En EE.UU. la industria farmacéutica utiliza unos 90.000 visitadores médicos para que promuevan sus productos. Como media la industria gasta US$8.800 por médico en marketing. Aunque los médicos se dan cuenta de que hay un conflicto de interés, estos visitadores médicos siguen siendo la fuente más habitual de información sobre medicamentos. Una forma de neutralizar el efecto de los visitadores en a través de programas de educación individualizada de prescriptores.
Los programas de educación individualizada de los prescriptores – en inglés Academic Detailing- proveen información objetiva, y potencian el uso de los medicamentos más seguros y efectivos, y también los más baratos de entre los que ofrecen la misma calidad. En la mayor parte de los casos, estos programas consiguen que no se prescriban medicamentos cuando no se necesitan, y los costos del programa suelen ser inferiores al ahorro en medicamentos innecesarios. Se estima que en EE.UU. la razón beneficio/costo puede llegar a ser de 1,8/1, a lo que hay que añadir los beneficios para la salud y el ahorro en la utilización de hospitales y especialistas.
Estos programas se empezaron a utilizar hace más de 20 años y se ha demostrado que cambian el comportamiento del prescriptor. En realidad esta estrategia suele dar mejores resultados que la emisión de guías para la práctica clínica, las presentaciones didácticas o las visitas educacionales para grupos de profesionales.
En este documento se revisan los estudios que se han publicado y las evaluaciones económicas que se han hecho de este tipo de programas en diversas partes del mundo.