Las clínicas que regenta Médicos sin Fronteras (MSF) en Khayelitshaa, Sudáfrica, son una historia exitosa en la batalla global contra el Sida y un presagio de problemas futuros. Esta barriada pobre, repleta de chozas de metal ondulado, situada a 25 millas de Ciudad del Cabo fue una de las primeras zonas pobres de Sudáfrica que, gracias a un programa establecido por un grupo de ayuda francés para distribuir antirretrovirales, recibió los medicamentos contra el Sida que pueden salvar la vida.
Pero según Eric Goemaere, el médico de MSF que dirige estas clínicas, de los 13.000 pacientes que están recibiendo tratamiento en sus clínicas, 2.000 son resistentes a la primera línea de antirretrovirales, una combinación de genéricos que utiliza el D4T, un medicamento antiguo. Sesenta de sus pacientes también son resistentes a la única combinación de medicamentos disponible y que también está basada en un Boletín Fármacos 2010, 13(1) 68 medicamento genérico antiguo. Uno de ellos es una mujer de 27 años que se contagió al ser violada por el novio de su tía cuando tenía 13 años. Goemaere dijo “le tuve que decir que no habían más opciones para ella.” No le quedan más de 18 meses de vida.
En EE.UU. o Europa habría muchas otras opciones para estos pacientes, incluyendo el nuevo producto de Merck, Isentress, que todavía no tiene permiso de comercialización en Sudáfrica, y Truvada de Gilead Sciences. Pero no hay opciones en Khayelitsha.
En África residen 22 de los 33 millones de personas que a nivel mundial están infectadas con VIH. Gracias a la ayuda externa, los genéricos baratos de la India y los descuentos de medicamentos, 2,9 millones de personas afectas de Sida en África Subsahariana reciben tratamiento antirretroviral. Pero los medicamentos más recientes son demasiado caros, incluso con descuentos importantes, dice Goemaere, quién predice que en África el número de casos resistentes está a punto de explotar.
Las dos pautas de tratamiento con que cuenta Goemaere casi no se utilizan en los EE.UU. ni en Europa porque tienen efectos secundarios serios y se deben tomar varias veces al día. Pero son medicamentos baratos, cuestan alrededor de US$100 por paciente al año. En cambio, Truvada, el medicamento más vendido contra el VIH, cuesta US$12.000 anuales en EE.UU. Gilead vende Truvada a los países pobres a US$315 anuales, un precio que no le permite tener ganancias pero que es demasiado caro para MSF. Gilead ha otorgado licencias a productores de genéricos, quiénes la venderán a US$120 anuales, pero Goemaere no puede pagar esta cantidad.
MSF y UNITAID, una agencia internacional con base en Ginebra que se dedica a comprar medicamentos, están promoviendo una solución sencilla que permitiría que los pacientes africanos pudieran acceder a Truvada a un tercio de su costo, es decir US$86 anuales, según un análisis de la Universidad de Boston. La idea es que compañías como Merck, Abbott, GlaxoSmithKline pongan las patentes de 19 medicamentos contra el Sida en un pool de patentes. Algunas compañías de genéricos podrían obtener una licencia para producir versiones genéricas de estos productos a cambio de pagar una pequeña regalía al laboratorio innovador y vender los productos a un precio pre-establecido en los países en desarrollo. La competencia entre los laboratorios genéricos, que son expertos en producir medicamentos baratos, abarataría tremendamente los costos, y a la vez los innovadores seguirían beneficiándose de las ventas en África. Según Goemaere “los dueños de las patentes obtendrían regalías y nosotros tendríamos medicamentos”.
