Los organismos reguladores como Health Canada existen para garantizar que los medicamentos aprobados pasen por un riguroso proceso de varias fases. Sin embargo, los ensayos clínicos no pueden detectar todos los efectos secundarios o riesgos.
Una vez que se aprueba la comercialización de nuevos medicamentos en Canadá, el ministerio de salud sigue supervisándolos. Esto se hace para determinar si los beneficios para la salud, identificados en los ensayos clínicos previos a la comercialización, se mantienen tras un examen más detallado, para determinar si surgen nuevos problemas de seguridad o si los que ya se conocían son más graves de lo previsto inicialmente, y si los medicamentos se están utilizando para otros usos y poblaciones diferentes a los aprobados.
Toda esa información es importante para médicos y farmacéuticos y para las personas que vayan a utilizar los medicamentos, y debe estar a disposición del público.
Ensayos clínicos
Los posibles nuevos medicamentos se evalúan en ensayos clínicos [1] antes de autorizar su venta en Canadá. Pero para que sea más fácil determinar claramente si los medicamentos son beneficiosos, estos ensayos solo inscriben a un grupo muy selectivo de pacientes.
Por ejemplo, las personas que son aceptadas en estos ensayos deben tener un diagnóstico definitivo, solo deben padecer la enfermedad que se pretende tratar con el fármaco, no deben estar tomando otros medicamentos, puede que tengan que vivir cerca del lugar donde se realizan las pruebas… y todavía hay más requisitos.
Según una estimación, de un total potencial de 346 pacientes, solo 29 [2] (menos del 10%) cumplían con los requisitos para participar en un ensayo clínico para tratar la depresión mayor. Además, los ensayos clínicos suelen excluir [3] a niños, ancianos, mujeres, grupos minoritarios, discapacitados y muchos otros grupos.
Por lo general, únicamente entre 3.000 y 5.000 personas [4] se exponen a un medicamento experimental en los ensayos clínicos. Los ensayos mucho más amplios realizados para las vacunas covid-19, en los que participaron entre 30.000 [5] y 46.000 personas [6], fueron una excepción.
Investigaciones previas han demostrado que, para detectar efectos secundarios poco frecuentes, un ensayo debe aplicar la regla de tres [7]: por ejemplo, si un efecto secundario afecta a uno de cada 1.000 pacientes, un ensayo tendría que incluir al menos a 3.000 personas (tres x 1.000) para tener un 95% de probabilidades de ver un solo caso. Esto significa que los problemas de seguridad poco frecuentes pueden pasar totalmente desapercibidos.
Así, cuando por fin se aprueban los fármacos, quedan cuestiones de seguridad sin resolver, incluyendo la forma en que estos afectarán a los grupos demográficos que se excluyeron de los ensayos.
Programas de seguridad de los medicamentos
Por eso, cuando los organismos reguladores, como Health Canada, aprueban un medicamento, exigen a la empresa farmacéutica que monitoree su seguridad después de la comercialización. Estos programas reciben diversos nombres; en Canadá [8] y Europa [9] se denominan Planes de Gestión de Riesgos (RMP o Risk Management Plans) y en Estados Unidos, Estrategias de Evaluación y Mitigación de Riesgos [10] (REMS o Risk Evaluation and Mitigation Strategies).
En Canadá, el sistema actual de Planes de Gestión de Riesgos está en vigor desde 2009 [11]. Según los documentos de Health Canada [12], los Planes de Gestión de Riesgos son obligatorios cuando existe un grado significativo de incertidumbre respecto a los riesgos asociados a un medicamento concreto, o cuando un medicamento “presenta un riesgo grave de ocasionar daños para la salud humana, que justifique la adopción de medidas (…) para reducir la probabilidad o gravedad de tales daños”.
Todos los medicamentos nuevos que nunca antes se habían vendido en Canadá, en ninguna forma, así como todos los opiáceos, requieren Planes de Gestión de Riesgos para ayudar a salvaguardar a la población.
En virtud de estos planes [13], las empresas pueden tener que realizar estudios de seguridad adicionales, crear registros para identificar a los pacientes que toman el medicamento, elaborar material educativo para los profesionales de salud y/o los pacientes, restringir el acceso al medicamento y comprometerse a adoptar otra serie de medidas.
Los Planes de Gestión de Riesgos no son perfectos ni pueden resolver todas las incertidumbres sobre la seguridad de los nuevos medicamentos. Según un estudio europeo [14], al cabo de cinco años solo se había resuelto uno de cada cinco problemas. Definitivamente, hay que hacer más para monitorizar la seguridad postcomercialización.
Pero los Planes de Gestión de Riesgos siguen siendo una herramienta importante. Las cuestiones que quedaron sin resolver en algunos casos fueron si los riesgos teóricos se veían realmente en la práctica y si había suficiente información para determinar si los datos a largo plazo revelaban nuevos problemas de seguridad.
Acceso a la información sobre la supervisión de medicamentos
Los médicos que recetan medicamentos, los farmacéuticos que los dispensan, los investigadores que estudian su seguridad y, sobre todo, los pacientes que los toman deben tener derecho a saber cómo se supervisa su seguridad.
En EE UU, los usuarios pueden acudir a un sitio web de la FDA [15] en el que se enumeran todos los medicamentos con Estrategias de Evaluación y Mitigación de Riesgos. Allí pueden leer sobre los objetivos de las Estrategias de Evaluación y Mitigación de Riesgos, un resumen de las medidas incluidas en estas, consultar los materiales que se han desarrollado y cómo se va a evaluar la eficacia del plan de Estrategias de Evaluación y Mitigación de Riesgos.
En países europeos como Dinamarca existe una lista similar de medicamentos [16] con un Plan de Gestión de Riesgos. Haga click en uno de los hipervínculos que aparecen en la referencia y accederá a un resumen del Plan de Gestión de Riesgos del medicamento en cuestión.
Health Canada no dispone actualmente de un sitio web de este tipo, y reconoce que esto supone una laguna informativa [17]. Dos de los objetivos declarados de Health Canada [18] al implantar un sistema de Plan de Gestión de Riesgos son “apoyar el acceso oportuno de los canadienses a medicamentos seguros, eficaces y de alta calidad, y apoyar la evaluación continua de la información que puede repercutir en el perfil beneficio-riesgo de los productos de salud”.
Pero sin acceso a información actualizada sobre determinados medicamentos, los canadienses no pueden evaluar por sí mismos esos riesgos, ni tampoco el programa de monitoreo.
Además de esta falta de transparencia, el ministerio de salud canadiense para supervisar la seguridad de los medicamentos gasta solo un tercio del dinero y tiene solo un tercio de los empleados [19] del presupuesto y los recursos humanos dedicados a la aprobación de nuevos medicamentos.
Desde febrero de 2019, Health Canada ha sido líder mundial en la publicación de la información que utilizó para decidir la aprobación de nuevos medicamentos [20]. Tiene un sitio web [21] que enumera los medicamentos que no fueron aprobados y qué medicamentos está considerando aprobar. Hay un sitio web con los Planes de Gestión de Riesgos para sustancias nocivas [22] para el medio ambiente y la salud humana, aunque con datos de 2016.
Es hora de que Health Canada haga lo mismo con los Planes de Gestión de Riesgos de medicamentos. Cuando se modifique el reglamento de la Ley de Alimentos y Medicamentos de Canadá [23], la transparencia de los Planes de Gestión de Riesgos de medicamentos debe ser obligatoria. Pero Health Canada no necesita esperar hasta entonces para poner esta información a disposición de los canadienses.
Referencias