Resumen
Antecedentes: Las intervenciones que cuentan con evidencia de haber reducido las muertes por sobredosis relacionadas con opioides incluyen la educación sobre la sobredosis y la distribución de naloxona, el uso de medicamentos para tratar el trastorno por consumo de opioides y la seguridad de los opioides recetados. Se requieren datos sobre la eficacia de una intervención comunitaria que facilite una mayor adopción de estas prácticas para reducir las muertes por sobredosis relacionadas con opioides.
Métodos: En este ensayo aleatorizado, por conglomerados, a nivel de la comunidad, asignamos aleatoriamente a 67 comunidades de Kentucky, Massachusetts, Nueva York y Ohio a recibir la intervención (34 comunidades) o a servir como control participando en una lista de espera (33 comunidades), estratificadas según el estado. El ensayo se llevó a cabo en el contexto de la pandemia de covid 19 y un aumento a nivel nacional de las muertes por sobredosis relacionadas con el fentanilo. Los grupos que participaron en el ensayo estaban equilibrados según estado, clasificación urbana o rural, tasa de sobredosis previa y tamaño poblacional. El resultado primario fue el número de muertes por sobredosis relacionadas con opioides entre los adultos de la comunidad.
Resultados: Durante el período de comparación de julio de 2021 a junio de 2022, las tasas promedio de muertes por sobredosis relacionadas con opioides a nivel poblacional fueron similares en el grupo intervención y en el grupo control (47,2 muertes por 100.000 habitantes frente a 51,7 por 100.000 habitantes), con un cociente de tasas ajustado de 0,91 (intervalo de confianza del 95 %, 0,76 a 1,09; P=0,30). El efecto de la intervención sobre la tasa de muertes por sobredosis relacionadas con opioides no fue diferente según los estados, la clasificación urbana o rural, la edad, el sexo, la raza o el grupo étnico.
Las comunidades en el grupo intervención implementaron 615 estrategias basadas en la evidencia de las 806 estrategias que habían seleccionado las comunidades (254 relacionadas con la educación sobre sobredosis y la distribución de naloxona, 256 relacionadas con el uso de medicamentos para el trastorno por consumo de opioides y 105 relacionadas con la seguridad de los opioides recetados). De estas estrategias basadas en la evidencia, solo 235 (38%) se habían iniciado al comienzo del año durante el que se hizo la comparación.
Conclusiones: En este ensayo de intervención multimodal de 12 meses en el que coaliciones comunitarias participaron en el despliegue de prácticas basadas en la evidencia para reducir las muertes por sobredosis de opioides, las tasas de mortalidad fueron similares en el grupo intervención y en el grupo control, en el contexto de la pandemia de covid-19 y la epidemia de sobredosis relacionada con el fentanilo. (Financiado por los Institutos Nacionales de Salud; Número de ClinicalTrials.gov de HCS, NCT04111939.)
Nota de Salud y Fármacos. Según Statnews [1], los Institutos Nacionales de Salud lanzaron la iniciativa, conocida como el Estudio de Comunidades HEALing, abreviatura de Helping End Addiction Long-term, en abril de 2018. Otorgó US$344 millones a las comunidades participantes, utilizando fondos que el Congreso había asignado para la investigación del uso de sustancias el año anterior.
Las intervenciones incluyeron aumentar el acceso a medicamentos como la metadona y la buprenorfina mediante la reducción de las restricciones, el apoyo a los proveedores de atención médica y el trabajo en cárceles y prisiones. También incluyó educación en torno a la prescripción de opioides y el refuerzo de la distribución de naloxona, un medicamento que se utiliza para revertir las sobredosis de opioides.
Las autoridades federales de salud calificaron el estudio como una victoria al menos parcial. Si bien las intervenciones no redujeron significativamente las muertes por sobredosis, argumentaron los funcionarios, sentaron las bases para futuras acciones y establecieron un marco para ayudar a las comunidades más afectadas a elegir nuevos enfoques de políticas y comenzar a implementarlas, con la esperanza de que con más tiempo y sin covid-19, las muertes disminuyan.
Y en una entrevista, Chandler, directora del estudio, enfatizó que los resultados no deberían desafiar lo que la investigación ha demostrado durante mucho tiempo: hay una “montaña de evidencia”, dijo, que respalda la creencia de que herramientas como la naloxona, los medicamentos para el trastorno por uso de opioides y las técnicas de prescripción más seguras salvan vidas. El desafío, dijo Chandler, radica en su implementación, no en las estrategias en sí.
El estudio, dijo, “no niega, de ninguna manera, las evidencias que sugieren las fortalezas de esas intervenciones”.
Referencias