Ética
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha retirado dos directrices (o guías), que los políticos estadounidenses consideran que promocionan a la empresa que fabrica la oxicodona.
En junio de 2019, la OMS anunció que iba a retirar dos guías clínicas, publicadas en 2011 y 2012, relacionadas con la prescripción de opioides [1]. Justificó esta decisión en los nuevos datos científicos y los conflictos de interés que incidían en estas dos publicaciones [1].
En mayo de 2019, dos miembros del Congreso de EE UU, utilizando solo los datos disponibles al público, mostraron que 8 de las 21 organizaciones que consultó la OMS antes de emitir estas dos guías tenían vínculos financieros con empresas que comercializaban opioides [2]. Cinco de los siete expertos que trabajaron en las guías de 2011, al igual que cinco de los trece expertos que trabajaron en las de 2012, así como otros revisores externos, tenían vínculos financieros con estas empresas [2].
Se observaron semejanzas entre el contenido de las dos guías de la OMS y los materiales promocionales de las empresas farmacéuticas, en especial los de Purdue, el fabricante de Oxycontin (oxicodona). Esta forma de marketing fue particularmente perjudicial para el brote epidémico de muertes por sobredosis de opioides en EE UU [2, 3]. En la guía de 2011, a pesar de la evidencia científica disponible, se calificó a los opioides como seguros y se minimizaron los riesgos de dependencia [2, 3]. En la de 2012, la OMS recomienda recurrir directamente a los denominados opioides fuertes como el Oxycontin [2].
La influencia de la industria farmacéutica en estas directrices o guías de la OMS, que los políticos estadounidenses consideran como ‘materiales para marketing’ de Purdue, y que la misma OMS ahora dice que serán objeto de revisión, es aún más perjudicial porque estos documentos han servido como referencia para muchas otras publicaciones a nivel mundial [2, 4].
Referencias