Fue en agosto pasado cuando la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) dio a conocer las multas y sanciones en el sector de la distribución de medicamentos luego de que confirmó que empresas que debían competir se estaban coludiendo a través de sus ejecutivos para aumentar sus márgenes. Como usted recuerda, a los agentes económicos involucrados en las prácticas indebidas se les impuso multas que en conjunto suman 903 millones 479 mil pesos. Además de las sanciones económicas, 10 directivos fueron inhabilitados para ejercer como consejeros, administradores, directores, gerentes, directivos, ejecutivos, agentes, representantes o apoderados de dichas empresas. Las conductas generaron un daño estimado al mercado de 2 mil 359 millones de pesos. Las prácticas anticompetitivas se llevaron a cabo en uno de los mercados más relevantes para la vida de los mexicanos, afectando el derecho constitucional a la protección de la salud de la población y el ingreso de las familias. El Pleno de la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE o Comisión) sancionó a Casa Marzan (Marzam), Casa Saba, Fármacos Nacionales (Fanasa), Nadro y Almacén de Drogas, así como a 21 personas físicas que participaron en representación de estas, por la realización de prácticas monopólicas absolutas en el mercado de la distribución de medicamentos. Además, por coadyuvar en la ejecución de dichas conductas fueron multadas la Asociación de Distribuidores de Productos Farmacéuticos de la República Mexicana (Diprofar) y una persona física. Derivado de lo anterior, se impusieron multas por un total de 903 millones 479 mil pesos y se inhabilitaron a 10 directivos de las empresas sancionadas. En el expediente I0-001-2016 se acredita que los agentes económicos sancionados realizaron tanto acuerdos para restringir el abasto, como conductas para fijar, manipular e incrementar el precio de los medicamentos.
Bueno, la noticia en estos días es que la COFECE está ejecutando cada medida de su sanción y se está asegurando que los directivos sancionados no participen en este sector sin importar que sólo hubieran enviado un correo electrónico que los involucró en la trama.
Le confirmo que en el sector de distribuidores de fármacos están realmente enojados con esta medida. Usted se sorprendería de la interpretación que se da a las acciones de la COFECE: “Como el gobierno está enojado con las farmacéuticas, está buscando debilitar a sus directivos clave”.
A los representantes de este sector les tuve que explicar algo que seguramente ya sabían pero que olvidaron al fragor de la molestia. Les dije que la COFECE es una entidad autónoma y que, además, el gobierno federal considera poco más que inútiles los 500 millones de pesos que anualmente se autorizan para su operación. Así que en este sector las sanciones impuestas por la COFECE están funcionando porque, por ejemplo, también se detuvo el tráfico de información y el intercambio de altos mandos directivos. Así que a la COFECE le gustará saber que la ejecución de su sentencia está causando mucha molestia y hasta genera competencia. En otras palabras: misión cumplida.
Los afectados se quejan de no poder trabajar en el sector en donde tienen información, contactos, experiencia, amigos. Ese era el propósito señores.