Según Nature, al menos una revista científica (Journal of Clinical Investigación o JCI) pedirá a los denunciantes de irregularidades, que pongan en duda la integridad de las publicaciones, que revelen sus posibles conflictos de intereses [1].
En el 2022, cuatro denunciantes se quejaron ante el JCI y otras revistas de lo que, según ellos, eran imágenes y datos manipulados en una serie de artículos, algunos de los cuales estaban relacionados con el simufilam, un fármaco experimental contra el Alzheimer de Cassava Sciences.
La redactora jefe del JCI, Elizabeth McNally, médica con doctorado, escribió en una editorial que en ese momento no sabía que los denunciantes estaban realizando ventas en corto* de acciones de Cassava. McNally alegó que los delatores se beneficiaron cuando, tras quejarse a las revistas – incluyendo JCI, el precio de las acciones de Cassava cayó un 55%. (Nota de Salud y Fármacos: el artículo de Nature añade que otros dos especuladores que no estaban relacionados con los denunciantes escribieron a la FDA denunciando la manipulación de imágenes y la interrupción de los ensayos clínicos. La FDA no interrumpió los ensayos, y la investigación de JCI no encontró evidencia de manipulación de datos).
Según Nature, los denunciantes “niegan haber actuado mal y se mantienen firmes en sus acusaciones, y tres de ellos afirman que sólo ganaron cantidades relativamente pequeñas de dinero con las compraventas de acciones de Cassava”.
Según Nature, las revistas han retractado al menos cinco artículos por estos motivos (Nota de Salud y Fármacos: los delatores habían cuestionado 32 artículos del mismo autor), incluyendo dos de los tres artículos que apoyaban el simufilam. La Comisión del Mercado de Valores de EE UU está investigando el tema.
Referencias