Según un estudio financiado por el Ministerio de Salud y Asistencia Social que analiza el efecto de cambiar la combinación de competencias en la atención primaria, los farmacéuticos que trabajan en los centros de medicina general han “mejorado los resultados de la prescripción de medicamentos” durante un periodo de cuatro años.
Sin embargo, la introducción de nuevas funciones para los profesionales de la salud que trabajan en medicina general podría haber tenido “efectos perjudiciales para la satisfacción de los pacientes”, según un estudio publicado en Social Science and Medicine en julio de 2022.
El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Manchester, analizó los datos de dotación de personal en 6.296 clínicas de medicina general de Inglaterra entre 2015 y 2019, junto con 10 indicadores de calidad de la atención que abarcan la accesibilidad, la efectividad clínica, las experiencias de los usuarios y el costo para el sistema de salud.
Los investigadores encontraron que, con el trascurso del tiempo aumentó el empleo de cuatro grupos de personal: médicos de familia, enfermeros, profesionales de la salud -incluidos farmacéuticos- y profesionales de la salud asociados.
Se encontró que el mayor aumento se produjo entre los profesionales de la salud, y el número de personal en equivalentes de tiempo completo aumentó de 0,04 por clínica en 2015 a 0,28 en 2019.
En enero de 2019, el NHS anunció el lanzamiento del Plan de Reembolso para Funciones Adicionales, que permite que cada red de atención primaria solicite financiación para contratar a personal, y pueden elegir entre profesionales con competencias en 14 funciones diferentes, incluyendo farmacéuticos.
El 22 de agosto de 2022, el Instituto Nacional de Investigación Sanitaria y Asistencial (National Institute for Health and Care Research – NIHR), que concedió a los investigadores £692.384 en concepto de financiación, publicó un comunicado en el que se afirmaba lo siguiente: “La satisfacción de los pacientes con los servicios de atención primaria mostró una tendencia negativa durante el período de estudio”.
“El estudio encontró que este deterioro en la satisfacción era mayor en las prácticas que habían empleado más profesionales de la salud”.
Añadió que por cada profesional de la salud de tiempo completo adicional empleado en una consulta de medicina general, la satisfacción general de los pacientes, que se midió a partir de la encuesta anual de pacientes de medicina general, descendió un 2,4%.
“Sin embargo, los farmacéuticos contribuyeron positivamente con algunas tareas, mejorando la calidad de la prescripción de medicamentos y reduciendo la carga de estas actividades para el personal existente”, señala el comunicado.
Según el estudio, los investigadores midieron el porcentaje de todos los antibióticos prescritos que eran de espectro estrecho, con “la suposición subyacente de que una mayor proporción de antibióticos de espectro estrecho representa un signo general de buena conducta de prescripción”.
Los investigadores observaron que el aumento de profesionales de la salud se asocia con “un efecto positivo y significativo en el porcentaje de antibióticos de espectro estrecho prescritos”.
“Este resultado se puede explicar por la inclusión de los farmacéuticos en la categoría de profesionales de la salud”, concluye el estudio.
Katie Hacking, farmacéutica especializada en medicina general de Wigan, se mostró “totalmente de acuerdo con la conclusión del estudio”.
Y añadió: “Las consultas en las que he trabajado hasta ahora han mostrado cambios similares en los patrones de prescripción relacionados con el uso de antimicrobianos, que yo relaciono con la contribución de los farmacéuticos comunitarios, y con el hecho de que los prescriptores tengan acceso a un farmacéutico para consultar la idoneidad de las prescripciones en el punto de entrega”.
Hacking prosiguió: “Todavía me encuentro con muchos pacientes que se sorprenden al recibir noticias de un farmacéutico comunitario, ya que desconocían la existencia de este servicio, pero la inmensa mayoría de mis interacciones con los pacientes, en el ejercicio de mis funciones, son recibidas positivamente, y he tenido varios pacientes que, tras un primer contacto conmigo, me han pedido directamente que les ayude con consultas adicionales en el futuro”.
Igor Francetic, experto en economía de la salud de la Universidad de Manchester y autor principal del estudio, afirmó: “La introducción de nuevas funciones de apoyo a los médicos de cabecera no tiene efectos directos sobre la calidad del servicio o la satisfacción de los pacientes”.
“De hecho, aportamos pruebas sustanciales de efectos perjudiciales sobre la satisfacción de los pacientes cuando se contratan algunos profesionales de la salud y profesionales de la salud asociados.
“La satisfacción del paciente es una dimensión crucial de la calidad de la atención, ya que contribuye a que las personas estén dispuestas a buscar atención a través de los médicos de cabecera”.