Tramadol es un analgésico opioide que también actúa como serotoninérgico y noradrenérgico. Conlleva un riesgo de dependencia y de padecer síntomas de abstinencia cuando se suspende su uso.
Si los pacientes lo han estado tomando durante mucho tiempo, ¿cómo se puede disminuir el riesgo de padecer síntomas de abstinencia cuando se suspende tramadol? Para responder esta pregunta, realizamos una revisión de la información disponible procedente de evaluaciones, utilizando la metodología habitual de Prescrire.
Para interrumpir con éxito el uso prolongado de tramadol, es crucial motivar al paciente; es conveniente planificar un programa de apoyo para gestionar la abstinencia y ofrecerle ayuda. Cuando los pacientes que usan tramadol como analgésico lo dejan de tomar, se debería anticipar un efecto de rebote, que se caracteriza por un aumento del dolor.
Las estrategias para gestionar la abstinencia que se han propuesto consisten en una reducción gradual de la dosis de tramadol o, en algunos casos, su sustitución por otro opioide que no tenga los efectos no opioides de tramadol, como la buprenorfina o metadona. Al no contar con datos sólidos de evaluaciones, estas estrategias se basan principalmente en la experiencia de los profesionales de la salud y de los pacientes.
La reducción de la dosis diaria se hace progresivamente, alrededor de un 10% cada una a cuatro semanas, dependiendo de los síntomas que experimenta el paciente. La solución oral permite ajustar la dosis fácilmente, pero el uso del frasco cuentagotas también conlleva el riesgo de errores en la administración. Cuando se está retirando este medicamento, es preferible no recurrir a medicamentos que también puedan causar dependencia, por ejemplo, otros opioides analgésicos como codeína u opio, o una benzodiazepina.
Sin embargo, ofrecer buprenorfina o metadona como sustituto de tramadol puede lograr que el paciente tome conciencia de su dependencia de los opioides. Por lo tanto, esto se debería hacer en un entorno terapéutico, donde pueda recibir el apoyo de un equipo de especialistas en adicciones. El objetivo principal de este método es controlar el consumo de opioides y reducir los efectos de tramadol. La buprenorfina suele ser suficiente cuando el tratamiento del dolor no es el objetivo principal. Cuando se busca una acción analgésica más potente, se puede optar por metadona, teniendo en cuenta el riesgo de sobredosis y de interacciones farmacológicas.
En la práctica, sin importar qué estrategia se elija para interrumpir este medicamento, se deberían planear estrategias para el alivio del dolor y así prevenir el uso no controlado de tramadol u otro analgésico opioide.