La 13.ª Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) concluyó el viernes 1 de marzo, y después de 18 meses de discusiones no se aceptó una controvertida propuesta para renunciar a la protección de la propiedad intelectual para las pruebas diagnósticas y tratamientos covid-19, poniendo fin a un furioso intento de los grupos de la sociedad civil de fortalecer el acceso global a los productos médicos necesarios.
La decisión no fue sorpresiva, pues desde que se lanzó la propuesta, las compañías farmacéuticas -y varios países clave donde tienen su sede las grandes farmacéuticas, incluidos el Reino Unido y Suiza- lucharon con éxito contra el esfuerzo. A fines de la semana pasada, cuando una conferencia ministerial de la OMC podría haber votado sobre la propuesta, la falta de consenso entre los miembros de la OMC era una conclusión inevitable.
La Federación Internacional de Fabricantes y Asociaciones Farmacéuticas elogió el resultado. “La propiedad intelectual es un facilitador crítico para el desarrollo de medicamentos y vacunas. También ha dado a las empresas la confianza para participar y ha permitido más de 177 colaboraciones voluntarias, incluyendo iniciativas de transferencia de tecnología solo sobre terapias covid-19”, dijo el grupo comercial en un comunicado [1].
Otras organizaciones también expresaron su alegría con el rechazo de la propuesta. Según el portal Bio.News, tras la conferencia ministerial, John Murphy, Director de Políticas de la Organización de Innovación Biotecnológica (BIO) [2], señaló: “Nos alienta que los miembros de la OMC no hayan acordado ampliar una exención de propiedad intelectual para las terapias para la covid-19 en la 13.ª Conferencia Ministerial de la OMC en Abu Dabi”.
Las farmacéuticas consideran que las exenciones de propiedad intelectual sientan un precedente perjudicial pues consideran que los derechos de propiedad intelectual son el único incentivo para innovación en esta industria.
BIO [3] ha mencionado que debilitar la propiedad intelectual socavaría su capacidad para recaudar los fondos e impulsar la innovación biotecnológica, y consideran que la OMC debería centrarse en los aspectos relacionados con el comercio que hay que tener en cuenta la preparación para las pandemias [2].
Así mismo, las compañías farmacéuticas y biotecnológicas sugieren que la OMC debería enfocarse en
“El resultado de la 13ª Conferencia Ministerial de la OMC fue positivo para el futuro de nuestra industria”, concluyó Murphy. “Sin embargo, siguen existiendo importantes barreras comerciales. “Agradecemos las oportunidades de trabajar con la OMC para abordar las barreras comerciales genuinas al acceso a las tecnologías (como las restricciones a las exportaciones) a fin de preservar fuertes protecciones de propiedad intelectual, alentar la innovación y mantener el liderazgo de EE UU en las ciencias de la vida” [2].
Referencias: