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PRESCRIPCIÓN, FARMACIA Y UTILIZACIÓN
Breves
Tratar la hipertensión arterial: por qué y cómo
(Traiter l’hypertension arterielle, porquoi et comment)
Revue Prescrire, septiembre de 2013
Traducido por Salud y Fármacos
Tratar la hipertensión arterial apunta a disminuir el riesgo de accidente cardiovascular o de accidente vascular cerebral. El tratamiento dura numerosos años. Consiste en modificar ciertos hábitos de vida y a menudo a tomar un medicamento que disminuye la presión arterial.
¿Por qué tratar?
La hipertensión arterial aumenta el riesgo de que un vaso sanguíneo se tapone o sangre, en particular a nivel del corazón (crisis cardíaca) o del cerebro (accidente vascular cerebral). El tratamiento de la hipertensión arterial tiene el objetivo de evitar las complicaciones cardiovasculares y de prolongar la vida, a cambio de un mínimo de inconvenientes.
Cuando el riesgo cardiovascular es alto, un tratamiento antihipertensivo es útil, por ejemplo, en caso de tabaquismo, de diabetes, de enfermedad renal, de obesidad, de elevación importante de colesterol total y de LDL-colesterol.
En general, el tratamiento se dirige a obtener una presión arterial inferior a 150/90 mm Hg, incluso inferior a 140/80 en las personas diabéticas o después de un accidente vascular cerebral. El objetivo del tratamiento no es simplemente hacer bajar la presión arterial, sino evitar la aparición de un accidente cardiovascular. A menudo, el tratamiento dura muchos años.
Funcionar sin medicamento
Uno puede hacer ajustes a su estilo de vida y reducir eficazmente su presión arterial: disminuyendo la ingesta de sal en la alimentación; practicando una actividad física de forma regular (como andar 30 minutos cada día); controlando el sobrepeso o la obesidad; limitando el consumo de alcohol (no sobrepasar dos vasos de vino por día o su equivalente en alcohol puro en hombres, y un vaso para las mujeres). Estas medidas permiten a veces evitar la toma de medicamento, y siguen siendo indispensables cuando es necesario tomarlo.
Algunos medicamentos aumentan la presión arterial: particularmente los antiinflamatorios (ibuprofeno, etc.) y de los “vasoconstrictores” (algunos de ellos se usan cuando se tiene nariz taponada), incluso por vía local (gel, spray nasal…). Mejor evitarlos. En caso de duda, evitar la automedicación e informarse con un profesional sanitario.
Un consumo importante de regaliz aumenta también la presión arterial.
En los pacientes hipertensos, el ajo reduce un poco a corto plazo la presión arterial, pero no se sabe si disminuye realmente los riesgos cardiovasculares. Las terapias conductuales, la relajación, la gestión del estrés, los suplementos de potasio, de magnesio y de calcio no tienen una eficacia demostrada en el tratamiento de la hipertensión arterial.
Bibliografía