En 2019, se autorizó el uso del daratumumab en combinación con lenalidomida + dexametasona como tratamiento de primera línea en la UE, al igual que sucedió con el bortezomib [1].
La autorización del daratumumab como parte del protocolo se basó en el análisis preliminar de un estudio (MAIA) que comparó, sin cegamiento, la combinación de daratumumab + lenalidomida + dexametasona con la de lenalidomida + dexametasona en 737 pacientes [1,2]. Aproximadamente el 44% de los pacientes eran mayores de 75 años [2]. Cuando se hizo este análisis, que se realizó después de una mediana de seguimiento de 28 meses, aproximadamente el 18% de los pacientes en cada grupo había muerto (138 muertes en total) [1].
El protocolo del ensayo clínico incluyó un segundo análisis preliminar que se realizaría después de la muerte de alrededor de 260 pacientes. Los resultados detallados de este análisis se publicaron a finales de 2021 [2].
Una reducción del 10% en la mortalidad en términos absolutos, después de una mediana de seguimiento de alrededor de 5 años. Cuando se hizo este análisis, la mediana de seguimiento era de 56 meses, es decir, de casi 5 años [2]. El 32% de los pacientes en el grupo de daratumumab había fallecido, frente al 42% de los controles (una diferencia estadísticamente significativa según el protocolo del estudio). Se realizaron análisis de subgrupo con los pacientes menores o mayores de 75 años (un criterio de estratificación que se aplicó al hacer la aleatorización). Entre los pacientes menores de 75 años, la mortalidad fue del 25% en el grupo de daratumumab frente al 38% (una diferencia estadísticamente significativa). Sin embargo, no hubo ninguna diferencia estadísticamente significativa en la mortalidad entre los grupos en los pacientes mayores de 75 años (41% frente a 47%, respectivamente) [2].
Cuando se realizó este análisis, el 57% de los pacientes en el grupo de daratumumab estaban vivos y libres de progresión del mieloma (según criterios de laboratorio y de imágenes), frente al 41% de los controles (p<0,0001) [2].
Infecciones, cánceres, fracturas. Durante el transcurso del estudio, se informó un evento adverso grave en el 77% de los pacientes en el grupo de daratumumab, frente al 70% de los controles [2].
Este estudio evidenció los efectos adversos ya conocidos del daratumumab, en particular la neutropenia, la linfopenia, la neumonía, las infecciones y la diarrea [2]. Por ejemplo, se informó una infección que se consideró grave en el 41% de los pacientes en el grupo de daratumumab, frente al 29% de los controles [2].
Además, en el grupo de daratumumab fueron más frecuentes algunas fracturas, en especial las de fémur, costillas y muñeca. Se desconoce hasta qué punto estas fracturas se relacionaron con las caídas y el síncope, que también fueron más frecuentes en el grupo de daratumumab que en el grupo control: 38 caídas frente a 25, y 21 casos de síncope frente a 12, respectivamente [2].
La duración relativamente larga del seguimiento también posibilitó que se observaran más cánceres en el grupo de daratumumab: se informó en el 20% de los pacientes, frente al 13% de los controles. Fueron en su mayoría cánceres de piel, en el 14% de los pacientes en el grupo de daratumumab, frente al 7% de los controles (incluyendo 4 melanomas frente a 1, respectivamente) [2].
En la práctica, para los pacientes con mieloma múltiple para los que el trasplante autólogo de células madre hematopoyéticas no es posible, las opciones de primera línea son la combinación de lenalidomida + dexametasona sin ningún otro fármaco o junto con bortezomib o daratumumab. Con la primera opción, las probabilidades de supervivencia a los 5-7 años se reducen en aproximadamente un 10%. Sin embargo, la segunda opción expone a los pacientes a frecuentes efectos adversos graves, incluyendo neuropatía periférica, trastornos gastrointestinales y pulmonares con bortezomib, y neutropenia, linfopenia, neumonía, infecciones y diarrea con daratumumab.
Referencias