Aspectos destacados:
Antecedentes. Cuando un nuevo fármaco sale al mercado, el incentivo para la empresa patrocinadora es maximizar la duración del tratamiento para que el paciente obtenga todo el beneficio terapéutico del producto y logre un resultado positivo en el ensayo. Nos propusimos identificar los casos en los que un fármaco oncológico ya aprobado se utilizó como comparador de un fármaco más nuevo que buscaba ser aprobado y comparamos la duración del tratamiento cuando se utilizó en el brazo de intervención con cuando se utilizó como comparador.
Pacientes y métodos. En un análisis transversal, se identificaron los anuncios de aprobación de fármacos para cánceres avanzados, metastásicos o no resecables emitidos entre 2009 y 2020. Se incluyeron los estudios que informaron sobre un fármaco aprobado y los estudios que informaron sobre cuando el mismo fármaco se utilizó como comparador para otros fármacos que buscaban la aprobación de la FDA. Se examinó la mediana de la supervivencia libre de progresión y la duración del tratamiento cuando el fármaco se aprobó inicialmente y cuando el fármaco se utilizó como comparador de otros fármacos que buscaban su aprobación.
Resultados. De los 23 casos en los que un fármaco aprobado se utilizó posteriormente como comparador frente a un fármaco más nuevo que buscaba la aprobación de la FDA, encontramos 11 casos (47,8%) en los que el fármaco, cuando se utilizó como brazo comparador, tuvo una duración del tratamiento más corta que cuando se utilizó en el brazo de intervención. La mediana de la duración del tratamiento en el estudio que probó inicialmente el fármaco fue de 6,0 meses (rango: 2,2-12,7 meses), mientras que la mediana de la duración del tratamiento cuando el mismo fármaco se utilizó como comparador fue de 4,9 meses (rango: 1,7-12,0 meses).
Conclusiones. Estos resultados sugieren que existe un sesgo en el tiempo que un paciente recibe una terapia determinada, y este sesgo favorece a la terapia más nueva. Los investigadores clínicos deberían intentar utilizar una metodología que reduzca el sesgo para poder evaluar objetivamente la eficacia relativa de los nuevos fármacos.