La jueza del Distrito Sur de Nueva York, Mary Kay Vyskocil, negó a Pfizer el permiso para implementar dos programas que reembolsarían a los pacientes sus medicamentos para el corazón Vyndaqel y Vyndamax, que cuestan US$225.000 al año [1].

La jueza dijo que Pfizer quería utilizar esta estrategia para aumentar el número de beneficiarios de Medicare que utilizarían estos medicamentos.

De uno de los programas, que proporcionaría apoyo de copago directo a los pacientes, Vyskocil dijo que el Estatuto Anti-soborno prohíbe claramente “cualquier remuneración destinada a inducir a alguien a comprar o recibir un medicamento o servicios médicos”.

El otro programa permitiría a Pfizer financiar una organización benéfica independiente para ayudar con los copagos, pero la jueza dijo que el programa no estaba listo para ser juzgado en la corte.

No es la primera vez que Pfizer trata de utilizar este tipo de estrategias. En 2018 tuvo que pagar US$24 millones para resolver una demanda del gobierno sobre donaciones a grupos de pacientes. Lo que Pfizer estaba tratando de hacer ahora era desafiar las leyes que la empresa había violado con anterioridad.

Pfizer sostiene que al no permitir que se ayude a los pacientes a pagar por los medicamentos se recrudece la inequidad, y que al limitar las donaciones a los grupos de pacientes se está limitando su libertad de expresión.