Una organización internacional sin ánimo de lucro para fomentar el acceso y el uso adecuado de medicamentos entre la población hispano-parlante
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El sueño imposible
Los agonistas de GLP-1, como la liraglutida, son reductores de la glucosa que también pueden ocasionar la pérdida de peso. La liraglutida fue autorizada inicialmente bajo la marca comercial Victoza para tratar la diabetes tipo 2, y luego para tratar la obesidad en adultos bajo la marca comercial Saxenda. En los ensayos clínicos, los pacientes por lo general tuvieron una pérdida de peso modesta y luego recuperaron un poco después de descontinuar el medicamento. No se demostró que redujera las complicaciones clínicas de la obesidad. Después, se extendió la autorización para incluir a adolescentes con obesidad. La evaluación en estos pacientes demostró que provoca los mismos efectos sobre el peso que en los adultos. Y, además de los efectos adversos que ya se describieron en los adultos, algunos graves, se ha detectado una señal de seguridad para el suicidio.
La industria farmacéutica ha soñado durante años con un medicamento que resuelva mágicamente el problema de la obesidad. La liraglutida es la última en una larga lista de medicamentos de este tipo (incluyendo diuréticos, hormonas tiroideas, anfetaminas, un derivado de un cannabinoide, un antiepiléptico, un inhibidor de las lipasas gastrointestinales, etc.), algunos que se usan sin indicación y otros que se autorizan temporalmente y después se retiran del mercado porque son más peligrosos que beneficiosos.
Los pacientes harían bien en confiar en otros métodos para lograr una pérdida de peso duradera y evitar los tratamientos químicos que tienen peligros desproporcionados, como una dieta balanceada junto con ejercicio físico regular, técnicas conductuales para mantener la motivación, educación para la salud, y la prevención y el tratamiento de las consecuencias de la obesidad (dolores articulares, diabetes, hipertensión, etc.). Los que afirman que la pérdida de peso se puede lograr fácilmente con un medicamento están vendiendo un sueño imposible. Promueven el uso de medicamentos en nuestra sociedad, pero no la calidad del cuidado de la salud.