Introducción
En Chile las personas afrontan un alto gasto de bolsillo en salud, producto en gran medida de pagos directos que realizan en concepto de medicamentos [1]. Si bien existen programas que garantizan el acceso gratuito a un amplio grupo de medicamentos para patologías específicas, la evidencia indica que los medicamentos representan el 55% del gasto de bolsillo total que desembolsan las familias en salud y más aún en los hogares más pobres. En efecto, el gasto en medicamentos representa el 68% del gasto de bolsillo en salud para los hogares pertenecientes al primer quintil de ingresos [2].
Parte de este fenómeno se relaciona con los tipos de medicamentos que se consumen en Chile. Los medicamentos “originales” (también denominados “referentes” o “innovadores”) son los que cuentan con una patente; los medicamentos genéricos –que pueden tener o no una marca– son los que pueden entrar al mercado cuando caducan aquellas patentes. Los genéricos tienen la misma concentración del principio activo (componente químico del medicamento) y forma médica de un medicamento original que fue protegido por una patente y que se comercializa como un medicamento de marca [3]. El tipo de medicamento generalmente afecta el precio. Chile, junto a México, tiene los precios más altos de medicamentos originales o genéricos con marca en América Latina. Sin embargo, Chile también tiene los valores más bajos de la región para medicamentos genéricos sin marca [4].
Si se revisa el consumo, la Fiscalía Nacional Económica [5] muestra que, durante el año 2019, cerca del 10% de los medicamentos vendidos fueron medicamentos originales, el 67% genéricos con marca y sólo el 23% genéricos sin marca. La teoría indica que la existencia e incremento en la disponibilidad de medicamentos genéricos sin marca, cuando caduca la patente de un medicamento original, aumenta las alternativas disponibles en el mercado, disminuyendo los precios y mejorando la asequibilidad de los medicamentos [6]. Si fuera mayor la proporción de consumo de genéricos sin marca existiría un espacio para reducir el gasto de bolsillo en medicamentos, ya sea que se trate de gasto directo de las personas o del gobierno para abastecer la red pública de salud. Esto, a su vez, generaría un impacto positivo en el bienestar de los ciudadanos.
Sin embargo, en la práctica, la presencia de más productos en los anaqueles no garantiza necesariamente precios más bajos para el consumidor. Esto se debe a fallas específicas en el funcionamiento del mercado de medicamentos que limitan la competencia. Por consiguiente, existe un argumento para la intervención del Estado a través de regulaciones que subsanen las fallas de mercado y que fomenten la competencia. Este papel de regulador es relevante para asegurar el acceso efectivo a medicamentos a precios razonables, sin crear desincentivos para los distribuidores (farmacias e importadores) y laboratorios farmacéuticos.
Si bien existen estudios que analizan el mercado de medicamentos en general y el gasto realizado por el gobierno y los consumidores en Chile [5,7,8,9,10,11,12], es más limitado el análisis del mercado específico de genéricos y su nivel de competencia. Este documento presenta los principales resultados del análisis sobre el grado de competencia del mercado de genéricos en Chile, sus causas limitantes y efectos sobre el precio final que enfrentan los consumidores. El fin último es proponer recomendaciones concretas de política pública para el contexto chileno, considerando la Política Nacional de Medicamentos y el papel de intermediación 4 de la Central de Abastecimiento del Sistema Nacional de Servicios de Salud (CENABAST).
En particular, el documento presenta los resultados de tres análisis cuantitativos de concentración industrial en los mercados de medicamentos genéricos: a nivel de hogares, a nivel de las compras de CENABAST y a nivel de las farmacias. Esta desagregación es importante ya que el nivel de competencia y las políticas asociadas para fomentarla suelen variar según el canal de adquisición de medicamentos. El documento busca responder las siguientes tres preguntas.
Estos análisis fueron complementados por entrevistas realizadas a actores clave del sistema que alimentan la discusión de los hallazgos cuantitativos y la formulación de recomendaciones en torno a un nivel macro o sistémico y luego según actor participante en la cadena: distribuidores, prescriptores y pacientes. Para cada propuesta de política se presenta también experiencia internacional relacionada para establecer un marco de referencia o benchmark.
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Referencias