En 2021, un equipo publicó un estudio que procuraba cuantificar los efectos adversos cardiovasculares de los inhibidores de los puntos de control inmunitario. Hicieron una revisión sistemática con metaanálisis de los ensayos clínicos aleatorizados —publicados o no— que incluyeron al menos un grupo de pacientes que hubiera recibido uno de estos medicamentos. Se seleccionaron 48 ensayos clínicos, que abarcaban a unos 30.000 pacientes. Dependiendo del ensayo clínico, la edad promedio de los pacientes fue de 51 a 74 años, con un seguimiento de 7 a 33 meses [1].
Los inmunoestimulantes que inhiben los puntos de control inmunitario se usan para tratar varios tipos de cáncer. Incluyen a: los anti-PD-1 (muerte celular programada 1) nivolumab (Opdivo), pembrolizumab (Keytruda) y cemiplimab (Libtayo); los anti-PD-L1 (ligando PD-1) atezolizumab (Tecentriq), avelumab (Bavencio) y durvalumab (Imfinzi); y los anti-CTLA-4 ipilimumab (Yervoy) y tremelimumab (no se comercializa en Europa) [2,3].
Según los resultados de esta revisión sistemática, algunos efectos adversos cardíacos fueron más frecuentes en los grupos tratados con un inhibidor de los puntos de control inmunitario, incluyendo: miocarditis (riesgo relativo estimado [RR] de 4,5; intervalo de confianza de 95% [IC95]: 1,6 a 12,5); pericarditis (RR=2,2; IC95: 1,4 a 3,3); insuficiencia cardíaca (RR=2; IC95:1,4 a 2,9); ACV (RR=1,6; IC95: 1,1 a 2,2); e infarto del miocardio, shock cardiogénico y muerte cardiovascular (RR=1,5 para cada uno; IC95: 1 a 2,3) [1]. El aumento absoluto del riesgo es, aproximadamente, de 3 a 20 episodios cardíacos por cada 1.000 pacientes expuestos. La hiperlipidemia también fue más frecuente en los grupos tratados con inhibidores de los puntos de control inmunitario. Los autores señalan que es posible que se estén subestimando estas incidencias. Por ejemplo, en los informes publicados de los ensayos clínicos, se suelen omitir los efectos adversos que no son graves y ocurren con una frecuencia menor al 5%, y no hay una metodología de consenso para controlar los efectos adversos cardíacos durante los ensayos clínicos con tratamientos para el cáncer [1].
A finales de 2021, el resumen europeo de las características del producto (RCP) de los medicamentos en cuestión solo mencionan un subconjunto de estos trastornos. Por ejemplo, el RCP del nivolumab y el pembrolizumab no mencionan el accidente cerebrovascular (ACV), el infarto del miocardio o la insuficiencia cardíaca [4,5].
En la práctica, estos efectos adversos cardíacos, ya sean de origen inmunitario o de otro origen, exigen un control electrocardiográfico y clínico de los pacientes que reciben estos tratamientos.
Referencias