El rivaroxabán presentó mayor incidencia de eventos tromboembólicos que la warfarina en pacientes con síndrome antifosfolípido y el ensayo tuvo que suspenderse. También se han suspendido anticipadamente otros tres ensayos clínicos: uno por aumento de la mortalidad en el grupo rivaroxabán respecto a clopidogrel, en reemplazo valvular aórtico transcatéter; el segundo, por una relación beneficio-riesgo desfavorable respecto al AAS en la prevención de ictus recurrente tras ictus embólico de origen desconocido; el tercero, por un mayor riesgo tromboembólico y de sangrado con dabigatrán frente a warfarina en pacientes con prótesis valvulares cardiacas. Los resultados de los ACODs han sido más bien decepcionantes en enfermedad cardiovascular estable; síndrome coronario agudo; pacientes con insuficiencia cardiaca, ritmo sinusal y enfermedad coronaria; pacientes hospitalizados por patología médica aguda; cirugía ortopédica menor y en prevención del tromboembolismo en pacientes oncológicos. Los antagonistas de la vitamina K deberían ser siempre la primera opción de tratamiento. Los ACODs deberían restringirse a los casos en que los antagonistas de la vitamina K estén contraindicados, no se toleren, o no sea posible mantener unos niveles de INR dentro del rango terapéutico.
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