Nada nuevo
Para los pacientes con colitis ulcerosa en los que un corticoesteroide y un inmunosupresor “convencional”, como la azatioprina (Imurel u otras marcas), no han resultado suficientemente eficaces, una opción es usar un inmunosupresor del grupo de los inhibidores del FNT alfa. Si estos tampoco tienen suficiente eficacia o no se toleran bien, el beneficio del tofacitinib (Xeljanz) —un inmunosupresor del grupo de los inhibidores de la Janus quinasa — no está bien establecido [1].
El filgotinib (Jyseleca – Galapagos) es otro inhibidor de la Janus quinasa que ya está autorizado en la UE para tratar la artritis reumatoide. Ahora también se ha autorizado para tratar la colitis ulcerosa cuando otro inmunosupresor no haya tenido suficiente eficacia o cuando sus efectos adversos no se hayan tolerado bien. Para este problema, se lo ha evaluado en un único ensayo clínico aleatorizado y controlado con placebo. Por lo tanto, no se ha determinado si representa un avance terapéutico en comparación con otros inmunosupresores que ya están disponibles [2,3].
Los efectos adversos conocidos del filgotinib son los que se observan frecuentemente con los inmunosupresores del grupo de los inhibidores de la Janus quinasa. En comparación con los inhibidores del FNT alfa, los inhibidores de la Janus quinasa conllevan un riesgo mayor de trastornos cardiovasculares y tromboembólicos, cáncer, infecciones graves y muerte [4].
Revisión de la literatura hasta el 12 de diciembre de 2022