Winnie Byanyima instó a Gilead a “hacer historia” permitiendo la fabricación genérica de lenacapavir, un medicamento antirretrovíral inyectable que se administra dos veces al año y se utiliza para tratar a pacientes con VIH.
Instó a Gilead a ofrecer el acceso a lenacapavir al Banco de Patentes (Medicines Patent Pool), la organización internacional respaldada por la ONU, lo que permitiría vender bajo licencia versiones genéricas más baratas en países de ingresos bajos y medios.
Sin importar las recompensas económicas por el desarrollo de Lenacapavir, la popularidad de ser la empresa que venció la pandemia de sida sería mayor, afirmó Byanyima.
“Gilead tiene la oportunidad de acercarnos al final del sida como amenaza para la salud pública”, declaró Byanyima a la AFP en una entrevista en la sede de UNAIDS’en Ginebra.
“Gilead tiene la oportunidad de salvar el mundo. De salvar al mundo, literalmente”, de la pandemia.
“Pueden ser la empresa que gane un Premio Nobel, por ejemplo. La recompensa no consiste solo en dinero. También está el reconocimiento… imagínense lo grande que sería”.
En una liga diferente
Aunque todavía hay que proporcionar terapia antirretrovíral a unos 10 millones de personas seropositivas, unos 30 millones ya la reciben.
Byanyima, director ejecutivo del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH y el sida, afirmó que esto sólo es posible gracias a las innovaciones de empresas farmacéuticas como Gilead.
Sin embargo, el lenacapavir es “tan eficaz que pertenece a una categoría diferente de medicamentos preventivos”, afirmó.
Byanyima dijo que el medicamento ayudaría a los que los sistemas de salud no llegan a alcanzar.
“Esas personas que se esconden de la ley, hombres homosexuales, mujeres trans, que podrían salir del armario sólo dos veces al año para ponerse la inyección y estar a salvo”, dijo, por no hablar de las mujeres jóvenes de África, que temen el estigma y la violencia doméstica.
En 2022 se aprobó el uso de lenacapavir para pacientes con VIH en EE UU y la Unión Europea. Está disponible a partir de unos US$40.000 al año en EE UU.
También se está probando su posible uso como profilaxis preexposición (PPrE), para evitar que las personas sin VIH contraigan el virus, con resultados provisionales muy prometedores.
Byanyima insistió en que, mediante la fijación de precios diferenciados (por ejemplo, alguien en Nepal que pague una fracción del precio de lo que paga alguien en Gran Bretaña), Gilead podría seguir obteniendo beneficios con el lenacapavir. E insistió: “Podríamos estar cerca de acabar con esta enfermedad”. Gilead ha afirmado anteriormente que está en conversaciones con gobiernos y organizaciones “mientras trabajamos para alcanzar nuestros objetivos de acceso”.
Objetivo 2030
En términos generales, las innovaciones en materia de VIH están produciendo mejores productos para la prevención y el tratamiento, con mayor eficacia y menos efectos secundarios.
Sin embargo, afirmó Byanyima “una vacuna es muy, muy difícil de fabricar. Igual que un tratamiento curativo. Pero ahora tenemos todo lo necesario para que la gente viva una vida larga y sana”.
Alrededor de 1,3 millones de personas se infectaron por el VIH el año pasado.
UNAIDS sostiene que es posible acabar con el VIH como amenaza para la salud pública para 2030, pero sólo si los líderes toman las decisiones adecuadas en materia de financiación, recursos y derechos.
“Vemos que los países avanzan en esa dirección, lo que también demuestra que es posible”, afirmó Byanyima. Señaló que desde 2010, algunos países del África subsahariana han reducido las nuevas infecciones en más de la mitad, y las muertes hasta en un 60%.
Sin embargo, añadió: “también tenemos regiones como Europa del Este, Asia Central y América Latina donde vemos que las nuevas infecciones van en la dirección equivocada y aumentan”, con un estigma que aleja a las personas de los servicios.
“Cumplan la promesa “
Byanyima también advirtió sobre una “ofensiva bien coordinada y dotada de recursos” contra los derechos LGBTQ, los derechos reproductivos y la igualdad de género.
Citó el endurecimiento de la Ley contra la Homosexualidad en su Uganda natal, la despenalización de la mutilación genital femenina en Gambia y la eliminación de la protección constitucional del aborto por parte del Tribunal Supremo de EE UU.
La 25ª Conferencia Internacional sobre el Sida se celebra en Múnich del lunes al viernes (22 a 26 de julio), y reúne a gobiernos, sociedad civil, mundo académico, científicos y personas que viven con el VIH para compartir conocimientos.
Byanyima manifestó su deseo de que se impulse la voluntad política para vencer la pandemia de sida.
“Cumplan la promesa de que esta enfermedad acabará. Nadie debería sufrir viviendo con el VIH”, afirmó.
“Tenemos todo lo necesario para que la gente lleve una vida sana. Y deberíamos hacerlo”.
Nota de Salud y fármacos: The Guardian [1] señala que Sunlenca, el nombre comercial de lenacapavir, representa un avance significativo en el tratamiento contra el VIH, gracias a su ventajosa forma de administración, su elevada eficacia y la posibilidad de que sea de bajo precio. Aunque el precio actual es de US$42.250 por el primer año, podría llegar a ser de US$40.
El artículo indica que la versión genérica de lenacapavir tendría un costo 1000 veces menor, lo que permitiría que el acceso fuera más amplio, especialmente en países de ingresos bajos y medianos, donde se concentra el 95% de las infecciones por VIH. No obstante, lenacapavir está autorizado para el tratamiento y no para la prevención del VIH.
Además, informa que Gilead indicó que es prematuro fijar un precio para el lenacapavir cuando se usa en la prevención del VIH, pues sería necesario disponer de los datos de los ensayos clínicos y hacer los trámites en las agencias regulatorias, pero prometió desarrollar una estrategia para garantizar un acceso global sostenible. Sin embargo, los activistas insisten en que todos los países de ingresos bajos y medianos-altos, como Brasil, deberían tener acceso a versiones genéricas del medicamento, ya que su exclusión agravaría la epidemia del VIH.
Por otro lado, Jenna Philpott revela la opinión de Joyce Ouma, responsable de los programas de Y+ Global, una red de jóvenes que viven con el VIH, quien mencionó que un inyectable dos veces al año sería transformador para los jóvenes que viven con el VIH o corren el riesgo de contraerlo, y que “No es exagerado decir que alcanzar el objetivo de acabar con las nuevas transmisiones del VIH para el 20230 depende de que Gilead garantice que las personas del sur global tengan un acceso justo al lenacapavir”.
Así mismo, la nota de The Guardian narra que People’s Medicines Alliance sugiere en una carta abierta a la farmacéutica que ofrezca la licencia el lenacapavir al Bando de Patentes de Medicamentos (en inglés Medicine Patent Pool – MPP), lo cual permitiría fabricar futuras versiones genéricas más baratas. Esto teniendo en cuenta que la patente de Sunlenca está vigente hasta el año 2028. Además, destaca que, en 2007, Gilead firmó un acuerdo de licencia con el MPP para bictegravir, cuya marca comercial es Biktarvy, lo que benefició a 116 países de bajos ingresos [2].
Referencias: