Inversionistas que forman parte del Centro Interconfesional de Responsabilidad Corporativa (Interfaith Center on Corporate Responsibility o ICCR) han solicitado a las empresas AbbVie, Amgen, Bristol Myers Squibb, Eli Lilly, Gilead Sciences, Johnson & Johnson, Merck, Pfizer y Regeneron que cuando desarrollen los planes para patentar sus productos tengan en cuenta el problema de acceso que crean a los pacientes, informa FiercePharma [1].
En las cartas a Amgen y Johnson & Johnson se lee “El coste de los medicamentos ha sido un obstáculo para la salud durante mucho tiempo …Los fabricantes de medicamentos que protegen sus productos con un exceso de patentes impiden la competencia de los genéricos y mantienen altos los precios para los pacientes que necesitan estos remedios, que a veces son una cuestión de vida o muerte”.
El ICCR destacó que crean las “marañas de patentes” que es la estrategia principal de la industria farmacéutica para ampliar su exclusividad en el mercado e impedir la comercialización de genéricos. Que las empresas prioricen los beneficios sobre los pacientes va en contra de la misión de estos inversionistas.
Las cartas de los inversionistas mencionan como ejemplos de patentes excesivas el caso de AbbVie, que obtuvo más de 130 patentes para su superventas Humira y ha subido su precio 27 veces; Enbrel de Amgen que cuenta con 39 patentes y ha aumentado su precio más de 28 veces desde su lanzamiento en 2003; Revlimid de Bristol Myers Squibb tiene 109 patentes y 40 años de exclusividad en el mercado. Las patentes secundarias de Humalog, de Eli Lilly, dieron a la insulina 17 años más de exclusividad y la empresa ha subido su precio un 1.219% desde su lanzamiento. Remicade, de J&J, tiene más de 100 patentes, y Merck ha solicitado 95 patentes secundarias sobre Keytruda.
Lyrica, de Pfizer, ha conseguido 69 patentes para ampliar su exclusividad a 32 años y su precio subió un 155% entre 2013 y 2019. El 65% de las patentes de Regeneron para Eylea se presentaron después de su aprobación en 2011.
El ICCR lleva varios años tratando de enderezar el comportamiento de las farmacéuticas. El grupo les ha pedido explicaciones en relación con la remuneración de los ejecutivos, las estrategias de fijación de precios de los productos covid-19 y otras cuestiones, pero sus peticiones suelen ser denegadas.
En julio, la FDA y la Oficina de Patentes y Marcas de EE UU (USPTO) intercambiaron cartas en las que expresaban su preocupación por la forma en que las farmacéuticas utilizan el sistema de patentes.
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