El NEJM acaba de publicar un artículo [1] que revisa el diagnóstico y tratamiento de siete problemas de salud relacionados con el consumo de cannabis que se describen en la quinta edición del Manual de Diagnóstico y Estadísticas de Trastornos de Salud Mental (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, fifth edition, text revision DSM-5-TR) [2].
Problema agudo (que suele durar <24 horas) Intoxicación por cannabis Problemas subagudos (suelen durar <1 mes) Problema de ansiedad inducido por cannabis Trastorno psicótico inducido por cannabis Trastorno del sueño inducido por cannabis Delio inducido por cannabis Abstinencia de cannabis Trastorno por uso de cannabis |
El articulo empieza diciendo que el Cannabis (o marihuana) es un término amplio que se puede referir a una planta específica (género Cannabis), a las sustancias químicas contenidas en la planta, sus contrapartes y análogos sintéticos, y a los productos derivados de cualquiera de estas sustancias. La planta de cannabis contiene más de 500 sustancias químicas identificadas, muchas de las cuales no están bien caracterizadas farmacológicamente, entre ellas hay más de 125 fitocannabinoides. Los fitocannabinoides más estudiados son el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD). El THC se considera el principal compuesto psicoactivo del cannabis, responsable de muchos de sus efectos psicológicos y fisiológicos. El CBD también es psicoactivo (ansiolítico, analgésico y posiblemente antipsicótico), pero no genera euforia. También están presentes decenas de terpenos y flavonoides. Los terpenos confieren el olor distintivo que emiten los cogollos de cannabis.
Se estima que, en 2020, en todo el mundo, hubo 209 millones de personas de entre 15 y 64 años que consumieron cannabis, lo que representa alrededor del 4% de la población mundial en ese grupo de edad. El consumo de cannabis se asocia más fuertemente con un mayor riesgo de accidentes automovilísticos, tendencias suicidas y enfermedades cardiovasculares y pulmonares. La mayoría de las otras enfermedades y muertes asociadas al cannabis se deben probablemente a trastornos psiquiátricos coexistentes y al consumo de sustancias, más que al cannabis en sí. Se estima que, en EE UU, en 2021, el consumo de cannabis se asoció con un 10 % de las visitas a las salas de urgencias por problemas relacionados con drogas. Aún no se sabe si el consumo de cannabis se asocia de forma significativa con un aumento de la mortalidad por todas las causas.
El trastorno por consumo de cannabis, al igual que otros trastornos por consumo de sustancias, es un problema crónico y recurrente. La característica principal es la pérdida de control sobre su consumo, y se refleja en el consumo persistente de cannabis a pesar de las consecuencias adversas. En el Cuadro 2 se describen los criterios de diagnóstico específicos que aparecen en el DSM-5-TR3 (Ver Cuadro 2).
Los principales factores de riesgo para el desarrollo del trastorno por consumo de cannabis son la frecuencia y la duración del consumo de cannabis. El trastorno por consumo de cannabis suele ocurrir junto con otros problemas psiquiátricos, incluyendo otros trastornos por consumo de sustancias. Aproximadamente dos tercios de las personas diagnosticadas con un trastorno por consumo de cannabis tienen al menos otro trastorno por consumo de sustancias, los más frecuente es que se relacione con el alcohol o el tabaco. Casi la mitad de las personas con un diagnóstico de trastorno por consumo de cannabis tienen un trastorno psiquiátrico diferente al trastorno por consumo de sustancias, más comúnmente depresión mayor, trastorno de estrés postraumático o trastorno de ansiedad generalizada. La coexistencia con un trastorno psiquiátrico se asocia con un trastorno por consumo de cannabis más grave y peor respuesta al tratamiento.
Dificultad para controlar el uso de cannabis
Dificultades sociales por uso de cannabis
Uso peligroso de cannabis
Indicaciones farmacológicas
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El diagnostico de trastorno por uso de cannabis requiere que se cumplan dos o más criterios en un plazo de 12 meses. Los casos leves requieren 2-3 criterios; los casos moderados deben presentar 4-5 criterios y los casos graves seis o más criterios. La remisión parcial se define como no alcanzar ningún criterio para el trastorno por uso de cannabis durante tres meses. Para cumplir los criterios de remisión completa se requiere no haber presentado ningún criterio durante doce meses.
Efectos adversos del consumo de cannabis a largo plazo
Las personas embarazadas que consumen cannabis exponen a sus bebés a esa sustancia. Esta exposición en el útero se asocia con un mayor riesgo de que el bebé tenga bajo peso al nacer, sea pequeño para la edad gestacional y tenga que ser admitido en la unidad de cuidados intensivos neonatales, pero el consumo de cannabis no se asocia con resultados maternos adversos. Todavía no está claro si la exposición en el útero se asocia, a largo plazo, con problemas en de desarrollo neurológico. Hay evidencia de baja calidad de un deterioro sutil en la función cognitiva y un mayor riesgo de uso de sustancias y comportamiento delictivo durante la niñez y la adolescencia. El THC se excreta en la leche materna en concentraciones varias veces superiores a las concentraciones plasmáticas y puede persistir hasta 2 días después del consumo más reciente de cannabis. El consumo de cannabis cambia la composición de la leche materna; aumenta la concentración de lactosa y disminuye la concentración de inmunoglobulina A secretora (el principal anticuerpo que tiene la leche materna). Los efectos a largo plazo en los lactantes alimentados con leche materna no están claros; la mayoría de las mujeres que consumieron cannabis mientras amamantaban a un bebé también habían consumido cannabis durante el embarazo. El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos desaconseja el consumo de cannabis durante el embarazo y la lactancia.
El síndrome de hiperemesis cannabinoide, una forma de síndrome de vómitos cíclicos que a menudo se acompaña de dolor abdominal, ocurre durante o dentro de las 48 horas posteriores al consumo frecuente e intenso de cannabis. El síndrome de hiperemesis cannabinoide es una de las principales razones de consulta a las salas de emergencia relacionadas con el cannabis, y representa alrededor del 10% de los pacientes con síndrome de vómitos cíclicos. El síndrome de hiperemesis cannabinoide se distingue del síndrome de vómitos cíclicos por su asociación temporal con el consumo de cannabis, alivio con baños o duchas calientes y resolución con una abstinencia prolongada de cannabis. Los pacientes suelen tener dificultades para aceptar el diagnóstico y continúan consumiendo cannabis para automedicarse. Los síntomas del síndrome de hiperemesis cannabinoide se tratan con benzodiacepinas, haloperidol y capsaicina tópica. Los agentes antieméticos tradicionales suelen ser ineficaces.
Conclusiones
El trastorno por consumo de cannabis y el consumo intenso o prolongado de cannabis tiene efectos adversos sobre la salud física y psicológica.
Nota de Salud y Fármacos. Este articulo está muy bien referenciado y puede ser de interés para todos aquellos que tratan a pacientes que consumen cannabis.
Referencia