En algunos países, la concienciación sobre los conflictos de interés en las facultades de medicina y los hospitales está mejorando [1]. Aún queda mucho por hacer, pero se observan algunas señales positivas [2].
El primer ranking de facultades en Bélgica. El primer ranking de facultades de medicina de Bélgica, publicado en 2021, se basó en las políticas de estas instituciones para manejar los conflictos de interés [3]. Los médicos que eran miembros del Groupe de recherche et d’action pour la santé (GRAS), junto con un investigador de ciencias políticas del Centro de Investigación Spiral de la Universidad de Lieja, diseñaron este ranking tomando en cuenta los criterios que ya se usaban en otros países y adaptándolos al contexto belga [3]. Estos criterios incluyeron: la restricción o prohibición de regalos, muestras gratis, cenas o financiamiento de viajes; la restricción de actividades financiadas por empresas dentro de los espacios de las facultades; y la enseñanza sobre las prácticas comerciales de las empresas y los conflictos de interés [3].
Los resultados de este ranking revelan que las autoridades académicas de las diez facultades de medicina del país no están prestando mucha atención a la problemática de los conflictos de interés. La Universidad de Gante y la Universidad Católica de Lovaina obtuvieron los primeros puestos en el ranking, pero con una puntuación de solo 3/30, y seis universidades tuvieron una puntuación de 0/30 [3].
El tercer ranking de facultades en Francia. En Francia, la Formindep (una organización sin fines de lucro que lucha por la información independiente y la enseñanza de la medicina) publicó su tercer ranking de facultades de medicina en 2014 [4]. Desde su segunda publicación en 2018, este ranking ya no solo considera si existen políticas sobre conflictos de interés o su contenido, sino también hasta qué punto las facultades implementan el código de ética y de conducta profesional que elaboró el Consejo de Decanos de Medicina y Odontología en 2017 [4,5]. Los criterios que se tienen en cuenta al puntuar para hacer el ranking incluyen la adopción e implementación de este código y las declaraciones de conflictos de interés de los profesores [4].
Hubo muy pocos cambios en comparación con el 2018; solo 1 de las 36 facultades obtuvo una puntuación mayor al 50% (Lyon-Est, con un puntaje de 18/34). 11 facultades obtuvieron entre 10 y 14 puntos, de un total de 34, mientras que las otras 24 obtuvieron menos de 10 [4].
Entre los cambios observados estuvieron el nombramiento de expertos para la “integridad científica” y la creación de comisiones de ética en la mayoría de las facultades. La contribución de esta última medida es limitada porque estos comités prestan muy poca o ninguna atención al código. Algunas iniciativas deben celebrarse, como la de la facultad de Tours de publicar, en su sitio de internet, los informes de las reuniones del comité de profesionalismo, o que la facultad de Lyon-Est se haya negado a aceptar financiamiento de la industria [4].
Una primera revisión internacional. Una revisión sistemática ha analizado las políticas sobre conflictos de interés en facultades de medicina y hospitales universitarios de todo el mundo [6]. Los autores identificaron 22 estudios publicados hasta el 2020 que involucran a EE UU, Canadá, Australia, Alemania y Francia. En general, la mayoría de las instituciones de América del Norte tienen una política para manejar los conflictos de interés, a diferencia de lo que se observó en Europa. Según los autores, esto se puede explicar porque EE UU fue un pionero en esta área [6]. Esto debería animar a otros países a adoptar o implementar con más eficacia las políticas sobre conflictos de interés en los establecimientos donde se prepara a los futuros profesionales de la salud.
Selected references from Prescrire’s literature review