Gareth Iacobucci nos recuerda en un artículo publicado en el BMJ [1] que, según la OMS, lo más importante para abordar la pandemia es producir nuevas vacunas que funcionen mejor contra las variantes emergentes, y administrar dosis de recuerdo no es una estrategia global sostenible.
Según el artículo [1], el Grupo de Asesoramiento Técnico de la OMS sobre la Composición de la Vacuna Covid-19 (WHO Technical Advisory Group on Covid-19 Vaccine Composition) que está evaluando el desempeño de las vacunas covid-19 dijo que lo importante es desarrollar vacunas para las nuevas variantes que no solo protejan contra la enfermedad grave, sino también contra la infección. Tener vacunas que protejan frente a la infección es importante para reducir la transmisión en la comunidad y la necesidad de seguir adoptando medidas estrictas de salud pública, incluyendo el distanciamiento social. Además, las nuevas vacunas deben “provocar respuestas inmunitarias amplias, fuertes y duraderas para reducir la necesidad de dosis de refuerzo sucesivas”.
La OMS se opone a los programas de refuerzo porque muchos residentes de los países pobres todavía no han tenido acceso a la vacuna, y varios expertos de renombre están de acuerdo con esta recomendación [1], entre otras cosas porque no se puede estar inmunizando a la población mundial cada 3-4 meses y es muy difícil o imposible predecir cual será la próxima variante que podría causar problemas (Nota de Salud y Fármacos: esto podría haber cambiado, porque ahora hay un exceso de vacunas disponibles, sin embargo, como se puede leer en Boletín Fármacos: Prescripción, Farmacia y Utilización, las dosis de refuerzo no están indicadas para todos, sino sólo para las poblaciones más vulnerables a sufrir covid grave).
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