En 2023, un estudio que utilizó la base de datos de farmacovigilancia de EE UU investigó la aparición o la exacerbación de la enfermedad inflamatoria intestinal o colitis (microscópica u otras formas) en pacientes expuestos a un inhibidor de la interleucina 17A como el secukinumab [1].
Entre 2015 y 2022, se identificaron 388 informes de pacientes que tomaban un inhibidor de la interleucina 17A, a saber: 268 casos de enfermedad inflamatoria intestinal (incluyendo 87 casos de colitis ulcerosa y 96 casos de enfermedad de Crohn) y 120 casos de colitis. De estos casos, 348 se atribuyeron al secukinumab (Cosentyx), 36 al ixekizumab (Taltz) y 4 al brodalumab (Kyntheum). Murieron 9 pacientes, y 84 fueron hospitalizados.
Los autores del estudio también identificaron 34 casos clínicos publicados de enfermedad inflamatoria intestinal en pacientes expuestos a secukinumab o ixekizumab. La mediana de edad de estos pacientes era de 42 años. De ellos, 28 no tenían antecedentes personales o familiares registrados de enfermedad inflamatoria intestinal. Por lo general, las primeras manifestaciones clínicas fueron diarrea (91% de los pacientes), dolor abdominal (58%), diarrea sanguinolenta (51%) y fiebre (36%). La mediana del plazo hasta la aparición de estos trastornos fue de aproximadamente tres meses tras la exposición a un inhibidor de la interleucina 17A. El tratamiento para estos trastornos incluyó un corticoesteroide o un inhibidor del FNT alfa. Después de interrumpir el inhibidor de la interleucina 17A, la mediana del plazo hasta la remisión fue de cuatro semanas [1].
Los inhibidores de la interleucina 17A son inmunosupresores que se usan para tratar la psoriasis y diferentes enfermedades reumatológicas [2]. Los datos en animales han mostrado que la interleucina 17A produce cierto efecto sobre la mucosa intestinal, por lo que se ejecutaron varios ensayos clínicos de secukinumab o brodalumab en pacientes con enfermedad de Crohn [3]. Sin embargo, estos inhibidores de la interleucina 17A no tuvieron la eficacia esperada. Al contrario, se asociaron a una exacerbación de la enfermedad de Crohn [4]. Los resúmenes europeos de las características del producto de los inhibidores de la interleucina 17A advierten sobre el riesgo de enfermedad inflamatoria intestinal [5].
En la práctica, cuando se considera un tratamiento con un inhibidor de la interleucina 17A, es recomendable establecer si el paciente tiene algún síntoma indicativo de enfermedad inflamatoria intestinal o si tiene antecedentes de este problema. En los pacientes tratados con un inhibidor de la interleucina 17A, la aparición de trastornos como diarrea (sanguinolenta o no), dolor abdominal crónico o fiebre sin causa aparente justifican que se investigue la posibilidad de que padezca la enfermedad inflamatoria intestinal. Si así fuera, se debería interrumpir el inhibidor de la interleucina 17A.
Referencias