetar el producto más caro, Neulasta, y bloquearía la venta de los dos biosimilares más económicos. Eso es excelente para Amgen, OptumRx y el UnitedHealth Group, pero terrible para los pacientes, los proveedores de atención médica y los contribuyentes que financian Medicare. Todos pagarán precios más altos de lo que deberían.
Las tácticas de Amgen no son originales, son una adaptación del libro de trampas que Johnson & Johnson utilizó para bloquear la competencia de biosimilares de su medicamento Remicade. Johnson & Johnson ofrece reembolsos para varios de sus productos a las aseguradoras, a cambio de que estas bloqueen el uso, por parte del médico y del paciente, de medicamentos menos costosos. Johnson & Johnson está feliz de vender a precios artificialmente altos, y la aseguradora y la administradora de beneficios de farmacia de recibir los “ganancias adicionales” que han negociado. Mientras tanto, la competencia y la elección desaparecen, y al resto de nosotros nos endilgan la factura. Los monopolios benefician solo a sus dueños.
El Congreso y la FDA han hecho su parte al permitir la fabricación de biosimilares, mejorar el proceso de aprobación de medicamentos y proporcionar un marco regulatorio para abordar los problemas de patentes. El problema son los contratos que involucran paquetes de descuentos y se hacen a puerta cerrada entre las grandes farmacéuticas, las principales aseguradoras y los administradores de beneficios de farmacia.
Los responsables políticos están tomando nota. El ex comisionado de la FDA, Scott Gottlieb, dijo que Amgen está “usando su poder de mercado para impedir la competencia”. El secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, dice que favorecer los medicamentos de alto costo sobre los biosimilares crea “incentivos perversos” y “cuesta más a los ancianos y a los contribuyentes”.
Washington tiene la oportunidad, y la obligación, de garantizar que los biosimilares puedan lograr lo que se habían propuesto: reducir los enormes precios de las grandes farmacéuticas.
A principios de este mes, el grupo de defensa sin fines de lucro Patients for Affordable Drugs Now (Pacientes por los Medicamentos Asequibles Ahora) pidió a la Comisión Federal de Comercio (Federal Trade Commission FTC) que investigue los contratos coercitivos que incluyen paquetes de reembolsos negociados cuyas características los pacientes desconocen y se ven obligados a comprar productos más caros cuando hay opciones más baratas. La FTC tiene todas las razones para investigar. Los pacientes necesitan tener acceso a productos que pueden pagar, y estos contratos secretos mantienen los precios altos y evitan que los médicos puedan prescribir medicamentos más baratos.
El gobierno quiere reducir el precio de los medicamentos, y esto es un objetivo correcto. Hay un primer paso sencillo: dejar que los biosimilares compitan.
El Sr. Lanfear es presidente, CEO y presidente de Coherus BioSciences.