La desprestigiada directora general de Theranos, Elizabeth Holmes, fue condenada el 18 de noviembre a más de 11 años de prisión por engañar a los inversores de la fallida empresa que prometió revolucionar los análisis de sangre, pero que en cambio la convirtió en un símbolo de la ambición de Silicon Valley.
La sentencia impuesta por el juez de distrito Edward Davila fue más corta que la pena de 15 años solicitada por los fiscales federales, pero mucho más dura que la indulgencia que su equipo legal buscaba para Holmes, madre de un niño de 1 año con otro niño en camino.
Holmes, que fue directora general durante los 15 años de historia de la empresa, fue declarada culpable en enero por la trama, que giraba en torno a las afirmaciones de la empresa de haber desarrollado un dispositivo médico que podía detectar varias enfermedades y afecciones con sólo unas gotas de sangre. Pero la tecnología nunca funcionó y sus afirmaciones eran falsas.
Theranos se hundió “por las tergiversaciones, la arrogancia y las mentiras”, dijo el juez.
El meteórico ascenso de Holmes la llevó en su día a las portadas de las revistas de negocios que la aclamaban como la próxima Steve Jobs. Y su engaño fue lo suficientemente persuasivo como para atraer a inversionistas sofisticados, como el magnate del software Larry Ellison, el magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch y la familia Walton, de Walmart.
Holmes sollozó mientras decía al juez que aceptaba la responsabilidad de sus acciones.
“Me arrepiento de mis fallos con cada célula de mi cuerpo”, dijo Holmes.
La sentencia en la misma sala de San José donde Holmes fue condenada por cuatro cargos de fraude a inversores y asociación delictuosa en enero marcó otro momento culminante en una saga que ha sido diseccionada en un documental de HBO y en una premiada serie de Hulu.
Holmes, de 38 años, enfrentaba una pena máxima de 20 años de prisión. Su equipo legal pidió al juez una sentencia de no más de 18 meses, preferiblemente cumplida en confinamiento domiciliario.
Sus abogados argumentaron que Holmes era una empresaria bien intencionada que ahora es una madre abnegada con otro hijo en camino. Sus argumentos se apoyaron en más de 130 cartas presentadas por familiares, amigos y excolegas que elogiaban a Holmes.
Los fiscales querían que Holmes además pagara US$804 millones en concepto de restitución, una cantidad que cubre la mayor parte de los casi US$1.000 millones que recaudó de los inversores. Pero el juez dejó esa cuestión para una futura audiencia que no ha sido programada.