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El ISMP publica 3 buenas prácticas para garantizar un uso seguro de los medicamentos
Tags: oxitocina, gestión de los medicamentos, código de barras de los medicamentos, medicamentos con alerta máxima, inducción al parto
Las tres mejores nuevas prácticas de seguridad de medicación que el Instituto de Prácticas Seguras de Medicación (Institute for Safe Medication Practices ISMP) ha recomendado a los hospitales son: el uso más seguro de la oxitocina, la verificación del código de barras fuera de las unidades de pacientes hospitalizados y las estrategias de prevención para reducir el daño de los medicamentos con las alertas más fuertes.
Estas actualizaciones para 2022-2023 se presentaron en las Reuniones y Exposición de Verano de la American Society of Health System Pharmacists (ASHP) de 2022. Las nuevas mejores prácticas son las siguientes:
- Protección contra los errores relacionados con la oxitocina
La oxitocina y sus análogos se suelen administrar para inducir y aumentar el trabajo de parto, así como para prevenir y tratar el sangrado posparto, dijo Christina Michalek, RPh, coordinadora administrativa de la Asociación de Promotores de Seguridad de la Medicamentos de ISMP (ISMP’s Medication Safety Officers Society). Cuando se prescribe de forma incorrecta, puede hiperestimular el útero, lo que puede provocar sufrimiento fetal y la necesidad de practicar una cesárea de emergencia, dijo.
ISMP Canadá revisó 144 eventos relacionados con la oxitocina informados a su base de datos en 2019. La mayoría de los eventos ocurrieron durante la administración, pero también se encontraron problemas en torno a su preparación y almacenamiento, la administración intravenosa y la comunicación y documentación, dijo la Sra. Michalek. Siguiendo el ejemplo, ISMP realizó su propia revisión en 2020, analizando 54 eventos reportados. En total, el 44% de los errores se produjeron en la fase de dispensación, el 23% en la administración y el 13% en la prescripción. El 40% de los informantes señalaron cierta preocupación por los viales de aspecto similar, y el 25% de los sucesos provocaron daños maternos, fetales o neonatales, señaló.
Esta mejor práctica del ISMP consta de cinco partes, entre ellas el objetivo de estandarizar el enfoque de la inducción/intensificación del trabajo de parto y el control de la hemorragia posparto (Ver el Cuadro). Según Michalek, el uso de órdenes estandarizadas para ambos casos puede eliminar algunos problemas.
Cuadro: Tres nuevas buenas prácticas del ISMP en materia de seguridad de los medicamentos
Evitar errores con el uso de oxitocina
- Estandarizar el abordaje de la inducción/intensificación del trabajo del parto y el control de la hemorragia posparto.
- Estandarizar las infusiones de oxitocina preparto y postparto, usar una única concentración/tamaño de bolsa.
- Estandarizar cómo se expresan las dosis, la concentración y las tasas de oxitocina; comunicar en tasa de dosis y cotejarlas con las bombas de infusión.
- Suministrar la oxitocina en una forma que esté lista para usar; etiquetar ambos lados de la bolsa de infusión.
- Evitar llevar las bolsas de infusión de oxitocina a la cabecera de la paciente hasta que sea necesario.
Ampliar el uso del código de barras fuera de las áreas de hospitalización
- Centrarse en áreas clínicas con mayor probabilidad de que la estancia del paciente sea corta o limitada, como urgencias, el área perioperatoria, las clínicas de infusión, los centros de diálisis, el departamento de radiología, las áreas de trabajo de parto y parto y el laboratorio de cateterismo cardíaco.
- Revisar periódicamente el cumplimiento y otras medidas para evaluar la utilización y la eficacia.
Mejorar la seguridad de los medicamentos con alerta máxima
- Esbozar procesos sólidos para gestionar el riesgo, para el mayor número de etapas posible.
- Abordar las vulnerabilidades del sistema en cada etapa del proceso de uso de la medicación y aplicarlas a todos los profesionales, incluyendo los prescriptores, farmacéuticos, enfermeros y otras personas implicadas en el uso de la medicación, como los terapeutas respiratorios.
