PRESCRIPCIÓN, FARMACIA Y UTILIZACIÓN
Utilización
Informe especial: Misoprostol, el medicamento para hacer abortos que nadie puede controlar
Mirada Profesional, 12 de noviembre de 2013
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Es un fármaco indicado en el país para el tratamiento de los síntomas de la artritis reumatoidea y la osteoartritis, pero se popularizó para el aborto. Por eso, la oferta ilegal es inmensa, y nadie repara en los peligros de su venta sin control esta semana, la ANMAT cerró varios sitios de Internet que ofertaban los medicamentos.
Desde hace unos años, el uso del misoprostol para realizar abortos espontáneos se extendió en el mundo. Este medicamento, usado en combinación para tratar dolores abdominales, se popularizó como “la opción” para estas intervenciones. La información de su uso comenzó en los países donde se autorizó la práctica, y gracias al trabajo de feministas y del “boca a boca”, llegó a lugares donde su uso no está autorizado. Así, en poco tiempo, el fármaco comenzó a ser conocido por todos. En la Argentina, su venta es bajo receta, pero existe un fuerte mercado negro que lo comercializa para realizar aborto. Más allá de la discusión ética y legal, la presencia de miles de medicamentos sin control, en los barrios humildes del conurbano, para una práctica tan delicada, debe llamar la atención. Esta semana, autoridades detectaron sitios que vendían de forma ilegal el fármaco, por lo que emitieron una nueva alerta.
Oficialmente, el misoprostol es un medicamento indicado en el país para el tratamiento de los síntomas de la artritis reumatoidea y la osteoartritis, pero se utiliza para realizar abortos, ya que genera contracciones en el útero que terminan con el embarazo. Los especialistas advierten que en algunas ocasiones puede derivar en sangrado o hemorragias graves, aunque en la mayoría de los casos no sucede. Por estos efectos, en muchos países está legalmente permitido para este segundo efecto. En el país no se vende para esto, pero desde hace tiempo se consigue muy fácil, gracias a un mercado negro que alarma.
Sin ir más lejos, esta semana la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) advirtió la oferta del fármaco en redes sociales y sitios de Internet. Mediante un comunicado, la entidad que a través del Programa de Monitoreo y Fiscalización de Publicidad y Promoción “detectó que dicho fármaco era ofrecido a la venta por medio de la red social Facebook”. En esa red social, los perfiles denominados “Ayuda embarazada” y “Oxaprost Capital Federal” ofrecían los medicamentos además de consejos para su uso. Además, el último de los perfiles tenía un blog para recibir consultas.
“La ANMAT vuelve a reiterar que la comercialización de medicamentos vía Internet se encuentra prohibida, debido a que no puede garantizarse su origen, seguridad ni efectividad”, destacó la entidad. También recordó que este tipo de actividades puede ser enmarcadas como “venta ilegítima de medicamentos por internet y publicidad engañosa de productos para la salud”, que viola la actual ley nacional (ver comunicado oficial).
Esta nueva situación vuelve a poner en relieve cómo se popularizó el uso de este medicamento por fuera del sistema sanitario. Los fármacos llegan a manos de las mujeres sin pasar por un médico o un farmacéutico, por lo que no se puede garantizar su procedencia, calidad y uso correcto.
Cabe recordar que los efectos adversos del uso de misoprostol son severos, y pueden causar daños graves a la salud. “El uso del misoprostol se ha extendido, aunque aún no tengamos cifras nacionales. La impresión que tienen muchos médicos de hospitales públicos es que su uso disminuyó notablemente la incidencia del aborto infectado, pero también es probable que por la misma razón haya aumentado el número de las internaciones por aborto, que tradicionalmente era de 50 mil por año y hoy estamos en 78 mil, ya que las mujeres toman la pastilla y después concurren al hospital con un aborto incompleto para que allí se los terminen. Y un aspecto importante es que la morbilidad del misoprostol en el primer trimestre del embarazo es escasísima”. Las palabras pertenecen a Walter Barbato, especialista en ginecología y obstetricia, y profesor de la Facultad de Rosario.
El riesgo más grave, dicen, es que si el embarazo continúa, el embrión puede desarrollarse con malformaciones, la más grave de ellas el Síndrome de Moebius, que puede terminar en la muerte del recién nacido. En este sentido, en los últimos diez años se diagnosticaron 14 casos, once de los cuales estaban asociados al uso de misoprostol.
No se trata de condenar el aborto o prohibir el uso del medicamento. Como ya publicó Mirada Profesional cuando en el conurbano comenzó a circular una guía llamada “Cómo hacerse un aborto con pastillas”, “la experiencia del aborto es traumática, peligrosa y necesita de un amplio compromiso de las autoridades para evitar que más muertes se multipliquen a su alrededor. No se puede avalar en nombre de la libertad una práctica como esta guía, que pone en riesgo la vida de miles de personas todos los días. Más cuando tenemos más de 21 mil muertes anuales por mal uso de los medicamentos. No se debe tratar de solucionar un problema incorporando otro” (ver editorial “Aborto con medicamentos: el peligro de querer ‘salvar vidas’, poniéndolas en riesgo”, 11/4/11).
Lo cierto es que usando cualquier buscador de Internet, se puede acceder a mucha oferta de este medicamento, y pese a los esfuerzos de la ANMAT no parece haber solución al mercado negro. Ni la legislación actual ni las normas de seguridad parecen adaptadas a una problemática que crece. Se estima que en el país se hacen hasta 500 mil abortos por año, la mayoría por operaciones, pero el uso de los medicamentos va sumando adeptas.
“Hoy estamos en la era del misoprostol”, afirmó el jefe de Maternidad del hospital Álvarez, Marcelo Guz al hablar de los métodos que utilizan las jóvenes. “Las jóvenes logran comprarlo de manera libre. Pero es una medicación muy delicada que hay que utilizar bajo control. En general, no surgen inconvenientes, pero puede quedar un aborto incompleto, con restos, que generen hemorragias o infecciones”, explicó el médico en una nota con el diario La Nación.
Por último, un estudio realizado en el Servicio de Adolescencia del Hospital Argerich titulado “Riesgos en salud reproductiva. Uso indebido de misoprostol en adolescentes”, reveló mediante una encuesta que el 90 por ciento de las jóvenes de entre 13 y 21 años que habían abortado había usado ese medicamento como método.
* Nota. Misoprostol es una prostaglandina E1, que se comercializa bajo el nombre de Cytotec ®, como principio activo único para el tratamiento de la úlcera péptica y prevención de la ulcera gástrica por AINE, y también en asociación con diclofenaco, bajo las marcas Artrotec® y Normulen® estas dos últimas con indicación en el tratamiento de la artritis, artrosis y patologías relacionadas, en pacientes con riesgo elevado de desarrollar lesiones gastrointestinales como aquellos de edad avanzada, todas ellas para uso por vía oral. Además se comercializa en forma de comprimidos vaginales con el nombre de marca Misive® y Misofar®, para uso maduración cervical e inducción del parto a término, inducción del aborto, aborto espontáneo y diferido, expulsión del feto tras muerte intrauterina.