ÉTICA Y DERECHO
Conducta de la industria
¿Se recompensa a los CEOs de las compañías farmacéuticas por actos ilegales?
(Drug company CEOs: rewarded for illegal acts?)
Worst Pills Best Pills Newsletter, agosto de 2013
Traducido por Salud y Fármacos
En 2010, Public Citizen publicó un informe documentando las actividades ilegales de la industria farmacéutica durante 20 años. Actualizamos este informe en 2012, encontrando que las sanciones penales y civiles que esta industria ha tenido que pagar en EE UU aumentaron más de seis veces en la última década, de un total de US$1.000 millones en 2003 a más de US$6.000 millones hasta mediados de julio de 2012.
El tamaño de estas multas queda eclipsado por los beneficios que han cosechado, en parte a través de las actividades ilegales. Por esta razón, y porque ningún gran ejecutivo de una compañía farmacéutica ha sido encarcelado por estas actividades criminales, las compañías farmacéuticas han, de facto, incorporado comportamientos ilegales en su modelo de negocio.
Con un modelo de negocio exitoso se incluye una recompensa para los directores ejecutivos que dirigen sus buques hacia aguas rentables. Construyendo sobre nuestro análisis, el grupo de defensa de la salud Health Care for America Now (HCAN) analizó el aumento de los sueldos de los directores generales de las compañías farmacéuticas durante el mismo período de tiempo, de 2003 a 2012, durante el cual las sanciones por las actividades ilegales de la industria se han incrementado de manera significativa.
HCAN encontró que la retribución de los consejeros delegados de las 11 compañías farmacéuticas más grandes aumentó de un total de US$75 millones en 2003 (con un promedio de 6,8 millones de dólares por CEO) a $200 millones en 2012 (con un promedio de US$18 millones por CEO).
Pocos niegan que las compañías farmacéuticas hayan desarrollado algunos productos importantes y útiles; los elevados salarios de los CEO compensan este tipo de esfuerzos. Pero estos ejecutivos también son responsables de empresas que de forma fraudulenta sobrefacturan al gobierno a través de Medicare y Medicaid, esconden información importante sobre la seguridad de sus productos de la FDA, promueven ilegalmente productos para indicaciones para las que no han sido aprobados (promoción off-label) y participan en otras actividades ilícitas que, comprensiblemente, erosionan la salud del público, su billetera y su confianza en la industria.
Incrementar dramáticamente la retribución de los CEOs en una época de floreciente actividad ilegal invierte el concepto básico de recompensar actividades beneficiosas y castigar los daños. Cuando se trata de repartir premios a los directores generales, el bienestar financiero de una empresa y sus accionistas es claramente más importante que el daño físico y financiero causado a la población en general.
El ex abogado litigante principal en la Oficina del Asesor General de la FDA, Rick Blumberg, dijo una vez que “si el gobierno no muestra una voluntad más firme de responsabilizar penalmente a individuos – en todos los niveles de la jerarquía corporativa – … no podemos esperar que se hagan grandes avances en disuadir la promoción de la prescripción fuera de etiqueta [off label]”.
Y a menos que las sanciones sean mucho mayores y los CEOs vayan a la cárcel en lugar de cosechar enormes ganancias financieras mientras incurren en actividades ilegales, el daño físico y financiero que la industria farmacéutica hace al público seguirá sin control.