Ken Frazier, como presidente y CEO del principal productor de vacunas del mundo, el gigante farmacéutico Merck & Co., tiene uno de los puestos más importantes en las empresas globales.
Neeley: Está dirigiendo una empresa en un momento en que todos piensan que la forma de erradicar este virus mortal, COVID-19, es a través de las vacunas. Y hay muchas iniciativas
Frazier: 160 programas diferentes.
Neeley: 160. ¿Qué se necesita para encontrar una vacuna confiable? Qué puedes decir … ¿Podrías ayudarme a entender qué se necesita?
Frazier: Bueno, antes que nada, lleva mucho tiempo. Creo que el récord de la vacuna más rápida jamás lanzada al mercado lo tiene Merck con la vacuna contra las paperas. Tomó cerca de cuatro años. Nuestra vacuna más reciente para el Ébola tomó cinco años y medio. ¿Y por qué se tarda tanto? En primer lugar, hay que hacer una evaluación científica rigurosa. Y en este caso ni siquiera entendemos el virus en sí o cómo el virus afecta al sistema inmune. Empezamos por ahí. Comenzamos con una proteína de pico (spike protein) como antígeno. Lo que esperamos poder hacer con estos diferentes enfoques es crear una vacuna que podamos estudiar rápidamente, que sea segura, efectiva y duradera. Esos son tres temas diferentes. Nadie sabe con certeza si alguno de estos programas de vacunas producirá una vacuna como esa. Lo que más me preocupa es que el público está tan hambriento, tan desesperado por volver a la normalidad, que nos empuja a hacer las cosas cada vez más rápido. Pero en definitiva, si va a usar una vacuna en miles de millones de personas, es mejor que sepa qué hace esa vacuna.
Neeley: Esta idea de confiable y segura y probada en humanos, en personas.
Frazier: Sí. En grandes cantidades de personas.
Neeley: En gran cantidad de personas.
Frazier: Sí. En el pasado, hemos tenido muchos ejemplos de vacunas que han estimulado el sistema inmunitario, pero que en última instancia no confieren protección. Y desafortunadamente, hay casos en que estimuló el sistema inmunitario y no solo no confirió protección, sino que también ayudó al virus a invadir la célula porque era incompleta, en términos de sus propiedades inmunogénicas. Tenemos que ser muy cuidadosos.
Déjame darte algunos datos. En el último cuarto de siglo, a nivel mundial, solo se han introducido siete vacunas verdaderamente nuevas en la práctica clínica. Cuando digo nueva, eso significa que fueron efectivas contra un patógeno para el que previamente no había habido vacuna. Son solo siete en el último cuarto de siglo, Merck tiene cuatro, el resto del mundo tiene tres. No quiero presumir. Y hay muchas cosas en las que hemos estado trabajando desde los años ochenta. Intentamos vacunarnos contra el VIH desde la década de 1980 y no hemos tenido éxito.
Neeley: Entonces, ¿dónde nos deja esto?
Frazier: Permítame comenzar diciendo: Creo que cuando la gente le dice al público que habrá una vacuna para fines de 2020, por ejemplo, le hacen un mal servicio al público. Creo que, en definitiva, lo que no queremos es producir una vacuna rápidamente y no ser científicamente rigurosos. Lo hemos visto en el pasado, por ejemplo, con la gripe porcina, que la vacuna hizo más daño que bien. No tenemos mucha experiencia de introducción rápida de vacunas en medio de una pandemia. Hay que tener eso en mente.
El segundo punto que creo que es muy importante es que cuando les decimos a las personas que la vacuna está a punto de llegar, permitimos que los políticos digan al público que no haga las cosas que el público debe hacer, como usar las molestas máscaras. ¿De acuerdo? Estábamos tan mal preparados para esta pandemia, que esto no tiene ninguna gracia a muchos niveles.
Me enteré del virus a mediados de enero más o menos, pero afortunadamente nuestros investigadores que se dedican a la vigilancia de enfermedades lo sabían antes. Así que los científicos lo sabían antes, pero en términos generales, nos hemos preparado muy mal para vigilar la enfermedad y para tener el tipo de equipo de protección que necesitamos tener. Para tener el tipo de pruebas y poder hacer el rastreo que necesitamos. Ampliar nuestros centros de cuidados críticos que se vieron abrumados de inmediato. Y en este momento, es fundamental que las personas comprendan que, si bien esperamos tener una vacuna, ahora tienen que protegerse contra la propagación de este virus mediante una buena higiene, el uso de su máscara, el distanciamiento social, etc.
Neeley: Entonces, en este momento, la mejor manera de protegernos a nosotros mismos y a los demás es a través de nuestros comportamientos
Frazier: Sí, sin dudas.
Neeley: Esto también es una pandemia global, la escala y el alcance de lo que está sucediendo es alucinante para mí. Y requiere una solución global para que podamos reabrir la economía global. ¿Cuáles son las barreras para distribuir, producir y fabricar vacunas confiables al mundo?
Frazier: Entonces, en realidad, estás tocando algo que, en mi opinión, es un desafío más grande que el desafío científico de encontrar una vacuna segura y efectiva. Por ejemplo, Merck regala un medicamento llamado Mectizan para la oncocercosis o ceguera de los ríos. Esa es una píldora por persona por año. Y descubrimos que es realmente difícil lograr que llegue hasta las zonas más remotas donde hay personas que realmente la necesitan. ¿Verdad? Entonces diría que hay dos grandes problemas con respecto a la distribución global. En primer lugar, estamos viviendo en una época de ultranacionalismo donde los países quieren acaparar lo que esté disponible y decir: “Voy a usarlo primero en mi propia población”, en lugar de usarlo primero en las poblaciones de todo el mundo, que corren el mayor riesgo.
El segundo problema está relacionado con la fabricación a escala. En este momento hay 7.500 millones de personas en el planeta. Y nunca hemos tenido una vacuna que se haya utilizado en una población tan grande. Por lo tanto, incluso si tiene una vacuna, ampliar su fabricación hasta llegar a estas cantidades, y además tener la capacidad para distribuirla, especialmente en aquellas regiones del mundo donde las personas no pueden pagar la vacuna, en las zonas más recónditas, el desafío es aún mayor. Eso va a ser un gran problema para nosotros. Entonces, con lo que nosotros estamos comprometidos es con un acceso amplio, equitativo y asequible, pero eso mucho.
Neeley: ¿Qué significa eso?
Frazier: Significa que no importa en qué parte del mundo Ud. se encuentre, debe tener acceso a esta vacuna porque es una pandemia mundial. Y mi opinión es que, a menos que todos estemos a salvo, ninguno de nosotros está a salvo. Quiero decir, cuando piensas en el mundo en el que vivimos con el cambio climático, con la alteración del ecosistema, con las poblaciones moviéndose de la forma en que lo hacen, siendo la movilidad humana como es, esta pandemia es solo la primera de muchas que posiblemente vamos a experimentar como especie, porque esas condiciones solo van a empeorar en el futuro.