Parece fácil pero la implementación es muy complicada. Tres años después de que UNITAID sacase la idea, solo se ha conseguido que tres laboratorios (Gilead Sciences, Johnson&Johnson, y Merck) participen activamente en las negociaciones sobre el pool de patentes con UNITAID. En febrero UNITAID empezó a cabildear a otras nueve compañías innovadoras y a 17 productoras de genéricos para ver si podían sentarse y discutir la idea. UNITAID se reunió una vez con Abbot pero tardaron ocho meses en poder establecer la fecha de una segunda reunión. Abbott dice estar dispuesto a discutir. GlaxoSmithKline dice que se ha reunido varias veces con UNITAID para escuchar sus ideas. BristolMyersSquibb dice que el pool de patentes puede eliminar estímulos para innovar. Pero Lisa Haile, un abogado de patentes de la firma DLA Piper, dice que el pool no tendrá un impacto negativo en los ingresos. “Las ventajas son superiores a los aspectos negativos”.
Es muy importante incluir muchos medicamentos en el pool porque para controlar el VIH (y evitar la aparición de resistencias) los pacientes tienen que tomar tres medicamentos simultáneamente. La barrera principal es el número de países que pueden incluirse. Los activistas contra el Sida y los productores de genéricos quieren incluir a tantos países como sea posible. Pero la inclusión de países como China, Brasil o Tailandia podría ser una solución para los laboratorios innovadores. Este tema se discutirá a mediados de diciembre en la reunión del consejo directivo de UNITAID.
Las compañías de tecnología han utilizado pools de patentes para poder intercambiar licencias de productos. James Love, de Knowledge Ecology International se percató de que era una estrategia que podía facilitar el acceso a los medicamentos en África, y en el 2006 convenció a UNITAID de implementar la idea.
El pool de patentes recibió un gran estímulo el año pasado por parte de Gilead Sciences, el mayor productor de medicamentos contra el Sida en EE.UU. En el 2007, Love presentó una queja a la oficina federal de comercio (Federal Trade Commission) diciendo que Gilead estaba violando las leyes contra monopolios al solo otorgar licencias a un grupo selecto de productores en los países en desarrollo. Por causalidades de la vida, unos meses más tarde acabó sentándose en frente del consejero principal de Gilead, Gregg Alton, en una cena que organizó Oxfam. Se entendieron muy bien y hablaron mucho el pool de patentes. Love dijo, “No se comportaba como una persona desagradable… me sorprendió que no se sintiera ofendido porque yo hubiera puesto una queja contra su compañía”.
Alton es responsable de que los medicamentos de Gilead lleguen a los países en desarrollo y se dio cuenta de las ventajas que el pool de patentes representaba para Gilead. Significaría menos problemas y gastos porque ya no tendría que negociar las licencias para los países en desarrollo individualmente con cada una de las compañías de genéricos. En la reunión anual de médicos que trabajan con VIH y de productos de medicamentos que tuvo lugar en México en el 2008, Alton habló a favor del pool de patentes. Su razonamiento fue tan convincente que los representantes de J&J y Merck se levantaron y apoyaron la idea.
UNITAID espera conseguir que el resto de las compañías se acerquen a la mesa de negociación y lleguen a un acuerdo preliminar en un año. Ellen’t Hoen, una consejera de Boletín Fármacos 2010, 13(1) 69 UNITAID en temas de propiedad intelectual, dijo “estamos negociando con monopolios, y esto no es fácil”. Algunos son escépticos, Y.K. Hamied, presidente de la compañía de genéricos CIPLA dijo “UNITAID ha estado hablando del pool de patentes durante años, y no se ha adelantado nada”. Las compañías innovadoras tienen interés en retrasar la entrada de los genéricos. Alton teme que MSF lo presione más allá de lo que él puede ofrecer.
Eric Goemaere espera que el pool de patentes funciones porque no quiere ver morir a sus pacientes de Khayelitsha. En EE.UU., los pacientes de Sida tienen una esperanza de vida de 69 años. Pero sus pacientes en Khayelitsha se quedan sin opciones a los ocho años de haber iniciado el tratamiento. “No puedo aceptar el doble estandar” dice, “Si pueden llegar a vivir 69 años en EE.UU. deberíamos poder obtener algo parecido en Sudáfrica”.
Nota el Editor. Para más información sobre el Pool de Patentes ver Comuniaciones en esta misma sección.