Politicas
Los activistas que promueven el acceso a la salud en África han criticado a Johnson & Johnson por exportar vacunas producidas en Sudáfrica a países europeos que ya han inmunizado a un gran número de sus habitantes, e incluso han donado vacunas a países más necesitados.
Las vacunas Covid de dosis única de J & J se exportaron desde Sudáfrica, donde se habían ensamblado, a pesar de la urgente necesidad de vacunas en toda África, donde menos del 3% de los 1.300 millones de personas que residen en el continente han sido completamente vacunadas.
Los activistas sudafricanos pidieron el martes que se hicieran públicos los contratos del gobierno sudafricano con Johnson & Johnson y otros fabricantes de vacunas, y amenazaron con emprender acciones legales para obtener la información. El martes, durante una conferencia de prensa reaccionaron al enterarse por una publicación en el New York Times de que millones de dosis de J & J producidas por Aspen Pharmacare en la ciudad sudafricana de Gqeberha (antes Port Elizabeth) se están exportando a Europa.
El informe también afirma que el gobierno sudafricano acordó renunciar a su derecho a prohibir las exportaciones para asegurarse de que Johnson & Johnson pudiera enviar las vacunas al extranjero.
Aspen, un fabricante de medicamentos de Sudáfrica, tiene un contrato con Johnson & Johnson para ensamblar los ingredientes de su vacuna COVID-19, ponerla en viales y empaquetarla, un proceso llamado “llenar y terminar”. Fue el primer acuerdo para la finalización de las vacunas COVID-19 en África, y fue aclamado por la Unión Africana y el gobierno sudafricano como un impulso para la producción y distribución de vacunas en el continente.
La fábrica de Aspen tiene capacidad para terminar alrededor de 220 millones de dosis de J & J al año.
“Creemos que la conducta de Johnson & Johnson ha sido escandalosa, inmoral e inconstitucional”, dijo el martes Fatima Hassan, de Health Justice Initiative, un grupo de defensa de los consumidores de Sudáfrica. Hassan dijo que la organización ya ha presentado una solicitud para obtener acceso a los contratos amparándose la Ley de Promoción de Acceso a la Información de Sudáfrica.
Sudáfrica ha vacunado a más de 2,1 millones de personas con la vacuna J&J y ha comprado 31 millones de dosis de la vacuna, que se entregan en grandes envíos provenientes del extranjero y de la planta de fabricación de Sudáfrica. La distribución de las vacunas J & J se ha retrasado debido a las interrupciones en la entrega.
Además de las vacunas de J & J, Sudáfrica está utilizando la vacuna Pfizer-BioNTech. Aproximadamente el 7% de los sudafricanos están completamente vacunados y un 9% adicional ha recibido una dosis. En general, Sudáfrica ha administrado al menos una vacuna a más de 9,7 millones de personas y actualmente está administrando alrededor de 200.000 inyecciones por día.
Moses Muluba, del Centro de Salud, Derechos Humanos y Desarrollo en Uganda, dijo que la entrega de vacunas producidas en África a Europa es un ejemplo claro de la inequidad global en la distribución de vacunas.
“En un país como Uganda, donde tenemos 44 millones de personas, ni siquiera hemos alcanzado la meta de 4 millones de vacunas. Solo se han vacunado 1,7 millones, pero no podemos encontrar vacunas en el mercado”, dijo.
Los países ricos, incluyendo EE UU, Canadá y la Unión Europea han comprado una gran parte del suministro mundial de vacunas COVID-19. Si bien muchos de esos países se han comprometido a donar millones de vacunas a países africanos, la mayoría de ellas no se entregarán este año. Y muchos ahora están planeando inyecciones de refuerzo para su propia gente.
“En este caso, ¿qué significa solidaridad global? Se suponía que las vacunas fabricadas en Sudáfrica impulsarían la distribución a países como el nuestro, pero eso no ha sucedido”, dijo Muluba.
Contribuyeron los periodistas Maria Cheng, basada en Londres y Andrew Meldrum desde Joannesburg