Resumen
La pandemia por coronavirus 2019 (covid-19) ha entrado en su fase endémica y se observa un descenso significativo de las tasas de letalidad por infección por coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave 2 (SARS-CoV-2). En este contexto, es crucial pero difícil definir cuál debería ser la política de vacunación actual y futura en una población con niveles altos de inmunidad frente al SARS-CoV-2, conferida por infecciones y/o vacunaciones previas.
La política de vacunación debe tener en cuenta la magnitud de los riesgos que confieren las nuevas infecciones con las variantes actuales y en evolución del SRAS-CoV-2, cómo varían estos riesgos en los distintos grupos de individuos, cómo equilibrar estos riesgos frente a los riesgos aparentemente pequeños, pero existentes, de la vacunación, y la relación coste-beneficio de las distintas opciones. Se requiere más evidencia procedente de los ensayos controlados aleatorizados y de los datos nacionales que se van acumulando para fundamentar la toma de decisiones y tomarlas de forma compartida con las personas que consideran las opciones de vacunación.
Los responsables de las políticas de vacunación deberían sopesar con cautela los calendarios de vacunación que son necesarios, y abstenerse de instar a que se administren refuerzos vacunales frecuentes a menos que estén respaldados por evidencia suficiente.