Resumen
Antecedentes: Las pruebas genómicas han ampliado las posibilidades de la medicina de precisión, especialmente para tratar el cáncer avanzado y resistente al tratamiento. Sin embargo, la relevancia clínica de la mayoría de las alteraciones genéticas sigue siendo incierta, pudiendo ocasionar que los médicos sobreestimen los beneficios de las terapias personalizadas. Las guías de la Red Nacional Integral del Cáncer (National Comprehensive Cancer Network NCCN, por sus siglas en inglés) incluyen recomendaciones de tratamiento específicas para el cáncer, y son las que a menudo determinan la cobertura de los seguros. Evaluamos la evidencia de beneficio clínico y la capacidad de acción (o validez) de las dianas moleculares de los anticancerígenos dirigidos al genoma que recomienda la NCCN.
Métodos: Identificamos las terapias dirigidas al genoma para tratar cánceres sólidos a partir de las guías más recientes de la NCCN. Las características del diseño de los ensayos se obtuvieron de las publicaciones que respaldan las recomendaciones de la NCCN.
La capacidad de acción de la diana genómica se evaluó con la Escala de Accionabilidad Clínica de las Dianas Moleculares (ESCAT) de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO). Esto abarca desde combinaciones de terapia de alternancia genómica que obtienen los mejores resultados (Nivel I) hasta tratamientos con posible relevancia clínica (Niveles II o III) y aquellos con relevancia indeterminada (Niveles IV a X).
El beneficio clínico se evaluó mediante la Escala de Magnitud de Beneficio Clínico ESMO (ESMO-MCBS). Las dianas moleculares en el nivel I de ESCAT en combinación con un tratamiento determinado asociado a estudios que demostraron un beneficio clínico sustancial mediante ESMO-MCBS (grados 4-5) se designaron como de alto beneficio, mientras que las vinculadas a estudios que alcanzaron un grado 3 en ESMO-MCBS se clasificaron como prometedoras, pero no probadas.
Resultados: Se extrajeron 411 recomendaciones de la NCCN que respaldan 74 fármacos dirigidos al genoma que abordaban 50 alteraciones. La mayoría de las recomendaciones (346/411, 84%) se basaban en datos de ensayos clínicos, mientras que una sexta parte (65/411, 16%) se hacían en base a informes de casos o estudios preclínicos.
Los ensayos clínicos fueron en su mayoría de fase I o fase II (271/346, 78 %), de un solo brazo (262/346, 76 %) y utilizaron la tasa de respuesta general como criterio principal de valoración (271/346, 78%).
Más de la mitad de las dianas recomendadas tenían una capacidad de acción de nivel I (246/411, 60%), más de un tercio eran de nivel II o III (142/411, 35%) y el resto eran indeterminadas (23/411, 6%). Entre los 267 ensayos puntuables, el 12% (32/267) demostró que aportaban un beneficio clínico sustancial (ESMO-MCBS Grados 4-5) y el 45% (121/267) fueron de Grado 3. Al combinar ambos indicadores, el 12% (32/267) de los tratamientos genómicos contra el cáncer aportaron un gran beneficio y el 33% (88/267) fueron prometedores, pero no probados.
Conclusiones: Alrededor de una octava parte de las terapias contra el cáncer dirigidas al genoma que recomiendan las guías de la NCCN recibieron una calificación de beneficio alta, mientras que un tercio se identificó como con un beneficio sustancial prometedor, pero que no se pudo demostrar utilizando los indicadores ESCAT y ESMO-MCBS. Garantizar que las recomendaciones de la NCCN estén alineadas con los beneficios clínicos bien documentados es crucial para promover decisiones de tratamiento informadas, basadas en evidencia y guiadas por genómica.