Tras una intervención quirúrgica, el tratamiento del dolor a corto plazo es esencial para una recuperación física y emocional eficaz [1]. La práctica actual sugiere que se utilice un enfoque multimodal (uno que combine varios métodos) para hacer frente al dolor posquirúrgico, que incluya tratamientos localizados (por ejemplo, aplicación de hielo y elevación de las extremidades), enfoques psicológicos (por ejemplo, educación del paciente y establecimiento de expectativas) e intervenciones farmacológicas, según sea necesario.
Los enfoques farmacológicos también pueden ser multimodales y suelen incluir antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno (Advil, Caldolor, Motrin), u otros agentes no opiáceos como el paracetamol (Tylenol), y opiáceos para los episodios de dolor más intenso. Estos fármacos se pueden administrar por vía intravenosa u oral, y las dosis suelen administrarse en casa, durante un tiempo limitado tras abandonar el centro quirúrgico.
El medicamento anticonvulsivo gabapentina (Gralise, Neurontin) [2] también se utiliza para tratar el dolor posquirúrgico, pero este método es controvertido debido a las dudas sobre su eficacia y seguridad [3].
Un estudio observacional reciente analizó el uso de gabapentina para aliviar el dolor inmediatamente después de una intervención quirúrgica mayor y descubrió que dicho uso aumenta significativamente el riesgo de delirio, el uso de antipsicóticos y la neumonía, en el período posquirúrgico.
Antecedentes de la gabapentina
Worst Pills, Best Pills News ha publicado varios artículos sobre la gabapentina, la mayoría advirtiendo al público sobre el uso excesivo del medicamento y sus numerosos efectos adversos —incluyendo su falta de eficacia [4], problemas respiratorios [5], problemas para conducir [6], somnolencia, depresión [7], trastornos del movimiento [8], aumento de peso[9] e incluso muerte por sobredosis [10].
A pesar de estas preocupaciones, el uso de la gabapentina —aprobada originalmente para un tipo de epilepsia y posteriormente para la neuralgia posherpética (dolor persistente tras una infección por herpes zóster)— se ha ampliado a muchas otras indicaciones, como el tratamiento del dolor posquirúrgico. Sin embargo, los datos sobre seguridad y eficacia de la gabapentina en estas indicaciones no aprobadas son escasos, por lo que tales usos resultan controvertidos [11, 12].
El nuevo estudio observacional [13]
El reciente estudio, que se publicó en el número de noviembre de 2022 de la revista Journal of the American Medical Association Internal Medicine, utilizó una gran base de datos de servicios de salud para analizar el uso de la gabapentina para el dolor, durante el período perioperatorio (desde el día de la cirugía y hasta el alta hospitalaria). Este estudio se centró en adultos mayores (edad media de 76 años) y consideró si el uso de gabapentina aumentaba su riesgo de delirio, como criterio primario de valoración, y el inicio con el uso de antipsicóticos, neumonía y muerte como consecuencias secundarias.
La base de datos utilizada para este estudio contenía registros correspondientes a sucesos hospitalarios ocurridos en más de 900 establecimientos de salud tamaño pequeño o mediano, que reflejaban las experiencias de aproximadamente el 25% de todas las hospitalizaciones en EE UU.
A partir de esa base de datos, se seleccionó a una subpoblación que constituyó la muestra analítica para este estudio: personas mayores de 65 años que se sometieron a un procedimiento quirúrgico mayor dentro de los siete días de ingreso hospitalario, entre 2009 y 2018, y que sobrevivieron al menos dos días después de la cirugía sin necesidad de ventilación mecánica o alimentación por sonda. Los procedimientos mayores incluyeron cirugías cardíacas, gastrointestinales, genitourinarias, ortopédicas, torácicas y vasculares. Se excluyeron las cirugías de cerebro. También se excluyó a los pacientes con antecedentes de tratamiento antipsicótico, psicosis o posible uso de gabapentina antes de la intervención quirúrgica. Estos criterios permitieron identificar a 967.547 pacientes quirúrgicos aptos para el estudio, incluyendo a 119.087 pacientes de edad avanzada expuestos a la gabapentina durante el período perioperatorio.
Casi todos los pacientes (118.936; 99,8%) expuestos a la gabapentina se compararon estadísticamente con el mismo número de pacientes no expuestos, en base a los siguientes factores importantes: demografía, tipo de seguro, características del ingreso, tipo de cirugía, comorbilidades (otras enfermedades), uso de otros medicamentos (incluyendo opiáceos), características del hospital y año calendario de la cirugía. Los resultados resumidos aparecen en el Cuadro siguiente y muestran claramente que la exposición perioperatoria a la gabapentina eleva el riesgo de delirio posquirúrgico, nuevo uso de antipsicóticos y neumonía.