- Evitar depender de estrategias de reducción de riesgos de bajo impacto; combinarlas con estrategias de impacto medio y alto. Las estrategias de nivel medio incluyen advertencias, alertas, listas de comprobación, estandarización y protocolos. Las estrategias que consiguen más cambios incluyen funciones que obligan a hacer ciertas cosas, evitando que las personas cometan errores.
- Limitar el uso de dobles controles independientes para seleccionar los medicamentos de alerta máxima. Esto evita que los profesionales sean inmunes al proceso.
- Evaluar periódicamente el riesgo utilizando información procedente de fuentes internas y externas, incluyendo datos de notificación de errores o auditorías.
- Establecer procesos y medidas de resultados para controlar la seguridad.
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Fuente: ISMP
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Maximizar el uso de la verificación de códigos de barras antes de administrar medicamentos y vacunas ampliando su uso fuera de las áreas de atención hospitalaria.
Según Rita K. Jew, PharmD, MBA, BCPPS, presidenta del ISMP, el que los envases y etiquetas sean similares con frecuencia interfiere en la seguridad de la medicación. Aunque la verificación de los códigos de barras de los pacientes y los medicamentos antes de su administración se ha utilizado a menudo en el entorno de la hospitalización y se ha demostrado que evita errores, “no se está utilizando con plenitud en las áreas de corta estancia de los pacientes, como en el servicio de urgencias (SU), en las clínicas de atención ambulatoria y en los centros de diálisis”, dijo.
Las dos recomendaciones principales de esta buena práctica involucran las áreas clínicas con mayor probabilidad de que la estancia del paciente sea corta o limitada, como urgencias, el área perioperatoria, las clínicas de infusión, los centros de diálisis, el departamento de radiología, las áreas de parto y el laboratorio de cateterismo cardíaco.
La mayoría de los hospitales controlan las tasas de escaneó de la medicación, señaló la Dra. Jew, pero aconsejó a los asistentes que dieran un paso más y visitaran las áreas de atención al paciente para observar lo que ocurre en la práctica. No es infrecuente que el personal de enfermería u otros profesionales adopten soluciones alternativas, como escanear la medicación después de su administración, lo que puede no evitar errores, aunque la tasa de escaneado sea muy alta. Ver lo que ocurre realmente puede ayudar a los responsables de seguridad de la medicación a prevenir errores graves.
La doctora Jew también sugirió destacar los errores graves que se han evitado mediante la verificación del código de barras para que el personal se adhiera al proceso.
- Superponer numerosas estrategias a lo largo del proceso de uso de la medicación para mejorar la seguridad de los medicamentos con alerta máxima.
Según el Dr. Jew, los medicamentos con alerta máxima son aquellos que presentan un mayor riesgo de causar daños importantes al paciente en caso de error. A pesar de las recomendaciones del ISMP y de organismos como la Comisión Conjunta (Joint Commission), se siguen produciendo errores relacionados con la medicación con alertas máximas. Con frecuencia esto se debe a que se han empleado estrategias de reducción de riesgos con escaso efecto multiplicador, como el aumento de la concienciación, o de efecto multiplicador medio, como la exigencia de un doble control independiente. “Rara vez se aplican estrategias que abarquen todo el proceso de utilización de la medicación”, afirma.
Esta buena práctica incluye seis recomendaciones, y hace hincapié en incluir esfuerzos de más alto nivel, como impedir avanzar si no se realizan ciertas funciones para evitar que la gente cometa errores. Éstas son las más difíciles de aplicar, reconoció el Dr. Jew.
La educación del paciente es un aspecto importante, pero a menudo olvidado en relación con la seguridad de la medicación, añadió el Dr. Jew. Cada vez que administre un medicamento de alerta máxima, piense en cómo educar al paciente para que pueda ser su propio defensor si algo no le parece bien o si experimenta efectos secundarios preocupantes. Ellos también pueden ayudar a evitar errores de medicación.