Zachary Brennan publica una nota en Endpoints [1] sobre la decisión que ha tomado el Reino Unido de intentar reducir los ensayos clínicos para evitar seguir invirtiendo recursos en aquellos que tienen pocas posibilidades de concluirse.
Según esa nota [1], esta iniciativa se debe a que durante la pandemia de covid se han malgastado muchos recursos, y en EE UU también se están cancelando algunos de los estudios relacionados con el covid. Janet Woodcock, de la FDA, se ha lamentado de que sólo el 5% de los miles de ensayos terapéuticos de covid-19 han sido realmente aleatorios y con la potencia adecuada para obtener datos útiles. “Hubo una tremenda cantidad de duplicación, y un montón de pequeños ensayos que aportaron información que ocasionó que la gente usara tratamientos que no eran útiles y eran potencialmente dañinos”, dijo Woodcock. “En una emergencia global, necesitamos tener una mayor coordinación central”.
En el Reino Unido, la comunidad investigadora se ha reunido para revisar toda la cartera de investigación con el fin de garantizar que los valiosos recursos del Servicio Nacional de Salud (NHS) se centren en estudios que se puedan completar. Para ello, las autoridades han pedido a los patrocinadores que se cierren los estudios que no se consideran viables como “por ejemplo, los estudios que no cumplen los objetivos de reclutamiento, o los estudios en los que el plan de entrega no es práctico debido a la disponibilidad de personal” [1].
Según Brennan [1], a medida que algunos de estos ensayos relacionados con covid y otros se vayan cerrando, gran parte de la atención se centrará en la relativa falta de ensayos exitosos. Y un informe reciente de varias organizaciones sin ánimo de lucro sobre el estado de la investigación del covid-19 dejó claro que los reguladores tenían, al menos en parte, la culpa por no coordinar mejor la investigación.