Hace más de siete años, las autoridades de Salud de aquel entonces señalaron como aspectos que afectan el abastecimiento y, por ende, el acceso a medicamentos: los procesos ineficientes, repetidos y burocráticos, plataformas tecnológicas inadecuadas, deficiencia en el proceso de abastecimiento, almacenamiento y distribución de los medicamentos desde el nivel central hasta los niveles locales, y el retiro de productos del mercado.
Todo aquello evidenciaba, y evidencia, porque las condiciones no han cambiado, la pésima gestión del acceso a medicamentos. A pesar de contar, antes y ahora, con suficientes recursos financieros para garantizar el acceso a los medicamentos que se requieren; no hemos podido erradicar la desorganización e ineficiencia que favorece la corrupción y nos perjudica.
Antes de seguir adelante, debo reconocer que una señal clara de compromiso por parte de las actuales autoridades, con buscar la forma de garantizar el acceso a medicamentos, fue la reciente conformación de una nueva comisión de medicamentos, la cual ya entregó, como primer producto, el Decreto Ejecutivo 26, del 15 de marzo de 2022, que establece el reglamento para compras conjuntas o unilaterales de medicamentos de la Caja de Seguro Social y el Ministerio de Salud, cuando se declare el desabastecimiento crítico de fármacos y medicinas.
Dicho lo anterior, debo subrayar que la firma de este importante decreto no será suficiente, a menos que se acompañe del fortalecimiento de la capacidad de gestión de los sistemas de suministro, particularmente la planificación de las adquisiciones de medicamentos y otros insumos esenciales en salud pública. Le dedico el resto de esta glosa a compartir algunas ideas para contribuir al trabajo de esta importante comisión.
Para comenzar, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la gestión de suministros es una responsabilidad de los sistemas de salud pública que implica no solo procesos eficientes y eficaces de adquisición, sino la implementación y gestión de modelos integrales de sistemas de suministros que involucran diversas etapas que funcionan en cadena y que incluyen los procesos de selección, adquisición, almacenamiento, distribución y uso racional, orientados a asegurar la disponibilidad de medicamentos e insumos esenciales, así como la calidad de los insumos ofrecidos y la oportunidad en la atención al usuario.
La misma organización señala que, la selección implica la revisión de los problemas de salud prevalentes y la elección de los medicamentos e insumos requeridos para su diagnóstico y tratamiento, así como la decisión sobre su utilización en los diferentes niveles de atención de salud. Una vez seleccionados, la adquisición incluye la cuantificación de las necesidades de medicamentos e insumos, la elección de las modalidades de compra más convenientes y adecuadas, la elaboración de planes de adquisición concretos y certeros, la fijación de condiciones de negociación con proveedores, la gestión para garantizar la calidad de los medicamentos e insumos y la evaluación permanente del servicio y el producto ofrecido por esos proveedores. Por su parte, el almacenamiento debe garantizar la calidad de los insumos durante su permanencia en el depósito, almacén o farmacia, así como la custodia y vigilancia del movimiento de las existencias y requiere el control de aspectos administrativos, de infraestructura física, de dotación y el control de factores ambientales. Luego hay que distribuirlos, y la distribución incluye la entrega de los insumos a los depósitos y establecimientos de salud, con actividades que garanticen la custodia adecuada de los insumos, así como la oportunidad en la entrega. Finalmente, el uso racional incluye el diagnóstico, prescripción, dispensación y el consumo apropiado por parte del usuario.
Es claro entonces que la aplicación efectiva del decreto citado al inicio, apoyará solo los procesos de adquisición de medicamentos. Pero, como subraya la OPS, necesitamos un sistema integral de suministro que se concrete en un ciclo en el que cada función o proceso principal se apoye en la función previa y conduzca lógicamente a la siguiente. Si los diversos procesos se llevan a cabo de manera independiente y no como parte de un sistema, los costos aumentan, el agotamiento de existencias se hace más frecuente y los usuarios se ven afectados. No hay duda de que el proceso de adquisición marca las pautas para los siguientes pasos. Por ello es obligatoria la eficiencia y transparencia de las actividades que se desarrollen para garantizar oportunamente el abastecimiento de medicamentos necesarios.
Para finalizar, nos recuerda la misma organización que, en el centro del ciclo de la gestión del suministro se encuentra un conjunto de procesos de apoyo administrativo que incluyen: organización, financiamiento, gestión de la información, administración de los recursos humanos y recursos físicos, decisivos para la sostenibilidad del sistema de suministros. Desarrollar estos procesos de forma eficiente, efectiva y transparente, implica construir una cultura en la que debe prevalecer la búsqueda del bienestar social, y la erradicación del clientelismo de cualquier tipo.
Nota: Jorge Luis Prosperi Ramírez es Médico, exrepresentante de la Organización Mundial de la Salud (OMS).