El vigésimo aniversario de la Declaración de Doha, en noviembre de 2021, ha tenido lugar en medio de la pandemia de covid-19. La experiencia de los dos últimos años ha demostrado que los mismos factores que hicieron necesaria la Declaración -los problemas de acceso desigual a los medicamentos y a otras tecnologías sanitarias para los pobres del mundo- siguen acechándonos.
¿Se ha traicionado la promesa de la Declaración de Doha? En esta contribución, abordamos esta cuestión de forma crítica, centrando nuestra evaluación en si la Declaración de Doha ha logrado cumplir sus compromisos de (a) promover el acceso a la salud; (b) la equidad y la justicia en las relaciones entre los Estados miembros de la OMC; y (c) el reconocimiento de las perspectivas del mundo en desarrollo en la formulación de la política de PI. En última instancia, concluimos que la promesa de la Declaración de Doha no se ha materializado.
Hay muchas razones para ello. Por ejemplo, los gobiernos de los países desarrollados han socavado intencionadamente la Declaración al insistir en insertar disposiciones ADPIC plus más onerosas en los acuerdos de libre comercio y en los acuerdos de asociación económica, que diezman las limitadas flexibilidades permitidas por el Acuerdo ADPIC. Y en los casos en que los países han tratado de utilizar esas flexibilidades, han sido atacados por una industria farmacéutica demasiado litigiosa y por amenazas de gobiernos como la lista de vigilancia 301 de Estados Unidos. Por estas razones, defendemos la necesidad de contar con paradigmas alternativos que desafíen la hegemonía y las normas occidentales en materia de PI y otras cuestiones relacionadas con el comercio, y de desafiarlas eficazmente mediante la aplicación de un enfoque de “descolonialidad”.
Puede acceder al artículo completo en inglés el siguiente enlace: https://www.southcentre.int/wp-content/uploads/2022/06/SV238_220620-3.pdf